Veinte años no es nada

Una vista aérea de la base de Campiño
La base de Brigadas helitransportadas de Campiño, en Pontevedra, cumple veinte años. El 1 de julio de 1998 comenzó a operarse desde ella con helicóptero, aunque su actividad ya había comenzado unos meses antes. Es muy difícil resumir en unas líneas veinte años de trabajo en equipo, esfuerzo, solidaridad, compromiso con la comarca y sus habitantes, disgustos, emociones, alegrías, relaciones personales y profesionales. La vida misma pero en una base de lucha contra incendios, lo que le añade un poco más de intensidad a todo lo vivido.
Desde el principio, Campiño parece que estaba predestinada a lidiar con éxito con todo tipo de circunstancias, emergencias y actividades, por su ubicación y por los profesionales que han formado parte de ella en estos veinte años.
José Benito, agente medioambiental de la Xunta de Galicia y uno de los responsables de la base hace memoria y se para en algunos hitos que señalan el camino recorrido.
Recuerda el año 2004 como el de mayor actividad en la base, “se atendieron 332 incendios y se hicieron 380 horas de vuelo”.
En 2006, “con un mes de agosto especialmente duro por la simultaneidad de incendios en

Brigada helitransportada de Campiño y pilotos del helicóptero
Galicia, Campiño fue la base de operaciones de los helicópteros que llegaron desde fuera de la Comunidad”, recuerda José Benito, con un día que batió los records, el 8 de agosto, con un total de 76 despegues.
Jornadas como aquella afortunadamente no se repitieron hasta once años después, en octubre de 2017, cuando una ola de incendios convirtió a Galicia en una antorcha visible desde el espacio. Cinco integrantes de la brigada tuvieron que ser hospitalizados en Orense por inhalación de humos en aquellas dificilísimas jornadas.
De 1998 a 2006 atendieron 1.895 incendios, con 2.564 horas de vuelo, 21.874 descargas y 28.436.077 litros descargados.
De 2007 a 2018 han atendido 1.523 incendios, con 1.653 horas de vuelos, hicieron 14.102 descargas y soltaron 18.332.600 litros de agua.
Celebración de los veinte primeros años
No todos fueron momentos difíciles, en los veinte años de vida también los tuvieron dulces, como cuando recibieron el premio Batefuegos de Oro en 2005 en la modalidad de “A la mejor labor de extinción”.

Varios de los componentes de una de las brigadas de Campiño
Recientemente ha celebrado su vigésimo cumpleaños con la entrega de unos premios a los profesionales que han destacado en su trabajo contra los incendios forestales en el dispositivo de Pontevedra a lo largo de estos años.
Por la mañana recibieron la visita del director general de Producción Forestal Tomás Fernández Couto, del jefe Territorial de Pontevedra Antonio Crespo Iglesias y del anterior jefe Territorial José Luis Díaz Yáñez, alguien especialmente relacionado con los inicios de la base. Por la noche, en una cena conmemorativa, recibieron un reconocimiento:
– Marcial Martínez Leiro, jefe de brigada que trabajó personalmente en la construcción de la base.
– José Carlos Rodríguez Fernández y Fernando Ábalo Buceta, ambos agentes medioambientales por su dilatada trayectoria en la lucha contra incendios.
– Miguel Ángel Porrero, presidente de Eimfor S.L. por su aportación a la formación y especialización de los profesionales de extinción de incendios en Galicia.
– José López Candal, por su larga trayectoria como piloto de extinción de incendios en la provincia de Pontevedra.

Una celebración sirvió para reconocer a varios profesionales el trabajo realizado durante muchos años en la lucha contra los incendios
Más que incendios
La base de Campiño ha sido referencia de la lucha contra los incendios en Galicia pero bien podríamos decir que sirve para todo, desde recibir a los responsables públicos en los momentos de máxima tensión en 2017 hasta atender constantemente a los medios de comunicación. En cuanto a actuaciones de emergencia, además de los incendios forestales, han asistido, por ejemplo, a un incendio en una fábrica de redes; transportado a un cachalote desde una zona de especial dificultad en la costa gallega; su helicóptero fue el primero en llegar a la explosión de la pirotecnia de Tui, o han apoyado recientemente al equipo de seguridad en un incendio de un catamarán de transporte público. “Por su ubicación, la multifuncionalidad de sus instalaciones y la alta cualificación de su equipo humano la Base de Campiño es mucho más que una base aérea de extinción de incendios forestales”, comenta José Benito.
Pero quizás la actuación más llamativa, más allá de los incendios forestales, fue convertirse en hospital de campaña para aves durante “la crisis del Prestige” en 2001, aquella que dejó una parte importante de la costa gallega llena de petróleo. “Miles de aves fueron atendidas por expertos internacionales, voluntarios y el personal de la base para devolverlas, una vez recuperadas, a su hábitat natural”, comenta José.

La educación ambiental y la sensibilización frente a los incendios es una de las tareas que realiza la base con los centros escolares
Desde el primer momento Campiño se convirtió en un centro de educación ambiental que recibe a una media superior a 1.000 alumnos de infantil a bachiller a los que se les enseña cuestiones relacionadas con el fuego y la prevención de incendios. “Disponemos de varios técnicos en educación y control ambiental y un graduado en Magisterio que preparan las unidades didácticas. Recientemente, han iniciado un proyecto de concienciación social para la población rural que incide en la gestión del monte vecinal y la prevención de incendios”, comenta José.
El aula de formación con la que cuenta la base permite la celebración de reuniones y jornadas técnicas con otros profesionales del sector, de otras administraciones o de la universidad gallega.
Personal
En la base trabajan 51 personas en el periodo de máximo riesgo de incendios forestales, con una guardia diaria en este periodo de 23 personas.
Con distintos periodos de contratación a lo largo del año, en la base trabajan:
– 2 funcionarios como responsables de la base
– 25 trabajadores de las brigadas helitransportadas
– 8 miembros de una brigada terrestre
– 3 emisoristas
– 6 personas como conductores de motobomba
– 1 peón de mantenimiento
– el personal de la aeronave lo forman dos pilotos, dos copilotos y dos técnicos de mantenimiento
Ismael Muñoz
@Isaelnatura