Sin conciencia de riesgo no hay planes de prevención y autoprotección
La interfaz urbano-forestal se ha convertido en el gran caballo de batalla de los equipos de extinción. El crecimiento de la vegetación en los terrenos forestales, la falta de gestión en muchos casos y la proliferación de urbanizaciones y viviendas en espacios forestales ha convertido a municipios y urbanizaciones en un auténtico quebradero de cabeza cuando se produce un incendio.
Vivir en un paraje natural, rodeado de naturaleza salvaje es muy atractivo para una sociedad que desconoce el riesgo que ello entraña si no toma las medidas de precaución adecuadas.
Conscientes de ello, algunas Comunidades Autónomas han puesto en marcha medidas de información y concienciación para que los ciudadanos asuman sus propias responsabilidades y no lo dejen todo en manos de unos servicios públicos que pueden ser incapaces de atender a todas las necesidades individuales en caso de un gran incendio.

Las charlas se enmarcan dentro del programa Stop al foc de la Generalitat
Es el caso de la Comunidad Valenciana, que inicia ahora su cuarta temporada de charlas y encuentros con vecinos de localidades y urbanizaciones que están en terrenos forestales y a los que la Ley de Montes obliga a disponer de un plan de prevención.
“Hay un problema de percepción del riesgo, la sociedad no es consciente de dónde vive y del riesgo que puede correr su casa y su familia por un incendio forestal. Sin conocimiento no podemos hacer nada, por eso es tan importante que la Administración Pública informe al ciudadano”, nos lo dice Ferrán Dalmau, uno de los técnicos de la empresa Medi XXI encargada el año pasado y este de facilitar la información a los asistentes a las más de 50 charlas y reuniones que se celebrarán por toda la Comunidad Valenciana.
Las charlas, “eminentemente prácticas para que tomen conciencia y se pongan manos a la obra con sus planes de prevención y autoprotección”, van de lo internacional a lo local y de lo general a lo concreto. Los ejemplos de Portugal, Grecia y Estados Unidos llevan a los ejemplos locales, de la importancia del bosque y de los valores que se pierden si se quema, a la responsabilidad de las poblaciones y urbanizaciones para no provocar incendios y para protegerse de ellos. “Damos consejos tan sencillos y prácticos como que si tienes que abandonar tu casa porque llega el incendio al menos cierra puertas interiores entre las habitaciones, puedes salvar la mayor parte de la casa si las llamas entran al interior; cierra las ventanas y pon el sistema de riego del jardín a funcionar”, comenta Dalmau.
Ferrán y su equipo ponen a los asistentes en situaciones reales, ya vividas en otros incendios en cualquier parte de España. “En los incendios más graves y de mayor intensidad puede que usted llame al 112 y le digan que los equipos de extinción tardarán en llegar un determinado tiempo. Hasta que lleguen, su única defensa va a ser las medidas que usted haya tomado”.
Parece un mensaje dramático pero no lo es tanto cuando la tozuda realidad se empeña en demostrar que cualquier aviso se puede quedar corto.
Es la triste experiencia de Llutxent, donde a la primera charla organizada para hablarles de prevención y autoprotección se acercaron solo seis personas. Después llegó el incendio más grave de 2018 con más de 3.000 hectáreas quemadas. “Repetimos la charla después del incendio y asistieron 85 personas”. Una vez más tuvo que suceder la desgracia para que la sociedad tomara conciencia del problema. “Los propietarios deben saber que tienen una responsabilidad, que sus intereses se van a ver amenazados y que no pueden dejarlo todo en manos de la administración pública para que les soluciones todos los problemas”.
“En los incendios más graves y de mayor intensidad puede que usted llame al 112 y le digan que los equipos de extinción tardarán en llegar un determinado tiempo. Hasta que lleguen, su única defensa va a ser las medidas que usted haya tomado”.
Distintos expertos en toda España sobre la prevención y los planes de autoprotección, como David Caballero, consideran que “esta es una responsabilidad compartida de los ciudadanos y de las distintas administraciones públicas, que tiene que afrontarse con consenso y participación pública”.
Pero ¿de qué sirven estas charlas?

