Los pinos en España ¿autóctonos o alóctonos?
No vamos a mantener el suspense mucho tiempo. Son autóctonos, su presencia en la Península Ibérica desde hace millones de años está datada por los estudios de paleoflora y paleovegetación del palinólogo José Carrión, de la Universidad de Murcia.
Pero no solo son estos estudios los que utilizará Luis Gil, biólogo e ingeniero de Montes, miembro de la Real Academia de la Ingeniería, para demostrar la presencia y utilización de los pinos en España desde hace miles de años en una conferencia que impartirá hoy lunes 15 de abril a las 19:30 horas en el Ateneo de Madrid.

Imagen de la conferencia sobre la presencia de los pinos en España desde hace millones de años. En concreto en la cueva de Gorham Cave, habitada por neardentales hace más de 30.000 años, en Gibraltar, restos fósiles de piñas y madera demostrarían su presencia y utilización. Foto Luis Gil.
“Como alumno de Ciencias Biológicas aprendí en 1976, en las disciplinas de Botánica, Geografía Física y Fitosociología, que la mayoría de los pinares, excepto los de alta montaña, habían sido plantados por los ingenieros de montes mediante las repoblaciones de la dictadura de Franco. En un contexto de alumno inmaduro y abierto a toda novedad acepté la idea como una verdad absoluta que no necesitaba ser demostrada dados el prestigio y la excelencia de quienes la emitían”, explica Luis Gil.
La presencia de polen en turberas o fósiles demuestran la presencia de los pinos en la Península Ibérica desde hace millones de años, tal y como ha demostrado José Carrión en su estudio Paleoflora y paleovegetación de la Península Ibérica e Islas Baleares (2012), de la Universidad de Murcia que coordina y publica en 2012, y que cuestiona la denominada vegetación potencial ibérica, que es la base de la Red Natura 2000.
“Los pinos no son fruto de las denostadas repoblaciones de los ingenieros de montes de mediados del siglo XX, hay numerosos estudios y documentación que demuestra su presencia como la Clasificación General de Montes Públicos de 1859 (reeditada en 1990), donde se estiman en 2.178.849 las hectáreas de pinares dispersas por todo el territorio ibérico”, afirma Luis Gil.
La toponimia es otra de las fuentes que demostraría la presencia de los pinos desde hace miles de años en España. “Palabras como Lérez, Cerler, Teide, Tiétar, Valsaín, Sapo o Sisapo (la antigua Almadén) significan pinar. Una barca ligera para la pesca de ballenas se denominaba pinaza, hasta que se extinguieron los pinares”, comenta Luis Gil. Pero sin irnos tan lejos en el tiempo, aún hay numerosas poblaciones que incorporan el nombre de pinar a su denominación: en castellano (Pinar, Pinedo, etc.); en gallego (Piñeiro, Pindo, etc); en valenciano (Pinet) o en catalán (Pi), como también del empleo de la resina o pez que se utilizó en tiempos medievales, Peguera o Peguerinos en castellano, para la obtención de pez y Espalmador (en catalán) para el calafateo.
De todo ello hablará Luis Gil en el Ateneo de Madrid esta tarde a partir de las 19:30 horas, con asistencia libre.