El incendio de Sonoma lleva quemadas 27.000 hectáreas y 180.000 desalojados

El incendio de Sonoma, California, lleva quemadas 27.000 hectáreas y ha provocado el desalojo de 180.000 personas. Las primeras investigaciones apuntan a una chispa en las instalaciones eléctricas de la compañía Pacific Gas & Electric, la misma compañía que ha provocado en los últimos años los incendios forestales más graves de la historia de California. La compañía ha puesto en marcha un plan de prevención que incluye sustitución de viejas instalaciones, cámaras, tratamiento de la vegetación, estaciones meteorológicas y un sistema de aviso a la población.

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El incendio lleva activo cuatro días y ha quemado más de 66.500 acres. Las condiciones apuntaban a un gran incendio: una ola de calor, con varios días por encima de los 35 ºC, y vientos muy cálidos con velocidades superiores a 100 km/h (en algunos puntos se han registrado rachas de hasta 150 km/h). PG&E anunció que cortaría el suministro eléctrico a más 940.000 contratos, algo más de 2.400.000 personas para evitar que un nuevo accidente en forma de chispa en sus instalaciones provocase otro gran incendio más, después de las trágicas consecuencias de los que causó en 2017 y 2018. Aunque no está claro a cuántos ciudadanos podrá afectar. La propia compañía advierte en su página web de que «un corte en el suministro eléctrico por motivos de seguridad pública podría afectar a cualquiera de los más de 5 millones de clientes que reciben servicio eléctrico por parte de PG&E debido a la naturaleza interconectada de la red eléctrica«.

La compañía ha elaborado una serie de indicaciones a los ciudadanos sobre cómo comportarse en caso de apagón y cómo preparar un «kit» de emergencia. Y está conectada a través de una aplicación con los usuarios que se han dado de alta con el fin de informar de cuándo se restaurará el servicio y a qué zonas ha afectado el corte.

La vida diaria de 200.000 personas se ha visto alterada a la espera de que se vaya normalizando la situación. El Condado de Sonoma facilita información de servicio público a través de las redes sociales en inglés y en castellano.

El de Camp Fire en 2018, causó 85 muertos y miles de construcciones destruidas. Pero los de 2017 provocaron que la compañía se declarase en bancarrota en el mes de enero de este año en previsión de las indemnizaciones millonarias a las que tendrá que hacer frente por responsabilidad civil. De nuevo la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric en el punto de mira de los incendios en California. Sus instalaciones y tendidos que recorren los bosques del estado californiano han sido señalados “por su deficiente mantenimiento” como los causantes directos de numerosos incendios en los últimos años.

Un programa especial de prevención

La compañía puso en marcha este año un programa especial para reducir riesgos por incendios forestales con la intención de “mantener seguros a nuestros clientes y a las comunidades a las que servimos”, reza su declaración de intenciones.

Las líneas fundamentales del plan son:

Realizar inspecciones urgentes de seguridad de aproximadamente 50.000 estructuras de transmisión, 685.000 postes de distribución y 200 subestaciones en áreas de alta amenaza de incendio antes de la temporada de incendios forestales.
Actualización de su sistema de distribución en las zonas de mayor riesgo de incendio en los próximos 10 años, especialmente mediante líneas eléctricas cubiertas.
Cumplir y exceder los estándares actuales de vegetación y seguridad contra incendios para líneas de distribución eléctrica en zonas de alto riesgo de incendio. Trabajar sobre la vegetación que presenta un mayor potencial de riesgo de incendios forestales.
Disponer de 1.300 nuevas estaciones meteorológicas para 2022, con el objeto de conocer las condiciones de peligro de incendio y facilitar información en tiempo real a través de MesoWestOpens.
Instalar 600 cámaras para 2022 para el monitoreo en tiempo real en áreas de alto riesgo de incendio. Se podrá seguir a través de AlertWildfire.
Monitoreo de las condiciones 24 horas al día todos los días de la semana, durante la temporada de incendios forestales, para lograr una coordinación de los esfuerzos de prevención y respuesta.

De momento, en plena ejecución de este plan, y si se confirman las primeras sospechas, las medidas tomadas no han sido suficientes para evitar un nuevo incendio.