La interfaz urbano forestal, el gran caballo de batalla

incendio-cadalso

Los setos de arizónica fueron señalados por los participantes como un ejemplo de mala jardinería que facilita la propagación del incendio.

David Caballero, Elsa Pastor y Luis Villarroel coinciden en la importancia creciente de la interfaz urbano forestal en la lucha contra incendios forestales. La falta de planes de prevención y autoprotección condicionan la defensa del monte, ponen en peligro a los habitantes de esos núcleos urbanos, sus propiedades y a los profesionales encargados de la extinción a los que obliga a un esfuerzo y a un gasto mayor de medios para extinguir el incendio.
El encuentro se produjo en el transcurso de la feria de Seguridad SICUR 2020, en la jornada “Incendios forestales: avanzando en soluciones para la Interfaz Urbano Forestal”, organizada por Tecnifuego.

Elsa Pastor, de la Universidad Politécnica de Barcelona, explicó el proyecto Wuiview y los trabajos desarrollados hasta ahora, a falta de un año para finalizar el proyecto. Su objetivo principal es encontrar una herramienta de gestión de riesgos que ayude a las comunidades a adaptarse a la nueva generación de incendios forestales.

wuiview-sicur-elsa- pastorHizo Elsa una descripción de las líneas de trabajo desarrolladas hasta ahora, a partir de la comprobación de cómo ha entrado el fuego en las viviendas: diseños constructivos, mantenimiento de la vivienda y materiales. La intención es mejorar el conocimiento de los riesgos y facilitar esa información a propietariospara que adopten una adecuada cultura del fuego”; a los equipos de extinción para que “dispongan de nuevas capacidades en la gestión del incendio”; y a los responsables del diseño de viviendas para que “hagan diseños que tengan en cuenta la seguridad frente a los incendios”.

El resultado final será una herramienta para el análisis de riesgo de incendio, basada en un código abierto, para que pueda ser utilizada por ingenieros y arquitectos en la solución a los retos que se les plantean. El objetivo de fondo es “crear conciencia y cultura de prevención en la sociedad al aumentar su conocimiento, su conciencia de riesgo y su capacidad para tomar decisiones preventivas”.

La mesoescala: el núcleo urbano y sus alrededores

david-caballero-sicur-mesoescala

David Caballero en un momento de su ponencia

Si Elsa habló de las investigaciones desarrolladas hasta ahora a nivel de microescala, David Caballero, ingeniero de montes especializado en el estudio de la interfaz, se centró en el análisis de la mesoescala, esa zona más o menos difusa entre la vivienda y unos cuantos de cientos de metros a su alrededor: “mezcla de viviendas, vegetación y otra serie de materiales que actúan en ocasiones como magníficos combustibles”.

Habló David de la obligación de diseñar la urbanización teniendo en cuenta el riesgo de incendios; de cómo se puede medir la capacidad de propagación de un incendio en función de la vegetación que hay alrededor de la urbanización y dentro de ella, de su continuidad y de su fricción o contacto con las construcciones y de cómo se representa a través de un índice. Habló de cómo es posible, a través de drones y tecnología Lídar, construir modelos tridimensionales que permiten calcular ese riesgo para cada punto de la urbanización y la parcela. “Lo que hace el propietario tiene efectos en el resto de la propiedad. Un propietario con su finca o jardín abandonado es un punto de peligro para sus vecinos”.

“Lo que hace el propietario tiene efectos en el resto de la propiedad. Un propietario con su finca o jardín abandonado es un punto de peligro para sus vecinos”.

concusiones-interfaz-sicur-caballero

Algunas de las conclusiones del trabajo a desarrollar en la mesoescala, expuestas por Davaid Caballero

Habló David de la importancia de diseñar pirojardinería, sin setos de arizónicas u otras especies que propagan con enorme velocidad el fuego, “hay que saber quitar y saber dejar vegetación en el jardín. Y hay que recordar que casi más importante que echar agua a las llamas es disponer de agua en el suelo, en la propia vegetación. Es posible hacer un diseño de jardinería que conjugue estética y protección frente a incendios”.

No faltaron ejemplos en su exposición de cómo la acumulación de basuras, tanques de combustibles, de vegetación en el interior de las urbanizaciones y “un erróneo diseño urbanístico han provocado en numerosas ocasiones pérdida de viviendas y vidas humanas”, como el caso de Mati en Grecia, donde murieron 102 personas “por una mala decisión de abandonar sus viviendas y encontrarse en un callejón sin salida, colapsado, camino de la playa”.

