“¿Por qué preservar la montaña?” El primer libro de El mundo de los Pirineos

mundo-pirineos-preservar-montaña-Viñuales-osboComo bien sabrás, querido lector, en los bosques de montaña y en la Naturaleza en general nada se destruye, si no que se transforma o se recicla. Bien, pues esto viene al caso porque a la revista “El mundo de los Pirineos” -dedicada a temas de montaña, naturaleza y cultura de esta cordillera- después de 22 años de existencia también le ha llegado el momento de transformarse. A partir de esta primavera, ha dejado de ser una publicación bimestral fiel a su cita en los kioscos, para convertirse en una colección de cuatro libros al año que, en las librerías o bajo suscripción, mantendrá la misma cabecera.

Una nueva etapa que comienza con un primer volumen -que es el nº 133, pues sigue la saga numérica de la revista- y que lleva por título “¿Por qué preservar la montaña? Guía natural de la A a la Z”. Se trata de un libro muy especial, un tanto atípico, de 174 páginas dedicadas en exclusiva al medio natural de los Pirineos, sin fronteras, por todos sus flancos y vertientes, abordando alfabéticamente su riqueza naturalista desde la visión de la geología, la climatología, la biodiversidad, la relación del ser humano con un paisaje grandioso y la necesidad de conservar todo este entorno salvaje.

Lo que en un principio se concibió como un diccionario con lo mejor de la Naturaleza de los Pirineos, ordenado de la letra A a la Z, se ha reagrupado finalmente en un formato menos académico que incluye cinco capítulos en los que se aborda de manera amena el nacimiento de las montañas -rocas, ríos y lagos-, la teoría de los cuatro humores –temperaturas, nieve, sol y agua-, las especies animales y vegetales alpinas, los ecosistemas más relevantes, la huella del hombre y los más bellos espacios naturales protegidos.

Ilustrado con bellas fotografías a color, en su interior se hace un repaso por lugares muy conocidos como la Selva de Irati, las cumbres del Aneto o el Posets, el Parque Nacional de Ordesa, los estanys de Aigüestortes, pero también por otros enclaves menos conocidos y muy interesantes como los hayedos de Arbaila, el valle andorrano de Madriu, el lago glaciar de Migouélou, el Cap de Creus… o accidentes geográficos como el pico Aspe, el Mont Valier, el río Eska –por donde bajaban las almadías- o el valle de Ultzama. Unas páginas por donde desfilan con color y elegancia la vida de orquídeas silvestres, de toda clase de árboles y arbustos, de osos pardos, urogallos, quebrantahuesos… tritones e insectos de altura como la mariposa apolo.

He tenido el honor de inaugurar la transformación de esta revista en la que vengo participando desde su primer número en aquel lejano mes de enero de 1998 y donde siempre quedan muchas cosas aún por contar, por mostrar, por conocer y por invitar a recorrer, paso a paso, con el debido respeto que merece esta naturaleza con mayúsculas. He dado las primeras zancadas de un camino que ahora quizás te toque a ti y a los suscriptores que sigáis trazando y disfrutando. ¿Por qué?, ¿para qué? Pues para que esta maravilla siga siendo con sus bosques, cumbres, otoños, sendas, nieves e ibones ese paisaje vivo y soñado que los amantes de lo natural siempre tenemos en nuestro pensamiento y que es parte de nuestro corazón.

Conscientes de que estas montañas, que son de dura piedra, necesitan de conocimiento y afecto, de protección y cuidados. Y cuando decimos montañas, en realidad queremos decir el medio natural. Está en nuestras manos y estamos obligados a cuidar y proteger los Pirineos, pues a fin de cuentas son parte de nuestro hogar, y todos formamos parte de este gran escenario que es la Naturaleza, cada día más castigada por la acción de nuestra especie.

Eduardo Viñuales Cobos.
Escritor, fotógrafo y naturalista de campo.

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