Conseguir predecir los efectos del cambio climático y la contaminación para planificar mejor la gestión forestal
La Fundación Biodiversidad concede una ayuda a una unidad del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) para la realización de un proyecto cuyo principal objetivo es el desarrollo de herramientas predictivas que contribuyan a la protección ambiental y a la planificación de la gestión forestal en España. En un principio está pensado para la cuantificación del impacto que suponen presiones como la contaminación atmosférica o el cambio climático, pero sus impulsores no descartan que los incendios se integren a lo largo del desarrollo de las herramientas.

Estación de monitorización intensiva de depósito y efectos de contaminantes atmosféricos en encinar (Área Forestal de Tres Cantos – Ayuntamiento de Madrid)
“Pensemos por ejemplo en la entrada excesiva de nutrientes provocada por la contaminación y que genera un mayor crecimiento de la biomasa en determinados bosques. Este exceso de biomasa puede estar en el origen de un incendio, por lo que tendríamos que modular las herramientas que queremos desarrollar para incluir esta variable. Y lo mismo con una de las consecuencias del cambio climático, que los suelos pierdan humedad o crezca un vegetación con un mayor poder de combustión”.
Así explica Héctor García, investigador del Ciemat, cómo los incendios también formarían parte de Modico, acrónimo del proyecto Herramientas de modelización dinámica para la conservación forestal en un contexto de cambio global. García trabaja en la Unidad de Modelización y Ecotoxicidad de la Contaminación Atmosférica, departamento del Ciemat que ha obtenido la ayuda de la Fundación Biodiversidad. El Grupo de Ecotoxicología de la Contaminación Atmosférica (Geca/Ciemat) liderará el proyecto.
Modico es uno de los 63 proyectos seleccionados por la Fundación Biodiversidad en la convocatoria de 2019 de ayudas para la evaluación de la biodiversidad terrestre española, cuyo objetivo es promover la investigación e innovación para atender las necesidades de conservación, gestión y uso sostenible. La iniciativa del Geca/Ciemat está dotada con 39.195 euros y su objetivo primordial es “desarrollar herramientas de modelización dinámica biogeoquímica para su aplicación a la gestión sostenible de ecosistemas forestales mediterráneos”.
Otros proyectos con contenido forestal de la misma convocatoria son «Red de detección, predicción y seguimiento de los efectos de la sequía sobre la estructura y biodiversidad de formaciones arbustivas mediterráneas del este península», del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya; y «Gestión forestal FSC para la conservación y mejora del hábitat del urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus)», del Forest Stewarship Council (FSC España).
Empezar por el encinar sin descartar llegar a otros bosques
Entre los primeros pasos a dar en Modico está adaptar uno de los modelos dinámicos de biogeoquímica forestal que se consideran más completos (ForSAFE) para su uso en bosques mediterráneos, comenzando por los encinares. ForSAFE se presentó en 2005 en la revista Forest Ecology and Management como un sistema desarrollado por ordenador donde “cuatro modelos independientes robustos y bien evaluados se combinan con uno dinámico que considera la vegetación y el suelo y las relaciones entre ellos”. Surgía como respuestas a “muchas herramientas diseñadas para períodos de planificación que son demasiado cortos para considerar la sostenibilidad a largo plazo, omiten partes importantes del ecosistema forestal o no son capaces de considerar los cambios ambientales”.
En 2017, la investigadora María Jesús Sierra presentó una tesis doctoral elaborada en el seno del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de la Universidad de Valladolid (UVA) para “mejorar los modelos que predicen la distribución futura de las especies forestales bajo las condiciones de cambio climático”. “Disponer de una herramienta que nos permita adelantarnos a las posibles consecuencias y adaptar las estrategias de gestión y conservación de las especies forestales puede ofrecernos una información muy valiosa de cara a los próximos decenios”, señalaba entonces la UVA.
Ahora, y como comentaba con la incorporación de los incendios a medida que avance el proyecto, Héctor García no descarta ir más allá de los encinares en el mismo sentido: “en una primera fase la intención es desarrollar un modelo que nos funcione con encinares, que es lo que tenemos más avanzado, pero a largo plazo el desarrollo de la metodología puede que nos lleve a expandirlo a más bosques y territorios de la red Natura 2000”.
En el Ciemat resaltan que el encinar representa un ecosistema y un paisaje característico de la región mediterránea y está catalogado como de “interés comunitario” en la Directiva Hábitats. “La conservación de los territorios protegidos en el marco de esta directiva requiere una cuantificación del impacto que originan las presiones existentes (contaminación atmosférica y cambio climático, entre otras), así como la valoración de las perspectivas futuras de conservación”, explican. Consideran que la metodología será de utilidad para ambas tareas.

Ciervo joven en encinar del parque nacional de Monfragüe. Foto I. Muñoz
“Es esencial que sea de utilidad para la gestión forestal, no solo un experimento científico”
Para la consecución del proyecto se llevarán a cabo trabajos de monitorización forestal y de modelización en el Ciemat y trabajos de programación en la Universidad de Estocolmo, donde trabaja otro de los investigadores. “También se recopilarán datos forestales nacionales de redes de seguimiento a largo plazo, mantenidas y gestionadas por la Subdirección General de Política Forestal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que ha mostrado su apoyo al proyecto”, añaden desde el Ciemat.
García considera esencial que “las herramientas de predicción conseguidas sean de utilidad para la gestión forestal, que esto no sea solo un experimento científico”. En el Ciemat reconocen que “los métodos científicos en silvicultura han estado orientados tradicionalmente hacia la optimización de la explotación maderera”. “Sin embargo –prosiguen–, la creciente preocupación por los efectos de la contaminación atmosférica y el cambio climático han redirigido los paradigmas tradicionales de investigación hacia el estudio de la gestión forestal sostenible”.
Desde el Ciemat apostillan que “los resultados no serán solo de interés para la gestión sostenible de los bosques protegidos en España, sino también para los grupos de trabajo del Convenio de Naciones Unidas sobre la Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Gran Distancia en los que participa el Geca/Ciemat, por lo que su difusión y potencial impacto son internacionales”.