Un estudio en California relaciona paro cardiaco con respirar humo de los incendios forestales
El estudio estadístico, publicado en la revista Journal of the American Heart Association, concluye que las paradas cardíacas fuera del hospital aumentaron en relación directa con la exposición al humo de incendios forestales en 14 condados del Estado de California entre 2015 y 2017. Concluye también que un nivel socioeconómico más bajo aumenta el riesgo. Se trata de un análisis estadístico, no es un examen fisiopatológico. Entre las recomendaciones finales señalan la necesidad de establecer “estrategias de salud pública y clínicas para proteger a los más vulnerables”, debido, entre otras cuestiones, al envejecimiento de la población o la falta de protección en sus viviendas.

Pirocúmulo formado por el incendio en Moss Vale (Australia)
El estudio no analiza los efectos patológicos del humo de los incendios en las personas que han fallecido por parada cardiaca, pero sí utiliza otros estudios anteriores que han establecido la relación directa entre la contaminación atmosférica por partículas con problemas cardiovasculares, como isquemia aguda, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y arritmia. Para los autores del estudio, “este conjunto de conocimientos reconoce múltiples vías por las cuales el humo de los incendios forestales puede alterar el sistema cardiovascular”.
Hasta ahora, diferentes estudios sí han establecido el efecto directo del humo de los incendios forestales sobre la salud respiratoria, pero no ha sido establecida la relación directa con problemas cardiovasculares. Utilizando los modelos de estudios anteriores que relacionan contaminación atmosférica con problemas cardiovasculares, concluyen que “las partículas de humo se depositan en los pulmones y algunas pasan al torrente sanguíneo, lo que provoca un aumento de la presión arterial al estrechar e incluso bloquear los vasos sanguíneos, además de provocar una inflamación de las vías respiratorias, lo que crea las condiciones que pueden llevar al paro cardiaco”.
Métodos y Resultados

Densa humareda en Mallacoota, Australia, tras los incendios de este verano.
La catalogación de la densidad del humo de los incendios forestales fue establecida por la Asociación Nacional Oceánica Atmosférica en baja, media y elevada. Los datos de paro cardíaco fuera del hospital (5.336 casos) fueron proporcionados por el Registro de paro cardíaco de 14 condados de California, de 2015 a 2017, con incendios forestales de gran tamaño (≥50 000 acres quemados) o de larga duración (≥50 días) dentro o cerca de los condados de: Alameda, Amador, Calaveras, Contra Costa, Mariposa, Mendocino, Napa, San Francisco, San Luis Obispo, San Mateo, Santa Bárbara, Sonoma, Stanislaus y Ventura. Los condados abarcan áreas urbanas y rurales en todo el norte, centro y sur de California. De estos 5.336 casos, el 16.4% (877) estuvieron expuestos al humo de los incendios forestales.
Sus resultados concluyen que el riesgo de paros cardíacos fuera del hospital aumentaba en los días clasificados como de alta densidad de humo y durante varios días después. En concreto el segundo día era el de mayor riesgo, un 70 % más de posibilidades, tanto en hombres como en mujeres. Y aumentó un 20 % más en comunidades con un nivel socioeconómico rayando la pobreza, tanto en días con exposición a una humareda densa como media. No analiza el estudio el estado sanitario, ni patologías previas, de las personas que sufrieron paradas cardiacas.
En el caso de las poblaciones de nivel socioeconómico más alto concluyen que cuando hay humo de mayor intensidad no hay diferencia de afección con respecto a las personas de menor nivel socioeconómico. Sin embargo, sí que lo hay cuando el humo es de intensidad media o baja, que sigue afectando a las personas más desfavorecidas y su efecto es prácticamente nulo en las que disponen de más medios económicos. En una de las conclusiones los autores del estudio recomiendan que las viviendas dispongan de filtros y métodos de limpieza de la calidad del aire, que cierren puertas y ventanas en momentos de humareda densa o incluso que se trasladen si es posible.
Los autores del estudio concluyen que “los profesionales de la salud y los servicios de emergencias médicas pueden beneficiarse al conocer estos resultados para aconsejar a los pacientes con mayor riesgo de los efectos adversos que tiene la mala calidad del aire para la salud, en particular, el humo de los incendios forestales, así como las formas de limitar la exposición”.
Otra de sus conclusiones es que un próximo estudio debería investigar “formas de mejorar la capacidad de adaptación del público a las condiciones de humo que provocan los incendios forestales”. Reconoce que son necesarios “estudios para evaluar los umbrales de los efectos sobre la salud, así como los mecanismos de acción y los procesos fisiológicos que culminan en un problema cardiovascular”.