Sin planes de prevención y autoprotección el riesgo de grandes incendios aumenta

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Foto Eural

La falta de planes de prevención y de autoprotección, así como el abandono rural y la pérdida de conocimiento del territorio y su gestión, ha convertido a los incendios forestales en sucesos más peligrosos para las poblaciones y las urbanizaciones en zonas de interfaz urbano-forestal y, por supuesto, para los equipos de extinción que tienen que enfrentarse a un nuevo escenario para el que la sociedad no está preparada.
Esta fue una de las conclusiones principales del IV Encuentro de Bomberos Forestales, organizado por la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales ATBRIF, que reunió a bomberos forestales de toda España en El Espinar (Segovia), del 3 al 5 de mayo.

Mónica Parrilla responsable de la campaña de incendios de Greenpeace expuso en las jornadas la visión que tiene su organización.
“Sabemos las causas que originan los incendios por las estadísticas de las administraciones públicas y la Fiscalía, y sabemos las causas por las que se propaga el fuego: el abandono rural, la falta de gestión y de aprovechamiento forestal. Súmale el cambio climático, que provoca un paisaje inflamable, y añádele, por si fuera poco, más viviendas que se insertan en el terreno forestal porque la planificación urbanística no ha tenido en cuenta este problema. El panorama es como para estar preocupados”.

Greenpeace elaboró en 2018 un informe “Protege el bosque, protege tu casa” con un doble enfoque, por un lado el de tener el bosque gestionado para evitar grandes incendios y, por otro, el de tomar las medidas preventivas para mitigar sus efectos sobre las viviendas en caso de producirse y como método de protección indirecto del bosque ya que una vivienda protegida permitirá que los medios humanos y técnicos se dediquen a las labores de extinción en el bosque. En este informe analizaron la situación a nivel nacional con los datos facilitados por cada Comunidad Autónoma para concluir “una radiografía muy alarmante” que facilita un diagnóstico de “emergencia social”.

El informe analizaba los datos de 2017 en el que el 0,5 % de los incendios de ese año, 56 concretamente, habían quemado el 55 % del territorio incendiado . De la evaluación del cumplimiento de la normativa sobre planes de prevención y de emergencia, el informe de Greenpeace concluye que ninguna de las comunidades autónomas aprueba, “tan solo Canarias obtiene una mejor evaluación porque está por delante”, le siguen Cataluña y Comunidad Valenciana que ha hecho un esfuerzo en los últimos dos años para que los municipios dispongan de su plan de prevención. “De los 4.977 municipios definidos como zona de alto riesgo ZAR, 1.056 tienen planes de emergencias aprobados, es decir, el 80% de los municipios en zonas de alto riesgo de incendios no tiene planes de emergencia”.

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Teatro y actividades lúdico deportivas formaron parte del programa del IV Encuentro de Bomberos Forestales. Foto ATBRIF

Según el informe de Greenpeace “las Comunidades Autónomas de Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco, más las provincias de León y Zamora, sufren el 51,57 % del total anual de los incendios. Sin embargo, sus planificaciones destacan por ser deficientes o muy deficientes”.
Según Mónica, en general “se incumple la Ley de Montes que exige que se tengan planes preventivos en las poblaciones insertadas en terreno forestal y se ignora la Directriz de Protección Civil que obliga a que las zonas declaradas de alto riesgo local dispongan de un plan de emergencia que diga, entre otras cuestiones, cómo se hace la evacuación en caso de necesidad”.

En este escenario, para Mónica Parrillala planificación es fundamental para el operativo de extinción de incendios que ahora se enfrenta a ellos con otras prioridades: primero proteger a las personas y segundo proteger a las viviendas, aun cuando no hayan hecho nada para autoprotegerse. Y, en tercer lugar, proteger al bosque. Así que una buena panificación significa menor trabajo, menos riesgo para los bomberos forestales y más éxito en su trabajo de extinción”.

Una cuestión que salió en el debate del IV Encuentro de Bomberos Forestales, y en la que coincidieron los profesionales de la extinción de todas las comunidades autónomas que asistieron, fue la percepción de que las personas se encuentran cada vez más desligadas del territorio, “tienen un gran desconocimiento del medio, exigen que sea la administración quien les salve si se produce un incendio pero desconocen sus deberes de autoprotección”, explica Mónica. De ahí la propuesta de Greenpeace con su calculadora de riesgos, una herramienta sencilla que permite a cualquier usuario conocer qué riesgo corre su vivienda y tomar conciencia del problema.

Conferencias, mesas redondas y actividades lúdico culturales para reivindicar la figura del bombero forestal

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La sierra de Guadarrama se ha convertido en el escenario de los encuentros de los bomberos forestales. Foto ATBRIF

El IV Encuentro de Bomberos Forestales reunió a profesionales de casi todas las comunidades autónomas en “un ambiente participativo y muy constructivo, tanto en las actividades que habíamos preparado como en las conferencias y mesas redondas que organizamos”, comenta Pablo González presidente de la ATBRIF.

Uno de los momentos más emotivos fue la marcha por tramos organizada por la sierra “en la que cada bombero llevaba su EPI y nombraba al terminar a una persona relacionada con el sector a la que quería destacar por su trabajo, experiencia, enseñanzas o por motivos personales”, comenta Pablo. Concluyó con una obra de teatro sobre el fuego y los seres mitológicos “que vencían al fuego con la ayuda de los bomberos forestales, por supuesto”, concluye Pablo.

Hubo una visita técnica a parcelas que forman parte de un estudio sobre la recurrencia de los incendios y las poblaciones, y varias conferencias relacionadas con el futuro del bombero forestal. “Se estableció un debate muy interesante sobre si debe ser más bombero que forestal, más forestal que bombero, sobre si es mejor o peor que pierda el apellido forestal teniendo en cuenta que todo el mundo coincide en que una parte importantísima de su labor de extinción tiene que ver con su capacidad para intervenir en el territorio, precisamente forestal”, comenta Juan Picos, director de la Escuela de Ingeniería Forestal de Vigo, quien impartió esa conferencia y a la que prestaremos atención en los próximos días.

El éxito de asistencia y el nivel de participación ha hecho que los organizadores de la ATBRIF piensen ya en la edición del próximo año.

Ismael Muñoz
@Ismaelnatura