La gestión forestal clave en la lucha contra el cambio climático
Castilla-La Mancha recuerda su compromiso con la lucha contra el cambio climático a través de la gestión sostenible de sus bosques, la aprobación de la ley de Economía Circular y una apuesta por las energías renovables señaló José Luis Martínez Guijarro, vicepresidente del Gobierno de Castilla-La Mancha en la COP25. El cambio climático y sus efectos sobre la vegetación y la lucha contra los incendios forestales fueron el eje sobre el que transcurrió la sesión.

De izquierda a derecha: Ismael Muñoz de Osbodigital; Beatriz Pérez, de la Universidad de Castilla-La Mancha; José Luis Martínez Guijarro, vicepresidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; José Luis escudero Palomo, consejero de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha y Nicolás López, director del Centro Operativo Regional de Incendios Forestales de la Junta de Castilla-La Mancha.
“Es evidente que estamos viviendo una crisis climática, los datos científicos lo demuestran y es obvio que eso es un riesgo para los bosques”, comentó Martínez Guijarro. Sin embargo, el dirigente castellano manchego quiso ver una oportunidad y no quedarse en los aspectos negativos del cambio climático. “Debemos convertir este problema en una oportunidad para los montes y los espacios naturales protegidos (enp)”. Para ello, en opinión de Martínez Guijarro, hay que “sumar al debate la necesidad de cuantificar los beneficios que presta el sector forestal, el medio rural y los espacios naturales protegidos. Debemos encontrar mecanismos financieros que permitan valorar la fijación de CO2 de los montes, que nos permitan invertir en la gestión forestal y de los enp”.
Esta es una demanda de los propietarios forestales desde hace años, “encontrar mecanismos financieros” que premien la buena gestión forestal, aquella que es capaz de captar y fijar CO2. “Cortamos y plantamos, cortamos y plantamos, por eso tenemos bosques vivos, jóvenes, que son los que más CO2 captan para su crecimiento. Queremos bosques gestionados y vivos, que estén en continuo crecimiento”, dijo Patricia Gómez, gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España COSE en una de las jornadas de la COP25.
Estas declaraciones las ha hecho el vicepresidente de Castilla-La Mancha al inicio de la sesión de debate y diálogo bajo el título “Incendios forestales y cambio climático. ¿Qué debemos hacer para minimizar la ocurrencia y el impacto de los grandes incendios forestales sobre la biodiversidad y el clima?”, celebrada en la COP25. En esta sesión, moderada por Ismael Muñoz de Osbodigital, han participado Beatriz Pérez, investigadora del grupo de Investigación de Ecología del Fuego y Cambio Climático de la Universidad de Castilla-La Mancha y Nicolás López director del Centro Operativo Regional de Incendios Forestales de la Junta de Castilla-La Mancha.
El cambio climático se nota en los bosques
Para Beatriz Pérez el cambio climático se nota ya en los bosques de la región castellano manchega: “un incremento medio de las temperaturas y sequías más prolongadas provocan menor humedad en la vegetación lo cual, unido a otros vectores como la despoblación y el abandono de los bosques, puede ser un caldo de cultivo para incendios de mayor tamaño”.
Este aumento de la sequedad de la vegetación puede traer, entre otras consecuencias, que aumente la duración de la campaña de lucha contra incendios forestales. “Castilla-La Mancha ha hecho una gran inversión en prevención y gestión forestal en estos últimos años, más de 400 millones de euros. Ese es el camino, apostar por la gestión forestal es la mejor manera de luchar contra los incendios forestales”, apuntó Nicolás López.
Para Beatriz Pérez los ecosistemas mediterráneos están adaptados al fuego, que ha formado parte de ellos desde hace miles de años. “El problema es la recurrencia con la que los ecosistemas sufren grandes incendios, que no permiten a la vegetación recuperarse adecuadamente. El cambio climático hace más vulnerables a los ecosistemas a los grandes incendios”.
Nicolás López recordó los trabajos de la Junta de Castilla-La Mancha para disponer de un mapa de vegetación que permite determinar, en función de su grado de humedad, las zonas con más riesgo de sufrir un incendio o incluso decidir en un incendio en qué lugar y de qué manera atacarlo para tener más posibilidades de éxito.
Para José Luis Martínez Guijarro, “Castilla-La Mancha tiene un buen dispositivo de lucha contra los incendios forestales, que goza de prestigio como lo demuestra que nos solicitan ayuda de otros dispositivos e incluso colaboramos en misiones internacionales”.
Ciencia y gestión deben ir de la mano
El uso del fuego técnico o de quemas prescritas también se abordó a lo largo de la conversación. Ambos se mostraron partidarios de utilizarlo como una herramienta más en la lucha contra los incendios y en la gestión del territorio. Para Beatriz Pérez “es necesario seguir investigando para conocer con exactitud sus efectos en la vegetación y el suelo”. Castilla-La Mancha lo utiliza aún en pequeñas parcelas que sirven, entre otras cuestiones, para recoger datos, comprobar sus efectos y para el aprendizaje y manejo del fuego de su dispositivo de extinción.
Ciencia y gestión volvieron a poner de manifiesto la necesidad de colaboración para progresar, aunque también quedó de manifiesto “los distintos ritmos” a los que se mueven, sus propias necesidades e intereses. En cualquier caso, ambos coincidieron en que “la gestión debe basarse en el conocimiento”.
Ambos participantes terminaron con una reflexión en clave positiva. “Hay ciencia y conocimiento capaz de aportar soluciones a los gestores de los bosques. Estamos en esta cumbre demostrando compromiso para revertir la situación” para Beatriz Pérez, mientras que para Nicolás López “estamos gestionando, tomando decisiones para adaptar nuestros bosques al cambio climático y luchar con éxito contra los incendios forestales”.