Cartografía operativa, el reto de los bomberos forestales

Ya estamos en verano y las temperaturas empiezan a subir en este año marcado por la salud como elemento central en nuestras vidas. Nuestros vecinos lusos ya han tenido su primer gran incidente GIF al sur, en tierras del Algarve, en el resto de la península, se empiezan a tener los primeros incendios forestales relevantes. Seguramente, a medida que vaya transcurriendo este periodo, los incidentes irán creciendo y aumentando en intensidad, todo dependerá de cómo se alineen los factores. Esto es lo que todos los años comentamos en nuestras reuniones y conversaciones, unos con base más técnica, otros mirando lo que ven. En general, lo que está claro, es la necesidad de estar preparados para lo que vendrá, que un año u otro puede que nos ponga contra las cuerdas.

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Imagen de la aplicación. Autor A. Iván Rodríguez

Establecida esta introducción y poniendo en contexto lo que somos y a dónde vamos, los que trabajamos en el mundo de los incendios forestales es importante que asumamos otro reto de tantos que tenemos por delante, sin abandonar las necesidades y realidades diarias. Uno de estos retos es el de generar una cartografía operativa para manejar de forma segura y eficaz las operaciones y las estrategias en incendios forestales, más si cabe en el contexto actual que tenemos de escasa gestión forestal y de crecimiento exponencial de incendios que afectan a la interfaz.

Es sencillo, al igual que establecemos medidas de seguridad individual con los EPIS, que tanto nos ayudan minimizar daños o a evitarlos, la cartografía operativa la tenemos que entender también como un recurso colectivo para reducir daños tanto a los propios intervinientes como a la población en general.

Conocer cómo se encuentra una pista forestal, qué hidrantes y puntos de agua tengo más cerca, zonas de desembarque, establecer zonas seguras o conocer la naturaleza de un bien amenazado, si cuenta con más o menos personas que deben ser evacuadas o si es una infraestructura civil a tener en cuenta, son solo una muestra de los muchos datos que en nuestras rutinas diarias deberíamos de tomar para generar esa cartografía necesaria y vital para ayudar a la toma de decisiones, tanto para el director técnico de extinción, como para el analista, como también para la unidad que está a pie de llama.

Este es el otro reto de los bomberos forestales y así lo deben de entender los gestores, porque igual que invertimos en elementos de seguridad para autobombas o medios aéreos, esto nos aportará anticipación y la certidumbre necesaria para valorar junto con otras variables lo que podemos o no hacer.

Los gestores deben poner en valor y capitalizar los recursos humanos y materiales con los que cuentan los dispositivos y generar la inteligencia que vamos a necesitar en el futuro para hacer frente a escenarios complejos, una inteligencia que debe ser resultado de combinar el trabajo de campo y la tecnología.
Hoy por hoy, los siatemas de información geográfica SIG nos permiten esto, ponernos manos a la obra es simplemente empezar a priorizar hacia dónde debemos caminar.

Una metodología para toma de datos

En base a esta necesidad, en el marco de mis estudios de Módulo Superior de Gestión Forestal y del Medio Natural en I.E.S Alto Palancia de Castellón, he investigado en una metodología para la implementación de la suite gvSIG para la gestión y toma de datos, de infraestructuras de prevención de incendios forestales y bienes amenazados del municipio de Yeste. A través de unos formularios y mediante dispositivos de telefonía inteligente o smartphone podemos realizar un inventario con las características de los indicadores que necesitemos para ir construyendo esta cartografía.

Algunas de las conclusiones generales que se pueden extraer de este trabajo concreto son:

– Es importante dar respuesta a las necesidades que tenemos los bomberos forestales en las intervenciones por incendio forestal o en la planificación técnica de medidas preventivas.

– Las personas que trabajan en los diferentes dispositivos de incendios forestales deben conocer su entorno, su lugar de trabajo, y para ello nada mejor que empezar a inventariar toda una serie elementos que nos permitan añadir información a la cartografía que ya tenemos, para esto los sistemas de información geográfica SIG o GIS son de gran utilidad.

Crear herramientas cartográficas propias y operativas, para el uso en prevención y extinción de incendios forestales no es algo tan complejo como podamos imaginar, ni requiere grandes cantidades económicas si lo comparamos con el beneficio que puede suponer esta inversión en seguridad y planificación.

Antonio Iván Rodríguez
Capataz-Bombero Forestal – Plan Infocam
Yeste Albacete. Castilla-La Mancha

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