El número de asistentes a las charlas es muy variado
Los datos de la Consejería de Agricultura, Medioambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Comunidad Valenciana avalan su necesidad. Este es el cuarto año que se desarrollan estos encuentros para informar y sensibilizar a los ciudadanos sobre el riesgo que pueden correr sus propiedades e incluso su vida si no toman las medidas adecuadas. Cuando finalice la campaña se habrán celebrado 150 charlas. En 2018 fueron 54 reuniones y este año superarán las cincuenta. Solo en 2018 fueron más de 800 personas las que asistieron a ellas.
La Consejería envía a todos los municipios con terrenos forestales una carta recordándoles la obligatoriedad de disponer de un plan de prevención de acuerdo a lo que recoge la Ley 13/2018 de 1 de junio, en su artículo 55.3: “las entidades locales con terrenos forestales en sus términos municipales redactarán obligatoriamente planes locales de prevención de incendios forestales (PLPIF) y deberán enviarlos a la administración forestal de su demarcación. Estos planes locales tendrán carácter subordinaio respecto a los planes de prevención de incendios forestales de cada demarcación”.
La Fiscalía de Medioambiente envió recientemente a 151 ayuntamientos de diversas comunidades un requerimiento para informase sobre sus planes de prevención y recordándoles que el incumplimiento de esta obligación podría tener incluso consecuencias penales.
Esta apuesta de la Generalitat por la realización de los planes de prevención y las ayudas que han sacado en estos años para elaborarlos han sido importantes para que 61 municipios ya tengan su plan aprobado, aunque hay otros 464 que deben realizarlo. “A fecha del 1 de abril de 2019 hay otros 11 municipios en fase de tramitación de aprobación de su plan y hay otros 264 municipios a los que se les ha concedido ayuda para su elaboración y deben justificar la inversión en julio de 2019”, comentan desde la Consejería. Suponiendo que los 264 terminasen su plan en fecha y lo presentasen para su tramitación, a partir de agosto 336 municipios de la Comunidad Valenciana tendrían su plan de prevención aprobado o en trámite de aprobación, de los 525 municipios que deben tenerlo.
“Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Canarias son las comunidades autónomas más avanzadas en esta materia, queda mucho por hacer”, comenta Dalmau.
Ferrán cuenta el secreto del éxito de estas reuniones y charlas con los vecinos de los pueblos cuando se convierten en un plan de prevención o autoprotección, “ponemos de acuerdo a todos los grupos políticos. Les preguntamos cuánto cuesta para ellos la prevención de un incendio y conseguimos que firmen un compromiso para mantener la inversión en los próximos años”.
Lentamente, el mensaje surte efecto
El mensaje va calando, aunque lentamente. “Hemos avanzado algo en la conciencia de este problema. Los grandes incendios de California, Portugal o Grecia, unida a la insistencia con la que contamos los peligros y consecuencias y a dos grandes hitos: el informe de Greenpeace “Protege tu bosque, protege tu casa” y las jornadas sobre interfaz urbano-forestal del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, han hecho que la administración pública, los profesionales forestales y, poco a poco, los propietarios de viviendas vayan tomando conciencia”.
Pero, después de informar y sensibilizar alguien hace siempre la misma pregunta en las reuniones con los vecinos: “¿esto quién lo va a pagar?”. “Y entonces les invade la certeza de que esto no va con ellos, de que no les va a tocar nunca, de que su casa no estará nunca en peligro”, comenta Dalmau.
Para que la cuestión económica no sea un muro infranqueable que impida que municipios y propietarios tomen las medidas adecuadas, la Comunidad Valenciana ha sacado una línea de ayudas para que los municipios elaboren sus planes de protección y algunas Diputaciones han dado ayudas para que se pongan en marcha. Las ayudas de la Generalitat Valenciana van desde los 3.000 a los 9.000 euros para la elaboración de los planes de prevención que después deberán ponerse en marcha.
“Las charlas -comenta Ferrán– acaban siempre con un debate más o menos acalorado con el comentario de alguien hay que limpiar el monte, pero la verdad es que no caben soluciones simplistas a problemas complejos”. Una vez más los ciudadanos miran hacia la administración pública para que asuma toda la responsabilidad. El mensaje que lanzan Ferrán y sus compañeros es muy sencillo y directo: “usted puede ser parte de la solución o del problema, de usted depende”.
Ismael Muñoz
@Ismaelnatura