El aire libre, el agua y la luz son los mejores desinfectantes

Así de contundente se mostraban las recomendaciones oficiales, a través del Boletín Oficial de Burgos, en 1918, para hacer frente a la epidemia de gripe que invadió el mundo y causó alrededor de 40 millones de muertos. Se la conoció como “la gripe española”, aunque no comenzó aquí, cosas de la propaganda política de la época. Parece que no avanzamos tanto como suponemos.

Cien años después el mundo se ve sacudido por una nueva epidemia con síntomas parecidos y con una enorme facilidad de transmisión. La ciencia médica de la que nos beneficiamos hoy día no tiene comparación con los conocimientos que había 1918, en plena I Guerra Mundial. En aquella ocasión, cuentan las crónicas que los enfermos se amontonaban en “salas pequeñas y sin ventilación”, lo que muy fácilmente ayudó a la propagación de la enfermedad entre el propio personal sanitario. En aquella época empezaron a generalizarse las primeras mascarillas que se utilizaban con la creencia de que impedirían la transmisión.

boletín-oficial-burgos-gripe-1918Curiosamente, el Gobierno Civil de Burgos, en 1918, emitió un Boletín extraordinario dedicado a la expansión de la enfermedad en su provincia. Esta comunicación oficial declaraba la epidemia en la provincia de Burgos; reñía a los pueblos que habían celebrado sus fiestas patronales a pesar de la recomendación de no hacerlo, “dando origen con ello a que se haya difundido rapidísimamente la epidemia de gripe entre el vecindario, creando situaciones angustiosas para dichos pueblos”; amenazaba con “castigar duramente, como ya se ha hecho en algún caso, a los incumplidores de esta disposición”; explicaba cómo se producía la transmisión de la enfermedad y hacía unas recomendaciones preventivas, entre ellas “estar en el campo el mayor tiempo posible porque el aire libre, el agua y la luz son los mejores desinfectantes en esta ocasión”.

Parecen recomendaciones propias de otra época, pero cien años después, se parecen mucho a las que las autoridades sanitarias realizan en estos días: limpieza, ventilación y espacios abiertos. ¿sentido común, conocimiento de la época, suposiciones…?

Decía el Gobernador de Burgos, Andrés Alonso López, que la enfermedad se transmitía “por gotitas de saliva”. Recomendaba “abstenerse de permanecer en locales cerrados, mal ventilados, donde se reúna mucha gente… Que se extreme la limpieza de las casas. Que se tengan todo el día abiertas las ventanas de los dormitorios y se ventilen con frecuencia los locales donde permanezcan todo el día”.

Leyendo este boletín, resulta difícil no pensar en los espacios abiertos del medio natural, donde los profesionales forestales y de extinción de incendios trabajan, como el lugar idóneo donde no contraer ningún contagio.
Y terminaba el mensaje con una demostración de sentido común perfectamente válido para nuestros días: “seguir los consejos del médico y desoír a los ignorantes que os invitan a beber alcohol o consumir tabaco como remedios preventivos”.

Hoy, más que nunca, hay que seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, de las fuentes oficiales y contrastadas. Cuidado con las redes sociales, expanden el virus de la desinformación, los bulos y las mentiras de forma más rápida que cualquier otro virus sanitario. Ayudemos a la gestión de la emergencia sanitaria del coronavirus COVID-19, como cuando se trata de un incendio forestal y reclamamos a la población sentido común, responsabilidad y que sigan las indicaciones de los profesionales.