En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia,
Las científicas españolas opinan sobre el valor de la ciencia en la lucha contra los incendios y el papel de la mujer
Cuando se celebra un Día Internacional a propuesta de la Organización de las Naciones Unidas es señal de que es necesario reivindicar el motivo de su celebración. Hoy, 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Según datos de la ONU, menos del 30 % de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Según un estudio de la UNESCO (entre 2014 y 2016), solo alrededor del 30 % de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM).
Hay más datos que reflejan la desigualdad y que son abrumadores. Desde 1903, cuando Marie Curie recibió el Premio Nobel, solo 17 mujeres lo han recibido en Física, Química o Medicina, mientras que han sido 572 hombres los galardonados.
“Estas diferencias tan grandes, esta desigualdad tan profunda, no se dan por casualidad”, asegura Irina Borokova, directora general de la UNESCO en su informe “Descifrar el código: la educación de las mujeres y las niñas en ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas (STEM)”, de 2019.
“Necesitamos comprender y apuntar a los obstáculos específicos que mantienen a los estudiantes de sexo femenino ajenos a las disciplinas STEM. Necesitamos estimular su interés desde los primeros años, para combatir estereotipos, capacitar a los profesores a alentar a las niñas a elegir carreras STEM, desarrollar planes de estudio que sean sensibles al género, orientarlas y cambiar ideas preconcebidas”, concluye Irina Borokova.
Según este informe de la UNESCO, “al llegar a la educación superior, las mujeres representan solo el 35% de los estudiantes matriculados en los estudios de las áreas relacionadas con STEM, con el menor número de mujeres inscritas en áreas relacionadas con la información, las comunicaciones y la tecnología, la ingeniería, la manufactura, la construcción, las ciencias naturales, las matemáticas y la estadística”.
Este informe, que analiza lo que sucede en 120 países del mundo, se centra solo en las denominadas ciencias STEM y muestra unas diferencias enormes entre regiones, culturas y países en cuanto al interés femenino por este tipo de estudios, así como el grado de acceso a los estudios universitarios, en función de culturas y desigualdades estructurales.
La SECF se autoevalúa

Socios SECF. Fuente SECF
La Sociedad Española de Ciencias Forestales SECF se autoevaluó en 2018 para saber cuántas mujeres formaban parte de la asociación y cómo era su presencia en sus distintos ámbitos de actuación. De 614 socios solo el 28 % eran mujeres, 169 mujeres frente a 445 hombres. Estas cifras también han sido un reflejo en su junta directiva, aunque su evolución histórica “muestra una tendencia positiva en la paridad de los órganos de gobierno, si bien, desde la fundación de la SECF todos sus presidentes (4) han sido varones”. Desde 2013 el número de mujeres en la junta directica de la SECF es ligeramente superior al de los hombres.
Cuando analiza los premios que otorga la Sociedad observa que el 30 % de los miembros del jurado son mujeres. Sin embargo, más del 60 % de los premiados por trabajos fin de Master son mujeres, el 52 % cuando se trata de los premios fin de Grado y baja hasta el 40 % las mujeres premiadas cuando se trata de tesis doctorales.

Fuente SECF
El análisis de los coordinadores de los Grupos de Trabajo de la SECF refleja una proporción muy similar al porcentaje de hombres y mujeres dentro de la Sociedad: el 25 % de los coordinadores son mujeres.
Estos porcentajes se mantienen muy similares cuando se analiza la participación en los congresos forestales nacionales, con una importante subida en el último de ellos, el celebrado en Plasencia, donde la participación femenina estuvo ligeramente por encima del 30 % en la organización del evento y en la moderación de las mesas científicas, mientras que estuvo ligeramente por debajo de ese 30 % en el comité científico.
La conclusión del estudio es que “la brecha de género en ciencia y tecnología es acusada y en las ciencias forestales no es una excepción”, aunque aprecia “un cambio de tendencia, se observa una creciente contribución de la mujer a tenor de ese 30 % aproximado observado en los últimos congresos y proporción de socias”.
Las científicas forestales españolas opinan
Como reconocimiento a todas las investigadoras científicas forestales hemos preguntado a un grupo significativo, algunas cuyos trabajos están más estrechamente relacionados con los incendios forestales. Dos preguntas sencillas para recordar el valor de la ciencia, la haga quien la haga, y la contribución femenina a la misma.
1ª. ¿Por qué es necesaria la ciencia en la lucha contra los incendios forestales?
2ª. ¿Observa alguna diferencia o hay algún aspecto que sea destacable desde el punto de vista del objeto de estudio, del método de trabajo, o de las condiciones en las que desarrollan hombres y mujeres su investigación científica?
Carmen Hernando, directora del CIFOR/INIA

