La Unidad Militar de Emergencias: mucho más que incendios forestales
La UME cumple 15 años en 2020. Diligente y disciplinada, se ha ganado el reconocimiento social por su trabajo en aquellas actuaciones que más directamente han afectado a España: incendios forestales e inundaciones. Pero la UME hace más cosas: la última, la eliminación del Camalote en el Guadiana y, antes, el rescate de víctimas en los terremotos de México, Ecuador y Nepal.
Su presencia y disponibilidad para atender a los medios de comunicación han ayudado a dar una imagen resolutiva y de profesionalidad. Su secreto: formación continua y todos los valores positivos asociados a la expresión que es su lema: “somos soldados”.

Retirada de Camalote en el Guadiana. Foto UME
Durante 2019, la UME ha participado en 64 operaciones durante 192 días, lo que supone la mayor cantidad de días de intervención desde que se creó la Unidad, con una media de 182 militares por cada día de intervención.
Destaca su debut en intervenciones medioambientales, como ha sido la colaboración con la Confederación Hidrográfica del Guadiana en la erradicación del camalote o jacinto de agua en Extremadura.
En inundaciones ha desarrollado 7 operaciones entre las que destacan las intervenciones por causa de la Dana de septiembre en la Región de Murcia y la provincia de Alicante. Ha sido la mayor intervención de la historia de la UME con la participación de 1.500 de sus efectivos.
Ha intervenido en 34 incendios forestales, dos de ellos en el extranjero, Portugal y Grecia. En los de mayor extensión, Torre del Español en Tarragona, Cenicientos en Madrid y Valleseco en Gran Canaria, desplegaron cerca de 400 efectivos.
Ha colaborado también en apertura de viales y restablecimiento de infraestructuras tras fuertes nevadas en distintos municipios.

Actuación incendio de Valleseco en Gran Canaria. Foto UME
En misiones en el exterior destaca su participación en Mozambique tras sufrir el paso del ciclón Idái, así como en Bolivia y Guatemala tras los incendios que afectaron a la selva Amazónica, en ambos casos como miembros del Mecanismo Europeo de Protección Civil. Ha colaborado también con otras unidades de las FF AA en la misión de la ONU en el Líbano “Libre Hidalgo” para impartir formación en incendios forestales, excarcelación y distintos tipos de rescate.
En marzo, el Segundo Batallón de Intervención en Emergencias BIEM II obtuvo la certificación del Módulo Terrestre de Lucha contra Incendios Forestales del Mecanismo Europeo de Protección Civil con la más alta calificación, tras un ejercicio de cuatro días en la Isla de Crees (Croacia).
La UME tiene una plantilla de 3.500 miembros, aunque 3.260 operativos o “presentes”. En 2018, su presupuesto ascendió a 31.443.920 €, sin contar gastos de personal.
Dos graves sucesos motivaron su creación
Dos sucesos en el año 2005: la gran nevada que dejó a miles de coches y conductores colapsados en la Nacional I, y el fallecimiento de la cuadrilla en el incendio de Ribas de Saélices, hicieron pensar al Gobierno de España de entonces, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, en la necesidad de disponer de una fuerza de emergencia con capacidad para actuar de forma inmediata. “La filosofía que crea la UME es tener la posibilidad de disponer de una gran respuesta de personal y medios a una emergencia cuando esta supere la capacidad de actuación de los medios convencionales”, comenta el teniente coronel José Ramón Chana.
Explica el teniente general Miguel Alcañiz Comas, anterior máximo responsable de la UME, que el éxito de una unidad operativa se basa en cuatro factores: “buena selección de personal, continua y excelente formación, dotación de buen material y uso de procedimientos eficaces en la resolución de los problemas”.

