Incendios, sumideros forestales y LULUCF en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)
El plan de energía y clima del Gobierno considera indispensable incrementar la prevención
Entre las referencias a la importancia de reducir los incendios forestales y su riesgo (“indispensable incrementar las labores preventivas”); a las emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero resultantes del sector del uso de la tierra, el cambio de uso de esta y la silvicultura; y con una medida dedicada íntegramente a los sumideros forestales de CO2, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) otorga a los bosques un papel relevante. A pesar de todo, para COSE, “ni la biomasa ni los bosques como sumideros de CO2 ocupan el lugar que se merecen”.

Los tratamientos selvícolas se contemplan en el PNIEC como necesarios para prevenir incendios. Foto Eural
El PNIEC 2021-2030 es un documento de elaboración obligatoria y presentación ante la Comisión Europea por parte de todos los Estados miembros. En él se recogen, a escala de país, los compromisos adquiridos por la comunidad internacional con el Acuerdo de París dentro del Convenio sobre Cambio Climático y por la Unión Europea dentro del paquete Energía limpia para todos los europeos y de la nueva directiva de energías renovables.
Básicamente, el borrador presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica (actualmente en exposición pública) plantea llegar a 2030 con una presencia en España de las energías renovables sobre el uso final de energía del 42 %; una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de, al menos, el 20 % respecto a 1990; y un objetivo de mejora de la eficiencia energética del 39,6 %. Dentro y fuera de esos grandes objetivos tienen cabida los bosques en general y la lucha contra los incendios forestales en particular.
Entre los objetivos específicos sobre cambio climático, se explica que “por su particular relevancia e impacto en el conjunto del territorio, se deben fomentar las actividades orientadas a prevenir y paliar los efectos devastadores de los incendios forestales”. A partir de aquí, estos se convierten en parte fundamental de una de las veinte medidas que incluye el PNIEC, la vinculada a los sumideros forestales, principalmente por la pérdida de carbono que provocan, tanto del fijado en la biomasa como del orgánico del suelo.
La medida se divide a su vez en siete: ejecución de labores silvícolas para prevención de incendios forestales; pastoreo controlado en áreas estratégicas para la prevención de incendios forestales; regeneración de sistemas adehesados; fomento de choperas en sustitución de cultivos agrícolas en zonas inundables; creación de superficies forestadas arboladas; fomento de gestión forestal sostenible en coníferas con aplicación de régimen de claras para incrementar el carbono absorbido; y restauración hidrológico-forestal en zonas con alto riesgo de erosión.
Pastoreo para reducir el riesgo de incendios
En relación a la primera de las sub-medidas, el plan considera “indispensable incrementar la atención hacia aquellas labores preventivas que contribuyan a disminuir los riesgos y a facilitar las tareas de extinción”. Se citan específicamente “los trabajos necesarios (desbroces, podas, aclareos, etcétera) para la reducción y control de combustibles forestales, haciendo más resistentes los montes al inicio y propagación del fuego y facilitando la extinción”.
También se menciona el método de trabajo a poner en práctica: “se basa en la aplicación de técnicas por personal especializado, proponiendo y aplicando medidas específicas y equilibradas que sirvan de control y mejora de la vegetación teniendo en cuenta la conciliación de intereses de los distintos colectivos presentes en el territorio”.
En cuanto a la sub-medida del pastoreo controlado en áreas estratégicas para la prevención de incendios forestales, se considera que en zonas de pasto-cortafuegos “constituye una práctica agraria sostenible, en la que el ganado colabora a reducir el riesgo y cumple una función ecológica importante en el monte mediterráneo”.
En este punto el PNIEC incide en algo que también resalta cuando aborda el aprovechamiento energético de la biomasa en general y de la forestal en particular: la dinamización del medio rural. Se considera que este tipo de pastoreo “estimula la vigilancia y el interés de la población local por la conservación del mismo, fomentando el trabajo coordinado entre técnicos y ganaderos, lo que refuerza la prevención social de los incendios”. Apostillan que supone “un valioso sistema de gestión del territorio”.
Además de las medidas, se plantean mecanismos de actuación directa, como “el impulso de instrumentos de financiación público-privada orientados a promover la creación de contratos territoriales que desarrollen medidas de prevención de incendios forestales” y el “análisis y estudio de la fiscalidad forestal para promover la gestión activa de las masas forestales y reducir así el riesgo de incendios”.
LULUCF: compensar las emisiones con las absorciones

Las plantaciones de choperas se acogen expresamente como una de las medidas en el PNIEC. Foto Ismael Muñoz
No menos importante es el papel que se le da en el PNIEC a las emisiones y absorciones de GEI resultantes del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura (LULUCF, por sus siglas en inglés), ya que España debe garantizar que en el periodo 2021-2030 las emisiones de este sector no excedan las absorciones. Aquí se tienen en cuenta la incidencia de los incendios forestales, así como el consumo y utilización de productos madereros y el crecimiento de la biomasa forestal.
Concluyen que “el conjunto de medidas a implementar permitirá que en lo posible España obtenga un balance positivo de absorciones en el sector LULUFC de forma que se pueda hacer uso de hasta 29,1 MtCO2 a lo largo del periodo 20121-2030 para cumplir con los objetivos en sectores difusos”. Estos son la industria no sujeta a comercio de emisiones y los sectores residencial, comercial e institucional, transporte, agrícola y ganadero, de gestión de residuos y gases fluorados.
No obstante, según se desprende de la intervención de la Confederación de Organizaciones de Silvicultores de España (COSE) en la jornada La biomasa forestal en el contexto de la transición ecológica, celebrada en la última edición de la feria Genera, el PNIEC, en general, deja bastante que desear a la hora de aprovechar todo el potencial de biomasa forestal que crece en nuestros montes, en especial en el ámbito energético.
Para COSE, “en el marco legislativo actual ni la biomasa ni los bosques como sumideros de CO2 ocupan el lugar que se merecen ni tienen reconocimiento como fuente de bioenergía”, y citan expresamente el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y el PNIEC. Estos dos, junto a la Estrategia de Transición Justa, aprobados en Consejo de Ministros el pasado 22 de febrero, forman parte del denominado Marco Estratégico de Energía y Clima: una propuesta para la modernización española y la creación de empleo.
Javier Rico
@JavierRicoNi