Carmen Hernando, CIFOR/INIA. Foto P. Valbuena
1ª. El incendio forestal es un fenómeno realmente complejo en el que están implicados e interactúan muchos factores de carácter físico, ecológico, medioambiental y tecnológico, y de índole social y económico, lo que hace muy difícil la “gestión del fuego». Además, los nuevos escenarios climáticos y demográficos derivados del cambio global plantean nuevos interrogantes, tanto desde una perspectiva medioambiental como socioeconómica. Para hacer frente a este gran reto, se hace necesario la generación de conocimiento científico que mejore la comprensión del fenómeno y apoye el desarrollo y la innovación, así como las medidas a adoptar en la defensa frente a los incendios forestales por todos los agentes involucrados gestores, responsables políticos y la sociedad en general.
2ª. Llevo más de 30 años trabajando en un centro de investigación y, afortunadamente, no encuentro diferencias relevantes en el “modus operandi” de mujeres y hombres. Quizás, y como ocurre en todos los ámbitos laborales, observo que las mujeres siguen teniendo más implicación en los asuntos familiares, lo que en alguna circunstancia puede repercutir en su actividad investigadora.
Elsa Pastor Ferrer, Universidad Politécnica de Cataluña

Elsa Pastor Ferrer, UPC.
1ª. Los incendios forestales tienen un impacto enorme a nivel global, con pérdidas de vidas humanas, daños irreversibles en ecosistemas y costes económicos muy elevados. Necesitamos mejorar las políticas de prevención y las estrategias de gestión de las emergencias en incendios y ello se tiene que hacer con una base científica sólida. Entre muchas otras cosas, tenemos que entender mejor cuál será el efecto del cambio climático en los regímenes de incendios, cómo se comportan los incendios forestales bajo episodios meteorológicos extremos en el monte y en zonas de interfaz urbano-forestal y qué medidas de gestión del territorio pueden ser efectivas para tener una sociedad más adaptada y resiliente a los incendios forestales de gran intensidad como los que estamos padeciendo.
2ª. Durante mi carrera profesional no he observado diferencias sobre métodos o capacidades entre los hombres y las mujeres con los que he trabajado. La investigación científica requiere mucho talento, esfuerzo y compromiso a partes iguales y no creo que esto se propio de un género u otro. Sin embargo, los datos nos demuestran que la presencia de las mujeres en el ámbito científico disminuye drásticamente al subir la escala profesional, en posiciones de mayor responsabilidad. Deberían existir las mismas oportunidades entre hombres y mujeres a igual capacidad y competencias, pero desafortunadamente aún nos queda un largo camino por recorrer en este sentido.
Leonor Calvo Galán, Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales, Universidad de León

Leonor Calvo, U. León.
1ª. Debemos ser capaces de identificar los factores que hacen que los incendios se conviertan en muy severos, entendida la severidad como el grado de impacto en los ecosistemas. Esta información es fundamental para que el gestor después decida la estrategia de defensa a seguir. Por otro lado, es necesario investigar cómo afecta el incendio al ecosistema para establecer las medidas más adecuadas para su recuperación. Y todo esto no debe ser solo conocimiento por conocimiento, sino que debe tener una aplicación práctica que nos permita gestionar adecuadamente.
2ª. Es obvio que el método científico es uno y da igual quién lo aplique y el sexo que tenga. Lo más importante es que sea riguroso, que tenga precisión científica, metodología, objetivos y capacidad para trabajar, trabajar y trabajar. La persona que quiera dedicarse a la ciencia debe tener capacidad de sacrificio, paciencia y mucha constancia, no puedes venirte abajo cada vez que tus hipótesis no se cumplen, hay que volver a planteárselas.
Eva Marino del Amo, Agresta Soc. Cooperativa

