Los incendios en la Amazonía causan una crisis diplomática

Los incendios forestales que llevan días quemando una parte de la selva amazónica amenazan con convertirse en un motivo de crisis diplomática entre el gobierno de Brasil, presidido por Jair Bolsonaro, y los países donantes que destinan todos los años dinero para la conservación de la selva. El primero en alzar la voz ha sido el presidente Francés, Emmanuel Macron, quien los ha calificado de “crisis internacional” y los ha incluido en la agenda del G7 este fin de semana en Biarritz. Finlandia ha propuesto a la Unión Europea que estudie la prohibición de importar carne de vacuno de Brasil en respuesta a los incendios. Y la ONU ha expresado su alarma y “profunda preocupación”.

«Nuestra casa arde. Literalmente. La Amazonía, el pulmón de nuestro planeta y que produce el 20 % de nuestro oxígeno está en llamas. Es una crisis internacional”, ha afirmado Macron en su cuenta de Twitter, invitando a los líderes del G7 a «hablar de esta urgencia» durante este fin de semana.

El comentario de Macrom en su cuenta de Twitter no ha hecho ninguna gracia al presidente brasileño quien ha respondido inmediatamente acusando a Macrom de tener una actitud colonialista.

«El Gobierno brasileño permanece abierto al diálogo, basado en datos objetivos y respeto mutuo. La sugerencia del presidente francés de que los asuntos amazónicos se discutan en el G7 sin la participación de los países de la región evoca una mentalidad colonialista equivocada en el siglo XXI», ha dicho Bolsonaro.
Para Bolsonaro los países donantes de la Amazonía lo hacen “para interferir en nuestros asuntos”.

Su discurso sobre los incendios se ha moderado ligeramente después de acusar a las ong ambientalistas de ser las responsables de los incendios en una supuesta “guerra contra su gobierno”. Al no disponer de ninguna prueba que pueda avalar esta acusación ha comentado que se basaba “en sus conjeturas y desconfianzas” y ha señalado ahora a los agricultores como los posibles autores de este elevado número de incendios.

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La imagen vía satélite muestra los puntos rojos con los incendios activos estos días

Ha reconocido que su país no tiene recursos para hacer frente a este número de incendios, aunque no ha anunciado si aceptará la ayuda que la UE, Chile e incluso Venezuela se han brindado a darle. En marcha está desde hace unos años, el programa Amazonía sin fuego. Un programa de prevención y educación ambiental extendido a varios países de la cuenca del Amazonas, entre ellos Ecuador.

¿Sensibilidad ambiental, forma de presionar al gobierno de Bolsonaro, preocupación por el destino a donde van los fondos de las ayudas a la conservación de la selva amazónica…? Sea cual sea la razón o razones una gran cantidad de países y de distintas instituciones sociales y religiosas de América Latina han manifestado su preocupación al gobierno de Bolsonaro por estos incendios.

Finlandia ocupa la presidencia de turno de la UE hasta finales de 2019. Su primer ministro Antte Rinne ha manifestado que su gobierno sigue “muy atentamente los incendios en la Amazonía” y ha criticado al gobierno de Brasil por la actitud que “parece haber tomado con respecto a sus propios incendios”, insinuando que quizás no está haciendo todo lo que debiera para extinguir unos incendios que “son un peligro para toda la civilización”.

El secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, ha manifestado sentirse “profundamente preocupado por los incendios en la selva del Amazonas. En medio de esta crisis climática no podemos permitirnos dañar más una de nuestras fuentes de oxígeno y biodiversidad”.

Boris Johnson, el primer ministro británico, se ha sumado a los que consideran que se trata de “una crisis internacional” y ha ofrecido la ayuda del Reino Unido para “ponerlos bajo control y ayudar a proteger una de las principales maravillas de la Tierra”.

La Unión Europea ha brindado su ayuda a Brasil y Bolivia suministrando las imágenes por satélite del sistema Copernicus.