Los incendios castigan a Australia antes del comienzo del verano

Los incendios forestales han quemado más de 500.000 hectáreas en Australia. Cuatro personas han muerto, dos de ellas bomberos forestales en un accidente el jueves 21 de diciembre y otras dos afectadas por los incendios en las afueras de Charleston, cerca de Adelaida. Las altas temperaturas, enorme sequedad y los fuertes vientos ayudan a la propagación de unos incendios que avanzan fuera de control y que se supone han quemado centenares de viviendas, a la espera de poder acceder a algunas de las zonas quemadas para confirmar el número exacto.

El Servicio Rural de Bomberos de Australia ha confirmado que 23 bomberos han resultado heridos en las labores de extinción, además de los tres compañeros que viajaban en el asiento trasero del camión acompañando a los dos compañeros fallecidos. El accidente sucedió al caer un árbol que impactó en el camión y provocó su vuelco. Los fallecidos son: Geoffrey Keaton, de 32 años. Se unió al Servicio en 2006 y era capitán adjunto de la Brigada Rural de Bomberos de Horsley Park. Andrew O’Dwyer, de 36 años. Se unió al Servicio en 2003 y era miembro de la misma brigada de Horsley Park. Sus compañeros han abierto una cuenta bancaria para ayudar económicamente a sus familias.

Los estados más afectados son los de Australia del Sur y el de Nueva Gales del Sur, donde está declarado el estado de emergencia. Allí, dos grandes incendios han llenado de humo la ciudad de Sidney: son el de Gospers Mountain, a unos 200 kilómetros al noroeste, y de Green Wattle Creek, a unos cien kilómetros al suroeste. En Nueva Gales del Sur, en lo que va de año son más de 800 las viviendas quemadas por los incendios. Para la primera ministra Gladys Berejiklian «el estado de emergencia es vital para la seguridad de las comunidades en Nueva Gales del Sur, ya que nos enfrentamos a la temporada de incendios forestales más devastadora en la memoria».

El verano comienza el 21 de diciembre y las previsiones de calor, con picos de hasta 47 ºC, sumadas a la sequía que sufren desde hace meses hacen pensar en un verano muy complicado para los equipos de extinción. precisamente para ellos el responsable de los Servicios de Emergencias, David Elliot, ha querido hacer un reconocimiento público al decir que «Todo el estado tiene una enorme gratitud por los miles de bomberos que han arriesgado su propia seguridad para proteger la vida y la propiedad». El temor de las autoridades es que todo el esfuerzo realizado hasta ahora sea solo el comienzo de lo que tendrán que hacer.