La saca del corcho, una actividad para el siglo XXI
El Grupo operativo Go Suber diseña nuevas herramientas manuales y aplicaciones informáticas que permitirán aumentar la eficacia y eficiencia en la extracción del corcho; mejorar su calidad, al decidir el mejor momento para su extracción y conseguir planchas más rectas; favorecerán la mejora de las condiciones de trabajo y la salud laboral de los corcheros e, indirectamente, permitirá al sector disponer de trabajadores especializados para su aprovechamiento.

Planchas de corcho cargadas para la fábrica. Foto Patricia Gómez
A menudo se presentan las actividades tradicionales como el mejor ejemplo del manejo sostenible del territorio, su reactivación parece una oportunidad de desarrollo rural y ponerlas en marcha una obligación casi moral que no debemos dejar pasar. Sin embargo, la realidad de los números del mercado, e incluso sociales y laborales, golpea de frente a las expectativas y los buenos deseos. No es que no se quiera, es que no es rentable si se utilizan los planteamientos, herramientas y métodos de trabajo de otra época, de otras circunstancias sociales, económicas y de conocimiento.
La clave está en adaptarse. La necesidad de mantener los usos tradicionales del territorio, por su sostenibilidad y su capacidad para fijar población y mantener vivo el paisaje, obliga a utilizar herramientas del siglo XXI. Los rendimientos, las condiciones de trabajo y las expectativas sociales y económicas de otra época no sirven ahora. El futuro de las actividades que han moldeado el paisaje humano y natural pasa por la innovación y la modernización de todas estas condiciones. Por eso se formó en 2017 el grupo operativo Go Suber, con la intención de “mecanizar y revisar los sistemas de extracción, modernizando el descorche para que sea más productivo, así como mejorar las condiciones de seguridad y salud laboral en subericultura”.
Fruto del trabajo de los participantes en Go Suber se han diseñado y elaborado nuevas herramientas informáticas y manuales que mejoran las condiciones de trabajo y del aprovechamiento del corcho al disponer de un mayor conocimiento de las existencias y necesidades de cada monte e incluso de cada ejemplar, evitar situaciones de riesgo para la salud del árbol y de los trabajadores, la incorporación de nuevas generaciones de sacadores y mantener una actividad económica fundamental para muchas zonas rurales de Cataluña, Extremadura y Andalucía que podría verse en peligro por la dificultad para contratar trabajadores especializados en la saca del corcho.
Big data para hacer selvicultura de precisión

Nuevos usos se abren para el corcho si las nuevas herramientas permiten un mejor aprovechamiento de los residuos y del corcho no taponable. El granulado de corcho es el destino de, al menos, el 50% de la producción. Foto Patricia Gómez
La pérdida del conocimiento del medio se suple con tecnología. Hace años el conocimiento del medio era habitual. Era relativamente fácil encontrar o disponer de alguien que conociese el monte o la finca perfectamente: los alcornoques más productivos, los que mejor corcho daban, los que habían sufrido enfermedades, etcétera.
La sociedad ha cambiado, “ni los propietarios viven constantemente su finca, ni se dispone de personal capaz de almacenar en su memoria toda la información necesaria para gestionar de forma adecuada el alcornocal. Los datos que podemos tomar ahora en el momento de la saca son enormes”, comenta Manuel Bejarano, coordinador del grupo. La información recogida va desde las características del producto a la morfología del árbol, a sus circunstancias especiales, localización, enfermedades, momento exacto que se aprovechó o las veces que se ha hecho, rutas de saca, producciones diarias en la anterior saca, volumen estimado, fecha del marcado y extracción del corcho con la nueva maquinaria, por ejemplo. “Disponer de esa información estructurada y tener la capacidad de relacionarla nos permitirá tomar la mejor decisión sobre cada ejemplar”, añade Manuel.
Este ha sido otro de los objetivos de Go Suber, disponer de herramientas de datos que permitan disponer de información actualizada para realizar la mejor gestión posible. “El modelo de toma de datos ya está desarrollado y ahora trabajamos en una herramienta web que permitirá al propietario disponer de toda la información de forma fácil e intuitiva para tomar las decisiones que crea oportunas”, añade Bejarano.
“Estas herramientas digitales nos permiten definir las bases técnicas para una nueva subericultura de precisión y las herramientas manuales nos permitirán un mejor aprovechamiento del producto lo que nos facilitará indirectamente aumentar sus usos en nuevos mercados y subproductos para los que el corcho es el mejor material”, asegura Patricia Gómez, gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España COSE.
Una aplicaciones informática que ya está operativa y ha salido de Go Suber es Corkclass 4.1. Su objetivo es avanzar en la caracterización y clasificación del corcho en el propio monte. Esta aplicación, para poder sustituir a la clasificación a primera vista que tradicionalmente se ha hecho, ha introducido la evaluación de otros parámetros visuales y de calibre sobre muchas muestras de alcornoque. Así, evalúa cada una de las anomalías entre cero, cuando no tiene ninguna, uno y dos si tiene muchas anomalías. Esto permite clasificar en dos calidades visuales (taponable o refugo) o en cuatro (1º-3º, 4º-5º, 6º y refugo).