Rescate de afectados por la Dana de septiembre en la Región de Murcia y provincia de Alicante. Foto UME
Y a ello se pusieron desde el primer momento. No fue sencillo comenzar, el campo de la protección civil y las emergencias no era una especialidad del Ejército. “Para los militares formar la UME fue un cambio brusco, por la Ley de Defensa Nacional de 2005, pasamos de “apoyar” las emergencias a “tener la obligación”. Un militar es disciplinado y empezamos nuestro desarrollo en un campo totalmente desconocido para nosotros. Desde que se aprueba la ley hasta que somos totalmente operativos pasa mucho tiempo porque no teníamos nada”.
El núcleo que se creó en 2006 eran veinte personas que empezaron a trabajar en locales del Ministerio de Defensa, a pensar cómo debía ser la UME, en su estructura, qué necesidades tendría de personal y medios. A partir de septiembre de 2006 comienza a llegar personal de distintos ejércitos. “En marzo de 2007 empieza a haber un número crítico, se crean las Unidades y afrontamos el reto de ofrecer a las comunidades autónomas unidades que pueden actuar con ellos. Nos marcamos como objetivo la campaña de verano de incendios forestales y disponer en cada uno de los batallones de una compañía preparada para actuar. Fue el primer verano que actuamos en incendios, nos estrenamos en Gran Canaria y después en Tenerife, donde no teníamos ninguna Unidad. Tuvimos que hacer un transporte estratégico desde la Península hasta Tenerife”.
En el 2008 ya tienen una compañía en cada batallón, con el personal formado y preparado, para poder asistir en los incendios. “Teníamos la experiencia del año anterior y con nuestros procedimientos habituales de planeamiento, de dejar todo por escrito, de realizar informes y de organización, fue más fácil la transmisión de información y experiencia para que toda la gente tuviera asimilada la formación e instrucción”.
Los incendios forestales, por recurrentes, fue el ámbito de actuación donde primero se formaron y prestaron servicio. Después vino la preparación para riesgos meteorológicos e inundaciones. “En la campaña de 2008 ya teníamos compañías preparadas para hacer frete a las inundaciones en los batallones ubicados en lugares donde es más habitual el riesgo de nevadas, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos”.

Han identificado nuevas necesidades en emergencias y rescates y se han preparado para cubrirlas. Foto UME ejercicio práctico
Su identificación de necesidades en distintos campos de las emergencias, como son los rescates urbanos, los terremotos, avalanchas y deslizamientos les hizo prepararse a partir de 2011. “En Lorca se vio la necesidad. Dentro del ámbito nacional creo que somos referente junto con el ICAM de los Bomberos de la Comunidad de Madrid. No se conoce nuestra actividad y especialización en este ámbito porque afortunadamente en España no ha sido necesaria nuestra actuación”.
A vista de pájaro, con una amplia perspectiva, las etapas de la UME las resume el teniente coronel Chana en función de su máximo responsable: “con el teniente general Col, su preocupación era disponer de unidades operativas. En la etapa del teniente general Roldán su preocupación era que nos conocieran las comunidades autónomas, que supieran que ya estábamos preparados para responder cuando lo necesitasen. Con el teniente general Muro la labor principal fue prepararnos de acuerdo a los planes de emergencia nacional, fue una etapa de formación interna. Y con el teniente general Alcañiz fue una etapa de ver esos huecos sin cubrir en el ámbito de las emergencias y ver de qué manera podíamos nosotros cubrir esas necesidades”.
El ideario de la UME lo resume el teniente general Alcañiz en el libro “Liderazgo y Emergencias”, con motivo del décimo aniversario de su creación: ideal de servicio de utilidad a los demás; perseverancia para vencer obstáculos; disciplina para unir a los individuos en una sola voluntad; compañerismo para fortalecer al grupo; competencia y humildad para buscar la perfección y máxima pericia en la ejecución de la misión; valor para dar todo lo necesario para lograr la misión; preparación física; abnegación para afrontar sacrificios e incomodidades; amor a la vida y espíritu de equipo.
Un grupo de soldados hiperfinanciados jugando a ser bomberos.