¿Qué significaron para ti Félix Rodríguez de la Fuente y su obra?

En el 40 aniversario de su muerte, son muchas las instituciones, organismos y medios de comunicación que se suman al homenaje a este gran naturalista y comunicador excepcional, adelantado a su tiempo y que supo transmitir como nadie la importancia de la protección de la naturaleza y la necesidad de revertir, en la medida de lo posible, la huella del ser humano en los ecosistemas. En OSBOdigital también nos queremos sumar a este homenaje mostrando lo que supuso Félix para nuestros colaboradores y lectores que le conocieron, admiraron y siguieron muy de cerca su trabajo.

Cuéntanos qué significó para ti Félix Rodríguez de la Fuente y sus programas de divulgación de la naturaleza. Envíanos tu opinión o artículo, de no más de 500 palabras, también puedes enviarnos imágenes y documentos gráficos relacionados con su figura y su obra que muestren tu relación con él y lo publicaremos. Puedes escribirnos al correo electrónico info@osbo.org.es.

felix-rodiguez-fuente

Fuente FRF/ Esfera de los Libros

Para Miguel Ángel Porrero, presidente de OSBO y apasionado del trabajo de Félix, sus programas fueron “una ventana abierta a la naturaleza, algo que se desconocía y no se valoraba. Poco a poco, Félix Rodríguez de la Fuente fue enseñando la riqueza que tenía España y la importancia que había que dar a determinadas cosas que antes no se habían valorado”.

Sus programas eran como una fiesta. Había pocos en la TV de su calidad y este se esperaba con ansiedad. Hacía programas que no se habían visto nunca, como naturalista que vivía en el campo y que inventaba, con esa personalidad y el trasfondo que tenía toda su carrera. Sabía cosas que se habían olvidado, como el arte de la cetrería”.

Miguel Ángel, tuvo la suerte de conocer a un gran amigo de Félix, el doctor Vital Aza y recuerda con especial cariño las reuniones que tenían en su casa, “en el bar La Rana que había instalado en la bodega de su chalet en la calle Arturo Soria”. Allí escuchó muchas historias de cetrería contadas por auténticos entusiastas y todos ellos seguidores de Félix.

“Él nos hizo ver a los lobos con otros ojos. Lo que eran alimañas pasaron a ser especies a proteger y ese cambio fundamentalmente, es lo que Félix nos transmitió

“Hoy parece que la sociedad lo sabe todo, pero no hay duda de que esta es una sociedad urbana, incluso los habitantes de nuestros pueblos son hoy muy urbanitas. No tienen nada que ver con las generaciones que les precedieron, adaptadas a la dureza de la naturaleza y en contacto continuo con ella. Hoy se está perdiendo ese conocimiento y la importancia de ciertos ecosistemas. Todo el mundo ha oído hablar del cambio climático, pero ¿cómo afecta esto a la naturaleza, a las especies y a la propia vida del campo?”

Se podrían volver a hacer maravillosos reportajes hoy en día, como aquellos que se hicieron de manera artesanal y con tanto cariño. Eran reportajes en los que se podía compartir la vida del vencejo, del desmán de los Pirineos, del lirón careto o de animales en los que nunca habíamos reparado, ni sabíamos que existían. Echo de menos buenos transmisores como Félix, Jack Cousteau o el propio Fran de la Jungla que nos está presentando a las serpientes desde un nuevo punto de vista. Son un ejemplo a seguir que deberían ser promovidos desde todos los ámbitos, sociales y académicos”.

 

Para Pedro Zugasti, presidente de la asociación APAS y director de los premios el Batefuegos de Oro, Félix fue “un referente, un pozo de sabiduría, un espejo en el que mirarse y un faro que guió a toda su generación para afrontar el futuro con algo más de coherencia”.

Recuerda cómo sus programas eran una cita obligada para verle en la TV y cómo “toda España se paralizaba para no faltar a la cita y ponerse delante del televisor. Desbancó al fútbol, los toros o cualquier otra referencia de la limitada oferta televisiva de la época. Fue algo que difícilmente se repetirá”.

Los recuerdos de sus programas son muchos y todos del mayor interés: “el lobo y los pastores, el lobo y los muflones, las cabras monteses saltando de pared a pared con unos movimientos que sólo ellas pueden hacer, el águila atrapando al cabrito y llevándoselo ladera abajo en un vuelo casi imposible, los quebrantahuesos demostrando su conocimiento congénito de la técnica de romper los huesos para disfrutar del tuétano, las nutrias juguetonas y listas como ellas solas, las comadrejas hábiles y astutas atrapando todo tipo de presas, maese raposo ejerciendo de zorro como solo él sabe hacerlo”.

Cruzó el charco y se fue al Amazonas, al altiplano venezolano y a otras partes del mundo. “Todos buenos recuerdos, hasta que escuché en la radio, camino al trabajo, que había fallecido en un triste y lamentable accidente”.

“Este tipo de programas siempre deben hacerse. La gente no lo sabe todo. Nos faltan, además de nuevos programas, nuevos Félix. Y esto último es lo realmente complejo. Algunos lo han intentado, incluso copiando su tono de voz y forma de hablar. Se nota que es una imitación y el resultado no tiene nada que ver, pero todo ayuda y es interesante”.

Isabel Poza