Demostración de la sierra eléctrica. Foto Patricia Gómez
“El objetivo es adecuar la planificación del aprovechamiento para obtener un corcho con un calibre óptimo, que maximice su valor. El calibre del corcho en el momento de su extracción influye decisivamente en el uso posterior y este calibre viene determinado por los turnos de descorche”, comenta Patricia.
Pero los turnos de descorche no siempre se pueden decidir si las cuadrillas para descorchar son pocas y el trabajo se concentra en muy poco tiempo. Este plazo de trabajo podrá ampliarse gracias a las nuevas herramientas manuales como la sierra eléctrica que permitirá adelantar la campaña de descorche.
La sierra permitirá “rayar” la corteza y dejarla preparada para cuando llegue el momento de ahuecarla y separarla de la capa madre. “El corcho no sufre y al estar en contacto con la madre puede continuar con su crecimiento sin perder cualidades”, explica Manuel Bejarano. “Se empleará el mismo tiempo de trabajo pero repartido en más meses. Los sacadores podrán atender a más fincas; los compradores podrán ampliar el plazo para adquirir los lotes, que ahora lo hacen todo durante la saca; y a los productores les permitirá ajustar el momento de la extracción sin riesgo de retrasarla por falta de sacadores, lo que podría perjudicar la calidad del producto”. De esta forma, el rayado comenzaría antes de junio, dejaría preparado el árbol para el ahuecado en el momento preciso y permitiría avanzar más rápidamente en la extracción.
Nuevas herramientas manuales para aumentar la eficiencia
Con una sola herramienta, el hacha corchera, los corcheros hábiles y expertos desnudan al alcornoque con suavidad y firmeza. “Rayan” el corcho con golpes certeros y después, con una especie de gancho que tiene en la parte posterior del filo inferior del hacha, “ahuecan” el corcho. Terminan su operación con la parte inferior del mango que, con forma de cuña, “apalanca” la “pana” o plancha de corcho y lo separa del tronco.
Pero los corcheros hábiles y expertos cada vez son menos. No hay relevo generacional y falta mano de obra especializada que asegure la rentabilidad del aprovechamiento del corcho con un trabajo profesional y eficiente. “La dureza del trabajo y las graves carencias en la seguridad y salud de los trabajadores conducen a la desprofesionalización del sector”, comenta Patricia Gómez.
La saca del corcho se hace en los meses de más calor, entre junio y agosto, en una carrera contrarreloj en muchas ocasiones porque todo el trabajo se concentra en muy poco tiempo y cada vez hay menos cuadrillas especializadas. “Es un trabajo, que requiere de experiencia y conocimiento, y que exige un esfuerzo físico importante, además de destreza y habilidad en el manejo del hacha”, coinciden Patricia Gómez y Manuel Bejarano.

