Hoy se cumplen 15 años del incendio de Riba de Saelices donde murieron 11 personas
Fue el 17 de julio de 2005. La noticia recorrió el país a la velocidad del rayo dejando un profundo desasosiego en muchas personas, después de caer en las redacciones de los medios de comunicación como si fuese una bomba. Once componentes de un retén de incendios habían muerto en el incendio de Riba de Saelices, en Guadalajara.
De una barbacoa, en el paraje Cueva de los Casares, partieron las primeras llamas que originaron un incendio que avanzó rápido y voraz aprovechando que todas las condiciones estaban a su favor. Una jornada festiva entre amigos terminó en tragedia: cuatro días después el balance era de 11 personas muertas y 13.000 hectáreas quemadas.
El debate político, social y mediático que se produjo a continuación fue enorme. El ruido, a muy alto volumen, se instaló en el ambiente. Hubo todo tipo de opiniones sobre aspectos concretos del incendio y sobre otros generales, con más y con menos conocimiento técnico, prudentes y lo contrario, aunque en un primer momento seguramente la rabia dio más protagonismo a las opiniones menos fundamentadas y más atrevidas.
La indignación recorrió las calles de muchos pueblos que se identificaron con los afectados. Todos pensaron en ellos mismos, en las ocasiones que tuvieron que salir a apagar un incendio en su monte y en las que seguramente tendrían que volver a hacerlo. Es probable que, echando la vista atrás, identificaran como muy peligrosos algunos de los momentos que vivieron.
El debate dio paso a una larga causa judicial que no terminaría hasta 2012, cuando fue declarado único culpable del incendio el senderista que inició el fuego en la barbacoa. Entre medias, el dolor desgarrador de los familiares de las víctimas, en ocasiones zarandeadas de un lado a otro por distintos intereses y un debate mediático y político que parecía no tener fin. Que la causa fuese tan larga extendió su sufrimiento.
Y, en paralelo, sin compararlo en ningún caso, la angustia de los distintos responsables técnicos y políticos acusados de ser culpables de la muerte del retén, con un enorme desgaste profesional y personal en algunos casos. Tal fue el desgaste, a la vista de todos, que varios técnicos y directores de extinción en aquella época me confesaron que no estaban dispuestos a pasar por lo mismo por salvar unos cientos de hectáreas más. ¿Condicionó la causa judicial y el juicio social la forma de afrontar los incendios en años posteriores?
15 años después seguimos echando de menos a nuestros 11 compañeros muertos en incendio Rodenal. Un fuerte abrazo a familiares. Los poderes públicos y los urbanitas sólo ven el monte cuando arde. No ven y proscriben GFS (ecología, economía, sociedad rural)+extinción+restauración. pic.twitter.com/sw93LBznso
— Rafael Serrada (@RafaelSerrada1) July 17, 2020
Han pasado ya quince años y hoy en las redes sociales se ha recordado a los “compañeros” fallecidos y a sus familiares. Tengo la impresión de que cada víctima mortal en un incendio forestal deja un pequeño tizón en el corazón de todos los que trabajan en la extinción de incendios. Y, sin embargo, siguen adelante, conscientes de que un suceso natural tan especial como el que causó la muerte de aquellos 11 compañeros algún día les puede ocurrir a ellos. Pero en eso no se piensa, no hay tiempo, solo se piensa en cómo será el incendio al que se dirigen en estos momentos.
En recuerdo de todas las personas que dejaron su vida por salvar el patrimonio natural y de sus familiares y amigos que sufrieron su pérdida.