En la Comunidad Valenciana,
Los planes municipales de prevención de incendios forestales necesitarán una inversión de 6 a 7 millones de euros anuales
Este es el cálculo que ha hecho el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales (COITF) en la Comunidad Valenciana. Los planes prevén actuaciones a quince años vista, lo que supone que, si se realizase esa inversión, solo en prevención de incendios se ejecutaría una inversión de 90 a 105 millones de euros en la Comunidad Valenciana.

Morella es la capital de los pueblos de montaña
En estos días se terminan de redactar los últimos planes que contaron con subvención de la Generalitat. El 26 de julio es el último día para presentarlos. Estos planes contemplan actuaciones en el marco de los distintos planes comarcales ya elaborados. Cada plan de prevención local se ajusta a las circunstancias y necesidades del municipio. “Se trata de medidas transversales que implican intervención en el medio forestal, en definitiva, gestión forestal, encaminadas todas ellas a la prevención de incendios”, comenta Juan Manuel Batiste, decano del COITF en Comunidad Valenciana. Destacan la elaboración de infraestructuras de prevención y trabajos selvícolas o las mejoras de viales, pero también contemplan estos planes actuaciones de educación ambiental, sensibilización y concienciación de seguridad y medidas de autoprotección.
La Comunidad Valenciana es una de las que más en serio se ha tomado la obligatoriedad de que los municipios enclavados en terreno forestal cuenten con un plan de prevención de incendios. El fiscal coordinador de Medioambiente envió una carta a varios municipios valencianos interesándose por el estado de estos planes y recordándoles su obligación de disponer de él.

Monte de Enguera, ejemplo de gestión sostenible. Foto Ismael Muñoz.
Estos seis o siete millones de euros cree Juan Manuel Batiste que deberán salir principalmente de los presupuestos de la Comunidad Valenciana. “los ayuntamientos de montaña, con graves problemas de despoblación, no tienen recursos económicos para poner en marcha estos planes. Podrían asumir un uno por ciento, calculo; alrededor de un 15 % podría salir de la venta de los productos que se obtengan de los trabajos preventivos; el resto de la inversión debe salir de la consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, tradicionalmente la menos dotada económicamente de todo el gobierno”.
A Juan Manuel no le cabe en la cabeza otra posibilidad que poner en marcha estos planes de prevención una vez sean recepcionados por la consejería y aprobados. “No hay otra, la apuesta por la redacción de los planes de prevención locales implica la inversión necesaria para ejecutar las actuaciones previstas. No sacar las líneas de subvención necesarias para hacerlo sería un ridículo espantoso”, comenta Batiste.
Los municipios de montaña creen que poner en marcha estos planes de prevención pueden ser “una buena oportunidad para crear empleo y atraer a población para los próximos quince años, siempre que se haga la inversión y se mantenga”, comenta Batiste, muy en contacto con la realidad de muchos de ellos.
Primeras subvenciones para planes de ordenación
Paralelamente, se están redactando planes de ordenación forestal tras la línea de subvención que se aprobó en 2018. “Estos planes pueden suponer que en la Comunidad Valenciana, por fin, vamos a hacer gestión forestal, algo muy necesario y de lo que acrecen nuestros montes”. Pero de nuevo la cuestión de las subvenciones aparecen de fondo, serán necesarias para poner en marcha estos planes de ordenación. “No hay gestión forestal en los montes valencianos principalmente por falta de rentabilidad, así que si son importantes la funciones que cumplen será importante que se invierta en ellos para que sigan garantizándolas”.
Campaña de alto riesgo de incendios
En cuanto a cómo marcha la campaña de incendios en la Comunidad Valenciana, para el decano del COITF en esta comunidad, “tal y como están abandonados los montes, la grave sequía y el tiempo que está haciendo no podemos quejarnos de cómo va la campaña. El incendio de Beneixama no ha sido nada para lo que podía haber sido”. Y pone como ejemplo de falta de gestión las masas de pinares que crecieron tras los incendios de 1994 en la zona del Alto Palancia. “Son masas de pinares continuas, sin gestionar desde que salieron a partir de 1994, en una zona de especial problemática con los rayos de las tormentas secas. Cualquier incendio allí puede tener enormes dimensiones”.
Ismael Muñoz
@Ismaelnatura