De vuelta en el travieso amarillo
Hace más de medio año que no escribo en esta sección. Mis primeras palabras serán en tono serio, como exige la situación que estamos viviendo. Si estás leyendo este artículo, de corazón espero que estéis bien tú y tu familia. Si unas cuantas personas leen estas palabras, probablemente alguna tendrá pérdidas cercanas o muy cercanas. Te acompaño en el sentimiento. De corazón. Muchísimo ánimo.
Espero que estos artículos que escribo provoquen que se dibuje una sonrisa en la comisura de tus labios. No tienen otra finalidad. De hecho, no sé ni si consigo eso… así que vaya plan. Pero bueno. Al lío…
En octubre de 2019 me despedía de todos vosotros con el artículo “Wind of Change” y ya pensasteis que os podíais despedir de mí así de fácil. Sin más. Chimpún.
¿No os ponía yo que en el futuro intentaría echar alguna “canita al aire” y volar el Air Tractor? ¡Qué poca confianza tenéis en mí! Dije que no iba a ser fácil, ¡no que fuera imposible! Gente de poca fé… También os decía que perdería la oportunidad de volar el FireBoss y cumplir mi gran objetivo de volver a volar aviones anfibios. Las vueltas que da la vida…
Hace tan sólo siete meses, pensaba que era imposible volar el zapatones, o volver a hacer una campaña contra incendios. Sólo hacía falta aprobar la convocatoria para entrar en Iberia, estar 50 días de Servicio Activo pendiente de asignación de destino en el Ejército del Aire, sacar la habilitación de Airbus A320, una pandemia mundial y cambiar de empresa de trabajos aéreos. ¡Así de fácil! Y yo preocupado… aunque con tres cambios de pagador en el año 2019, quizá sí debería preocuparme por la declaración de la renta. Pero bueno… eso es harina de otro costal.
Os comento un poco por encima la historia:
En Iberia me mandaron al ERTE en abril. Sinceramente, pensé que me iban a despedir, porque llevaba menos de seis meses en la compañía y me consideraba carne de cañón. Ahora como llevo seis meses y una semana, ya soy un veterano piloto curtido en mil tormentas en el aire…, por decir la primera tontería que se me pasa por la cabeza.
La verdad es que la cosa está complicada. Iberia es una gran compañía y sé que la intención es mantener todos los puestos de trabajo posibles… pero si algo aprendí cuando estudié el MBA y con la empresa (fracasada) que tuve, es que el mercado manda. Así que ajo y agua. Me toca esperar por esta banda a ver si viene Messi y la mete por toda la escuadra, o si viene un jugador que esté un poco cojo, que se tropiece antes de chutar a portería, y que el balón se vaya fuera. Ojalá que no, pero yo creo que tiro a puerta habrá, a no ser que aparezca pronto un medicamento con efectividad contrastada, una vacuna o un compromiso firme del Gobierno con su compañía de bandera.
Visto como estaba el temita, no perdí un momento y me puse en contacto hasta con el “apuntaor” para hacer las cosas bien con todas las partes… y finalmente aquí estoy: de licencia no retribuida en Iberia hasta octubre y con Martínez Ridao Aviación haciendo la campaña este verano 2020 y todo lo que se pueda en el futuro, según las necesidades que tenga la empresa y respetando en todo momento el convenio colectivo de Iberia. Yo siempre diré que sí, siendo como soy un viciosillo del travieso amarillo… ¡y ya no digamos del anfibio!
No puedo terminar de narrar estos acontecimientos sin agradecer públicamente a la familia Martínez su confianza en mí. Gracias por dejarme entrar en su casa, a pesar de las limitaciones de disponibilidad que tendré en el futuro. Y encima con zapatones. No puedo estar más contento.
Este mes estoy en Siete Aguas desde el día 1 al 12 y estaré en Requena desde el 21 al 30. Si los de Valencia escucháis un acento gallego por la Tetra… It ́s me!
Me despido deseándoos una buena campaña 2020. Creo que con todos los protocolos sanitarios y con estos meses de confinamiento previos será, cuanto menos, rara. Que sea todo lo extraña que quiera, pero que podamos felicitarnos cuando termine de estar toda la familia en las candelas al completo.
Un abrazote @samupinon