Los incendios arrasan en Europa 50.000 hectáreas de la red Natura 2000 y se multiplican en los países del norte

En 2018 Suecia registró 8.181 incendios que afectaron a 24.310 hectáreas, cuando la media entre 2008 y 2017 era de 4.115 incendios y 2.911 hectáreas. Similares cifras se extraen de Noruega o Finlandia si repasamos el reciente informe anual referido a 2018 sobre los incendios forestales en Europa, Oriente Medio y África del Norte que ha presentado hoy la Comisión Europea. Esta institución incide en que las llamas afectaron a un número de países más elevados que nunca, achaca el aumento del riesgo de incendios al cambio climático y constata que afectaron a 50.000 hectáreas de la red Natura 2000.

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Incendio en Groenlandia, julio 2019. Imagen Copernicus

Todos los países del norte de Europa, y muchos del centro, están marcados en rojo en el informe de la Comisión Europa (CE). Se debe a que en 2018 incrementaron sustancialmente tanto el número de incendios como el de superficie quemada. En Finlandia los incendios subieron un 213 % y un 253 % la superficie quemada; en Alemania el incremento fue de un 244 % y un 706 % respectivamente; en Lituania, 117 % y 103 %; en Letonia, 185 % y 827 %; en Noruega 722 % y 372 %; y en Suecia, los incendios aumentaron un 199 % y un 835 % la superficie quemada.

Este nuevo mapa de los incendios forestales europeos, que según la CE afectó en 2018 al número de países más alto desde que se elaboran estas estadísticas, refleja la tendencia que se ha vuelto a concretar este año: el fuego alcanza cada vez latitudes más septentrionales debido a las altas temperaturas y los períodos de sequía anormales que se registran en ellas. La propia CE constata que “Suecia experimentó la peor temporada de incendios desde que se recopilan datos, una situación inusual para un país nórdico”.

El informe de la CE también advierte que “si bien la superficie total quemada -en 2018- fue menor que en años anteriores, las temperaturas se mantuvieron por encima de la media en el centro y el norte de Europa durante la mayor parte del verano, lo que creó condiciones favorables al comienzo y la propagación de incendios forestales, causando sustanciales pérdidas económicas y medioambientales”.

Todo indica que la tendencia va a peor porque, aunque es cierto que 2018 fue un año nefasto para Suecia, en 2019 han ardido zonas del Ártico de forma inusual, incluida Groenlandia. En el informe de 2018 presentado hoy por los comisarios de Medio Ambiente, Karmenu Vella, y de Educación, Cultura, Juventud y Deporte, Tibor Navracsics, advierten que en 2019 “la temporada de incendios comenzó pronto, debido a las condiciones secas y ventosas, unidas a las altas temperaturas”. Y añaden que “en marzo el número de incendios superaba ya la media de todo un año durante la última década, con numerosos incendios en regiones montañosas y críticos en el delta del Danubio”.

La CE liga también incendios con cambio climático

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La propuesta de la CE con una nueva Estrategia Forestal Europea es crear bosques resilientes a un clima más seco y con mayores temperaturas. Foto Ismael Muñoz

Navracsics, que también es el responsable del Centro Común de Investigación (CCI), encargado de elaborar el informe presentado, asegura que “la alteración de las condiciones meteorológicas ligada al cambio climático aumenta el riesgo de incendios forestales a nivel mundial. Debemos reaccionar e intensificar nuestra labor para conseguir que nuestros bosques sean más resilientes frente a un clima más seco y cálido”. También señala que los datos proporcionados por el CCI “permiten centrarnos en las formas más eficaces de prevenir los incendios, lo que nos ayuda a proteger los bosques, un factor clave para preservar la biodiversidad y la calidad de vida de la ciudadanía”./em>

Aunque la comparación no sirva para sacar conclusiones el dato es que, en números totales, se aventura un 2019 peor que 2018. El año pasado los incendios quemaron casi 178.000 hectáreas en la UE, una superficie que representa menos de la sexta parte de la que se quemó en 2017, y es inferior a la media desde 2008. Un ejemplo es España, que en 2018 tuvo los mejores números de la presente década, con 25.162 hectáreas quemadas, pero que en 2019 lleva 80.400 hectáreas hasta mediados de octubre, aunque ligeramente inferior a la media del decenio anterior.

«Debemos reaccionar e intensificar nuestra labor para conseguir que nuestros bosques sean más resilientes frente a un clima más seco y cálido”. Tibor Navracsics, comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte<

Otra de las conclusiones negativas que registra el informe es que “los ecosistemas vulnerables de la red Natura 2000, que albergan diversas especies vegetales y animales en peligro de extinción, perdieron 50.000 hectáreas a raíz de los incendios, lo que equivale al 36 % de la superficie total quemada en 2018”.

Mejora del Mecanismo de Protección Civil y puesta en marcha de rescEU,

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Momento de la presentación de la aportación permanente española rescUE, en la base aérea de Torrejón, en el 43 Grupo del ejército del Aire

En cuanto a las tareas de extinción, en 2018 el Mecanismo de Protección Civil de la UE, del que España es uno se sus principales colaboradores, se activó cinco veces para responder a incendios forestales en Europa, concretamente en Suecia, Grecia, Letonia y Portugal. “En total –resume el informe–, durante el verano se movilizaron quince aviones, seis helicópteros y más de 400 bomberos, y la Unión Europea aportó 1,6 millones de euros para financiar gastos de transporte, a fin de prestar el oportuno apoyo a los países afectados”.

La CE también resalta que, a petición de los Estados miembros, “se elaboraron más de 139 mapas por satélite de incendios forestales a través del programa Copernicus y se enviaron expertos en materia de incendios forestales de toda la UE a Portugal, en el marco de una misión de prevención y preparación, con objeto de ayudar a incrementar la capacidad del país para hacer frente a los incendios forestales”.

Los comisarios presentaron igualmente algunas medidas llevadas a cabo por la UE en 2019, como el perfeccionamiento del Mecanismo de Protección Civil y la puesta en marcha el dispositivo rescEU, “a fin de mejorar la protección de los ciudadanos frente a las catástrofes y la gestión de los riesgos emergentes en Europa y fuera de ella”. En 2019 creó una flota de transición de aeronaves para la extinción de incendios, que se ha desplegado en dos ocasiones (en Grecia y Líbano). El objetivo final de este programa es disponer de medios propios para los trabajos de rescate y emergencias naturales y sanitarias. El presupuesto es de 200 millones de euros anuales para 2019 y 2020.

Por último, recuerdan que en julio, “la CE abogó por intensificar la actuación de la UE contra la deforestación y degradación forestal en una Comunicación, comprometiéndose a tomar medidas adicionales, entre ellas la transformación del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales en una herramienta para la supervisión de los incendios a escala mundial”. Recientemente la CE ha presentado una propuesta para disponer de una Estrategia Forestal Europea, aprovechando que está abierto el proceso negociador para el próximo periodo 2020-2027 de la PAC, tal y como informó el ministro Luis Planas en el Consejo Forestal Nacional.