El dron: una herramienta para la gestión, prevención y extinción de incendios

En función de los equipos añadidos las posibilidades profesionales que ofrecen los drones son enormes. Fuente Eural

No es juguete, es una herramienta de trabajo de enorme utilidad cuando se trata de realizar tareas en el medio natural. Un dron, también denominado RPA Remotely Pilot Aircraft, puede hacer casi de todo en el monte, desde esparcir semilla en una restauración a perimetrar perfectamente un incendio forestal; desde operaciones de vigilancia a filmación de videos; desde misiones de búsqueda y salvamento a investigación de incendios. Un dron puede hacer casi tanto como tu imaginación te permita, siempre y cuando puedas incorporarle los suplementos adecuados.

La incorporación de los drones a la actividad en el medio natural ha sido exponencial en los últimos años pero quizás sea en el sector de las emergencias donde más se han generalizado: búsqueda de personas desaparecidas, aludes, inundaciones, accidentes o incendios forestales, por ejemplo.
Jorge García Díaz, director de operaciones de Eural, exponía recientemente en las jornadas Redforesta «Aplicación de las nuevas tecnologías al mundo forestal», organizadas por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, las utilidades de los drones en los incendios forestales:

Pre-incendio:                                                    Incendio:                   Post incendios:
– Análisis de combustibles
– Planes de prevención
– Concienciación, disuasión
– Tratamientos selvícolas
– Planificación evaluación de infraestructuras
– Quemas controladas
– Detección
– Evaluación
– Puntos activos
– Investigación de causas
– Análisis de comportamiento del fuego
– Evaluación de daños
– Restauración

Las comunidades de Galicia, Cantabria, Valencia y Andalucía utilizan ya los drones en la lucha contra los incendios con un uso muy similar. En concreto el Infoca ha incorporado un dron este año con el fin de que pueda “aportar información sobre el desarrollo de los fuegos desde el aire, cuando las condiciones sean incompatibles para el resto de medios ante horarios nocturnos o columnas de humo que impidan la visibilidad”.

Pueden ayudar a identificar puntos calientes antes de dar por extinguido el incendio. Fuente Eural

Desde la campaña de 2017, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación incorporó cuatro drones para vigilancia nocturna, ubicados en las bases de León, Albacete, Zaragoza y Cáceres pero con posibilidades de actuación en toda la península.

El uso profesional está regulado

La utilización de los drones con fines profesionales está sujeta a regulación y debe ser autorizada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). La Ley 18/2014 de 15 de octubre, establecía el régimen temporal para las operaciones civiles con aeronaves pilotadas por control remoto, con un peso máximo al despegar de 150 kg. Posteriormente, el Real Decreto 1036/2017, de 15 de diciembre, es el que regula la utilización civil de las aeronaves pilotadas por control remoto.

Desde 2014 hasta ahora AESA ha habilitado a 3.608 operadores.

Ventajas e inconvenientes

Frente a las enormes ventajas que ofrece un aparato volador no tripulado también tiene ciertos inconvenientes que dificultan su uso en cualquier situación, como la imposibilidad de utilizar simultáneamente medios aéreos y drones durante la extinción. Ningún piloto quiere volar cuando hay drones utilizando el mismo espacio aéreo.

Determinar el lugar exacto del inicio del incendio, perimetrar, comprobar la evolución del incendio, los daños y establecer la restauración son algunas de las posibilidades que ofrece el uso de drones. Fuente Eural.

Otro inconveniente es la autonomía de vuelo, muy limitada en la mayor parte de los modelos, que puede ir desde 20 minutos a un máximo de dos horas y media si llevan una carga de hasta cinco kilogramos.

Y, por último, de momento su utilización para bombardear agua es limitada por su dificultad para transportar grandes cantidades. Pero es esta una cuestión a investigar puesto que su uso podría dirigirse a objetivos muy concretos como la protección de determinados puntos estratégicos humanos, sociales o económicos.

En este sentido, la empresa española Dron Hopper lleva tres años investigando en la creación de un dron que se pueda utilizar en labores de extinción. En concreto dispone  ahora de dos modelos, uno con capacidad de 150 litros para utilizarse en incendios urbanos y otro con capacidad para transportar 600 litros de agua o retardante con el objetivo de trabajar en incendios forestales.

La enorme versatilidad de los vehículos aéreos no tripulados los va convertir en una herramienta de trabajo imprescindible en el medio natural. Abajo se puede comprobar la combinación del dron y la ortofotografía de alta resolución, se obtienen ortofotografías georreferenciadas de gran precisión y detalle. (Fuente Eural)

Ismael Muñoz
@Ismaelnatura