La economía circular del agua aplicada a la prevención de incendios forestales
Reintegrar en el ecosistema el agua que ya ha tenido una vida útil a través de pautas de riego prescritas con el objetivo de que la vegetación no arda fácilmente. Este es el objetivo de el Proyecto Guardian, una iniciativa dotada con 4,4 millones de euros de la UE que generará una barrera natural contra el fuego en Riba-roja y Paterna, Valencia.
En contraposición a política de quemas prescritas, o como «herramienta alternativa en zonas donde el manejo del fuego técnico pueda ser más sensible o generar más rechazo social», como en las zonas de interfaz urbanoforestal, nace una apuesta por los «cortafuegos verdes mediante pautas de riego», ha explicado a OSBO Digital el director de Med XXI, Ferrán Dalmau.
Agua reciclada para combatir los incendios
Sin embargo, los riegos forestales en el Mediterráneo generan una «disyuntiva ambiental importante”: la utilización, o no, de agua potable para regar zonas forestales, «aunque sean zonas de interfaz urbano-forestal» próximas al Parque Natural del Túria y La Vallesa.

Riegos controlados hechos con agua reciclada, este es el proyecto Guardian para crear una barrera verde
La apuesta por el empleo del agua potable, un recurso escaso, planteó la necesidad de buscar alternativas viables.
La principal novedad que incluye el proyecto Guardian es el despliegue de «una infraestructura hidráulica orientada a suministrar agua reciclada desde la Planta de tratamiento de aguas residuales Camp de Turia 2 para devolverla al ecosistema depurada y filtrada» y conseguir «agua de alta calidad pero que no sea potable«.
Esa agua, que ya ha tenido una vida útil, se reintegra al ecosistema a través de pautas de riego con el objetivo de hacer al combustible forestal menos susceptible a las llamas. La idea es generar una barrera natural «de alto valor paisajístico, muy importante desde el punto de vista de la mitigación del cambio climático, además de generar sombra y aumentar la humedad».
La principal novedad que incluye el proyecto Guardian es el despliegue de «una infraestructura hidráulica orientada a suministrar agua reciclada desde la Planta de tratamiento de aguas residuales Camp de Turia 2 para devolverla al ecosistema depurada y filtrada» y conseguir «agua de alta calidad pero que no sea potable».
Economía circular
Se trata de una apuesta por «la economía circular, el ciclo integral del agua elevado a la máxima potencia», ya que «recogemos el agua que ya ha sido puesta a disposición del público y la volvemos a utilizar poniéndola en el ciclo natural a través de los riegos».

Explicación gráfica del tratamiento de la vegetación en la interfaz urbano-forestal. Imagen F. Dalmau
Al tiempo que se riegan estas zonas sensibles de la interfaz urbano-forestal, Guardian velará por «evitar una cantidad de biomasa excesiva«, gracias a los planes de mantenimiento de las franjas verdes a 10 años para «el aprovechamiento de la biomasa«. El proyecto se completa con labores de divulgación sobre «pirojardinería», especies «resistentes al fuego».
Al modificar las condiciones de la estación, al «aportar una precipitación mayor de forma artificial», pretenden que la franja del territorio gestionada «pueda albergar especies diferentes a las actuales», que se limitan a un pinar de pino carrasco en unas condiciones «muy al límite», el cual tratarán de recuperar «con un aporte de nutrientes al suelo».
Se trata de una apuesta por «la economía circular, el ciclo integral del agua elevado a la máxima potencia», ya que «recogemos el agua que ya ha sido puesta a disposición del público y la volvemos a utilizar poniéndola en el ciclo natural a través de los riegos».
Bosques resistentes ante fuego
En vez de eliminar vegetación, Guardian pretende usar aquella que «sea más resiliente ante los incendios forestales”, aunque Dalmau se ha declarado «en contra del racismo forestal», que hace que en Valencia «la encina esté mejor vista que el pino».
«No hay especies buenas o malas», lo que hay son «especies mejor adaptadas que otras a unas condiciones ambientales caracterizadas por una recurrencia elevadísima de incendios forestales y unas condiciones muy limitadas en precipitación«, lo que permite poca diversidad.
Más que encontrar las especies idóneas, lo que pretende Guardian es generar «un cambio de condiciones ambientales muy localizado en las zonas de impacto de incendio«, que permita desarrollar los trabajos para generar «condiciones más favorables para la vegetación no pirófita».
Fuego en la interfaz urbano-forestal
Aunque aún queda «un trabajo de tres años por delante«, en ese tiempo, tratarán de generar «una política urbanística orientada a proteger del fuego las zonas de interfaz urbano forestal», y de paso, «mitigar el cambio climático».
«Una cosa que la sociedad tiene que asumir es que por proteger urbanizaciones estamos perdiendo decenas de miles de hectáreas al año en incendio forestales«, ya que la prioridad de los equipos de emergencias «cambia cuando fuego amenaza las casas».
Manuel Moncada