Eva Marino del Amo, Soc Cooperativa Agresta
1ª. Los incendios son fenómenos muy complejos que necesitan seguir estudiándose de forma integral desde todos sus aspectos: prevención (tanto a nivel humano como de gestión del territorio, incorporando las nuevas tecnologías existentes), extinción (nuevas herramientas para predicción del riesgo y comportamiento del fuego, así como la optimización de recursos para una mayor eficacia y seguridad de las intervenciones), y restauración (recuperación de las zonas quemadas, y planificación de actuaciones para minimizar los impactos negativos en los ecosistemas afectados). La ciencia debe ser siempre la base para mejorar nuestros conocimientos y poder avanzar en la lucha contra incendios.
2ª. Las mujeres tienen un papel fundamental para la innovación en materia de incendios forestales. Nuestra visión femenina siempre va a contribuir de forma positiva para la sociedad y el medio ambiente. Mujeres y hombres debemos interactuar y participar por igual para resolver los retos científicos, ya sea en materia de incendios o en cualquier otra disciplina.
María Luz Valbuena Relea, Universidad de León, Master del Fuego
1ª. El fuego es un factor ecológico y la ciencia básica y aplicada nos proporciona información sobre su comportamiento y sus consecuencias. Ello implica el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas de apoyo a la toma de decisiones ante un incendio forestal. Así mismo, nos permite establecer las bases ecológicas para la gestión de superficies quemadas.
2ª. En la actualidad no creo que haya diferencias, entre hombre o mujer, desde el punto de vista del objeto de estudio o del método de trabajo. Con respecto a las condiciones de trabajo, muchas mujeres investigadoras antes que nosotras han trabajado duro para que haya una mayor igualdad con los hombres. Aunque, dado el grado de competitividad dentro del mundo científico, la conciliación de la vida personal y laboral es difícil y sigue siendo más complicado para la mujer.
Cristina Fernández Filgueira, Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, Pontevedra
(Cristina Fernández ha querido participar con su análisis pero la imposibilidad de contactar, al encontrarse de viaje, solo le ha permitido contestar muy brevemente a la primera pregunta)
1ª. La ciencia es la única arma para aportar soluciones y criterios objetivos de actuación. Especialmente la ciencia aplicada de los centros sectoriales, que está cerca de los problemas y los gestores.
Reyes Tárrega García-Mares, Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales, Universidad de León
1ª. El riesgo de incendios depende en gran parte de las condiciones ecológicas de las formaciones vegetales (continuidad horizontal y vertical, grado de inflamabilidad de las diferentes especies, etc.) y para conocer estos aspectos es necesaria la investigación científica (también depende de la investigación meteorológica, pero yo trabajo en Ecología). También es necesaria la investigación para conocer la capacidad de recuperación natural de los diferentes ecosistemas, que determinará si es necesaria una gestión posterior al incendio y cómo realizarla.
2ª. En nuestro grupo, somos la mayoría mujeres, incluyendo a la investigadora principal (Leonor Calvo). Entre los becarios hay una mayor «paridad», pero entre los «seniors» solo hay un profesor, el resto somos profesoras. No creo que haya que hacer ninguna distinción en función del sexo, podemos aportar y aportamos lo mismo, aunque cada uno en su campo de especialización.
Mercedes Guijarro, Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias INIA

Mercedes Guijarro, del INIA. Foto P. Valbuena
1ª. La ciencia es necesaria para entender mejor todos los procesos asociados al fuego, tanto antes, como durante y después de que se produzca. Con ese conocimiento, se puede mejorar la prevención, la extinción y la restauración, incorporando otros conocimientos procedentes de diversos campos científicos y tecnológicos: la ciencia forestal, la ecología, la física, la meteorología, las tecnologías de la información y la comunicación, la economía, la sociología… La integración de todos estos conocimientos científicos conduce a una lucha más eficaz y segura contra los incendios forestales.
2ª. Mi experiencia personal se ha desarrollado en un grupo de investigación mayoritariamente femenino, así como en colaboración con otros grupos de investigación, en general con mayoría de integrantes masculinos. Las diferencias que he observado en la forma de trabajar son las derivadas de la personalidad de cada científico o científica y de las circunstancias impuestas por sus centros de investigación, pero no por la condición de ser mujer u hombre. Sin embargo, sí encuentro una mayor presencia femenina en el trabajo de laboratorio.