La extinción de incendios forestales (II)

(Continuación del artículo «La extinción de incendios I»)

Ataque directo

Técnicas que persiguen la eliminación del oxígeno o del calor y que se aplican directamente sobre el frente de llamas. Para aplicar el ataque directo, las condiciones del fuego deben permitir la aproximación del personal al frente de llama con seguridad. Normalmente se aplica en situaciones con altura de llama hasta 1,5 metros, o hasta 2,5 metros si se cuenta con el apoyo de autobombas y medios aéreos para bajar la intensidad del fuego y la altura de llama.

– Medios terrestres en ataque directo

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Los actuales batefuegos son la evolución técnica de las improvisadas ramas, superando a estas en eficacia, ergonomía y seguridad. Foto Tragsa

Las técnicas más sencillas consisten en la sofocación de las llamas mediante el empleo de herramienta manual. El uso de ramas fue tradicionalmente la manera más rústica y simple de aplicar esta técnica; mediante el golpeo se desplaza el aire, reduciendo así el oxígeno disponible, o bien se dispersa el combustible, lo que evita la emisión de gases inflamables. Los actuales batefuegos son la evolución técnica de las improvisadas ramas, superando a estas en eficacia, ergonomía y seguridad. También mediante herramientas manuales de cavado o raspado (pala, azada o similares) se puede lanzar tierra sobre el combustible en ignición, eliminando el oxígeno y deteniendo la combustión. El lanzamiento de agua persigue fundamentalmente reducir el calor. La mochila extintora, con una capacidad aproximada de 17,5 litros, es el único equipo manual que permite el empleo de agua en cualquier punto del monte, sirviendo como apoyo a otras herramientas en el ataque directo o indirecto y la liquidación.

Las técnicas desarrolladas específicamente para los incendios forestales hacen un uso limitado del agua debido a su escasez en el medio forestal y debido a su menor eficacia en algunos casos en relación a la eliminación del combustible o del oxígeno. Una zona enfriada por el agua de forma temporal con las condiciones de temperatura, humedad y viento de los incendios forestales puede reavivarse con el paso del tiempo; sin embargo, allí donde ya no hay combustible no vuelve a arder. Por eso es fundamental la fase de liquidación mediante la perimetración con herramienta manual de los incendios. También es cierto que en la actualidad las mejoras tecnológicas y de infraestructuras permiten la llegada de agua a través de medios terrestres a puntos donde en el pasado era muy complicado o imposible. A esto hay que añadir el espectacular desarrollo del empleo de medios aéreos desde las dos últimas décadas del siglo XX, estrictamente centrados en el uso del agua, sola o con retardantes.

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La mejora y el desarrollo de la red diaria forestal facilita el acceso de personal y vehículos que permiten transportar y lanzar agua sobre el fuego en lugares donde no está disponible. Foto Tragsa

En el diseño de la red viaria forestal en muchos casos interviene, entre otros, el criterio de acceso para los vehículos de extinción. La mejora y el desarrollo de esta red facilita el acceso de personal y vehículos que permiten transportar y lanzar agua sobre el fuego en lugares donde no está disponible. Las autobombas forestales han experimentado una constante evolución y mejora en su capacidad y prestaciones desde la década de 1970, y pueden emplearse con diversas tácticas de ataque directo. Si las condiciones del terreno y las características del vehículo lo permiten, pueden adoptar un ataque móvil, desplazándose a lo largo del perímetro del incendio y lanzando agua a la vez. En otras condiciones puede resultar más apropiado el ataque estacionario, en el que el vehículo permanece estático y desde él se construye un tendido de manguera que lleva el agua hasta el punto necesario. Los tendidos de manguera (unión de tramos de manguera mediante acople) pueden tener ramificaciones que permitan utilizar el agua en más de un lugar. Su cálculo requiere conocimientos técnicos específicos, y permiten salvar distancias y desniveles de varios cientos de metros.

Los bulldozer o tractores de cadenas forestales, además de su empleo en el ataque indirecto para la apertura de líneas, pueden actuar en el ataque directo bajo unas condiciones determinadas que garanticen su seguridad. Es una herramienta útil en situaciones en las que otros medios terrestres tienen dificultades para la actuación, como altas pendientes o vegetación difícilmente transitable, y también porque sus rendimientos son mucho mayores. La forma de actuación de los bulldozer en ataque directo es por empuje de tierra con la cuchilla a lo largo del frente de llama, depositando tierra sobre este, de forma que se elimina el oxígeno y se detiene la combustión.

– Medios aéreos en ataque directo

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Foto Tragsa

Los medios aéreos se incluyen en este apartado, ya que actúan en la extinción lanzando agua sobre el frente de llamas, aunque no siempre su empleo se pueda calificar como ataque directo. Los aviones y helicópteros empleados en incendios forestales son especialmente útiles cuando actúan en lugares de difícil acceso por tierra o en sectores del frente donde el comportamiento del fuego no permite un acercamiento a los medios terrestres. En muchas ocasiones estos frentes no llegan a ser extinguidos con las descargas hechas desde el aire, pero o bien se reduce su intensidad o bien se ralentiza su avance, lo que permite entonces la actuación de los medios terrestres o concede mayor tiempo para la puesta en marcha de acciones de ataque indirecto.

Estas principales técnicas de extinción que se han repasado de manera resumida nos servirán como base para analizar los diferentes medios y la organización de las operaciones, que veremos en un próximo artículo.

Elena Hernández Paredes¹ y Jorge Rodríguez López²
¹ Área de Defensa contra Incendios Forestales. Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Política Forestal.
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
² Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales
Publicado en revista Foresta, nº 75.