La interfaz desde el punto de vista del bombero

interfaz-urbano-forestal-Ibiza

Urbanización en Ibiza. Foto COITF

Luis Villarroel, premio Batefuegos de Oro 2018 y miembro de la APTB, recordó algunas de las circunstancias agravantes del riesgo en las que tiene que desarrollar su trabajo el dispositivo de extinción: “diseños urbanísticos inadecuados, con calles estrechas por donde no puede pasar una autobomba, o donde no puede girar, y que hacen muy difícil entender su estructura; más vegetación en el interior que en el exterior de la urbanización; falta de planes de autoprotección y viales de salida; vegetación en contacto permanente con las viviendas; una jardinería inadecuada que favorece la propagación del incendio y un habitante urbano que vive en un entorno rural pero que ni trabaja ni conoce el entorno rural. El fuego para él es un espectáculo, hasta que se acerca a su casa. Entonces llama sin parar, alarmado, exigiendo que vayamos a defender su vivienda. Y eso tiene consecuencias, porque cada medio que dedicas a defender esas viviendas o urbanizaciones va en detrimento del bosque”.

Para Luis Villarroel la clave es la anticipación. “Hay que sectorizar la lucha contra el incendio: preparar una estrategia para la defensa de las infraestructuras, otra para la defensa del monte y otra para la defensa de la interfaz que cada día es mayor en la Comunidad de Madrid, con más urbanizaciones y prácticamente ninguna con planes de autoprotección. Hay que tratar el incendio forestal como un incendio forestal y para ello la clave es anticiparse para prever las necesidades de las urbanizaciones”.

Hay que sectorizar la lucha contra el incendio: preparar una estrategia para la defensa de las infraestructuras, otra para la defensa del monte y otra para la defensa de la interfaz.Es muy importante que el director de extinción tenga claras cuáles son sus responsabilidades y obligaciones

Este aumento de la interfaz urbano-forestal genera también un problema “de presiones políticas” cuando el fuego se aproxima peligrosamente a núcleos urbano o urbanizaciones. “Hay alcaldes que presionan para conseguir que destines los medios a la zona que ellos consideran prioritaria. Es muy importante que el director de extinción tenga claras cuáles son sus responsabilidades y obligaciones”. Y pone como ejemplo el incendio de Valleseco en Gran Canaria donde, a su juicio, “políticos, técnicos y responsables de comunicación de la administración mantuvieron una buena relación profesional para dar el mensaje adecuado”.

Para Villarroel la clave de los equipos de extinción es su rapidez en actuar. “Solo son grandes los incendios en los que no puedes actuar en veinte minutos. Un incendio no puedes apagarlo si no estás en el momento adecuado. Eso significa medios, dependerá de lo que los ciudadanos quieran gastarse”. Aunque reconoció que las dimensiones de la Comunidad de Madrid y su carácter tan urbano permiten “el diseño de un dispositivo que quizás no pueda reproducirse en todas las comunidades autónomas”.

Responsabilidad ciudadana y política en el debate

interfaz-urbano-foresta-responsabilidades-compartidas

Participación pública asociada a un plan de autoprotección frente a incendios forestales. Carcaixent, Valencia, 2015. Fuente Medi XXI GSA

En el debate posterior, hubo el consenso generalizado de la necesidad de disponer de planes de prevención y de autoprotección, algo a lo que obliga la ley pero que aún no se cumple en un altísimo porcentaje, aunque con diferencias muy notables entre comunidades autónomas.

No hubo tanto consenso en quién tiene más responsabilidad si los ciudadanos o las autoridades. Para David Caballero “hay que empujar con la legislación y convencer al ciudadano. Cuando la población está convencida pide esa protección”.

Para Elsa Pastor, la responsabilidad principal es del político o cargo público que debe poner los medios para que se desarrollen esos planes de prevención y autoprotección. Puso el ejemplo de bomberos de Cataluña, “la voluntad política tiene mucho que decir. Los bomberos en Cataluña mapearon las urbanizaciones pero mantener al día esa información requiere de recursos humanos y económicos”.

Uno de los asistentes propuso la posibilidad de asignar colores a las viviendas en función de su disponibilidad de plan de autoprotección, tal y como se hace en algunos países. De esta forma, los equipos de extinción pueden destinar más o menos recursos a su protección en función de su compromiso con la autoprotección frente a incendios. La filosofía es que un propietario que no es capaz de establecer esas mínimas medidas de autoprotección no puede exigir que sea el resto de la sociedad quien se la proteja a toda costa. Coincidieron Villarroel y Caballero en que esa medida en España es aún pronto para implantarla, máxime, según Villarroel, “cuando la mayoría no cumple con la legislación más básica en ese sentido”. David propuso la creación de “mapas de habitabilidad” y la idea de que sean las aseguradoras quienes “establezcan su prima en función de si dispone la propiedad de un plan de autoprotección”.