Sierra eléctrica, tenazas eléctricas y palanca, las nuevas herramientas manuales propuestas por Go Suber. Foto Cicytex
Una sierra eléctrica sustituye al hacha

Realización del corte o «rayado» con la sierra eléctrica. Foto Patricia Gómez
Se trata de una sierra eléctrica de mano, modificada con un sensor situado en el espadín, que detecta la humedad de la “casca” o capa madre, y un patín que impide que la sierra toque la capa madre y dañe al árbol. La empresa Coveless ha sido quien ha elaborado y desarrollado esta herramienta. La máquina fue probada, con buen resultado, en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura Cicytex y posteriormente por distintos sacadores.
Para Ramón Santiago, ingeniero de montes del Cicytex, con la sierra eléctrica “la calidad del descorche aumenta porque el número de heridas disminuye considerablemente, salvaguardando la salud del árbol. El rendimiento del corcho en fábrica aumenta por ser los cortes más rectos y disminuir el número de trozos. De esta forma, la productividad del descorche con máquinas es superior al del hacha en la mayor parte de los casos”.
Para José Berdón, también ingeniero de montes de Cicytex “la máquina tiene una limitación en la altura hasta la que puede utilizarse, ya que debe ser utilizada por el sacador con las dos manos y, al tratarse de una sierra electromecánica, prevención de riesgos laborales no permite que se utilice por encima de los hombros, lo cual puede limitar su uso hasta 160-170 cm aproximadamente”.
En realidad, por prevención de riesgos laborales, la extracción en altura ya no se puede realizar, como tampoco se puede hacer ninguna otra actividad laboral en altura sin la adecuada sujeción, no es un problema exclusivo del aprovechamiento de corcho, pero sí puede afectarlo especialmente si se cumple a rajatabla. Para paliar este impedimento Go Suber ha diseñado líneas de vida y una escalera con plataforma que permitirá aprovechar el corcho a más altura y al sacador utilizar las dos manos cuando utilice la nueva sierra eléctrica. “La escalera está en periodo de prueba, comprobamos su manejabilidad y facilidad de traslado entre los árboles, el tiempo que se emplea y, por tanto, su rentabilidad e incidencia en la eficiencia del trabajo”, comenta Bejarano.

Sierra eléctrica diseñada y elaborada por Coveless y testada posteriormente en el proyecto. Foto Patricia Gómez
Unas tenazas que ahuecan el corcho

Las tenazas permiten «ahuecar» el corcho después del rayado. Foto Cicytex
El ahuecado es una operación delicada que consiste en introducir una herramienta por el rayado para separar el corcho de la capa madre y posteriormente despegar definitivamente la “pana” o plancha de corcho.
Desde 2007 Cicytex ha elaborado distintos modelos a partir de la idea de unas tijeras de poda manual abiertas. “Cambiamos las cuchillas por unas lengüetas que se introducen por la “acanaladura” o rayado y que consiguen separar el corcho de la capa madre, incluso ayudan al “dislocado” o separación definitiva de la pana del árbol”, comenta José Berdón.
Tras diversos prototipos y numerosas pruebas con los materiales de los que están hechas las lengüetas, le encargaron a la empresa Coveless la fabricación de las actuales tenazas “sobre la idea de un modelo de tijera eléctrica, que diseñó y fabricó en 2011 con unas lengüetas de acero inoxidable. Estas palas deben de estar reforzadas puesto que soportan un enorme esfuerzo para conseguir el ahuecado”.
Para Manuel Bejarano, estas tenazas son “la auténtica revolución tecnológica de todas estas herramientas”. Berdón añade que “la sierra eléctrica 3C18 y las tenazas corcheras son dos herramientas muy complementarias, la una potencia a la otra. En una primera valoración, y a falta de terminar de analizar todos los datos obtenidos, las tenazas aumentan la eficiencia en el proceso general del sacado e incluso permiten trabajar a una mano en altura”.
En Go Suber son conscientes del peligro que se corre en las primeras extracciones de corcho, durante el «desbornizado». El árbol, a medida que se descorcha, va dando un corcho más liso, menos rugoso, que facilita el descorche. “Daños en edades tempranas sobre la capa madre hacen que el árbol tapone esa herida y produzca una cicatriz que se notará en el corcho y puede dificultar su próxima extracción. De ahí que disponer de herramientas que no dañen al árbol en los primeros aprovechamientos es fundamental para no condicionar la producción de las próximas campañas”, afirma Berdón.

Las tenazas ejercen una enorme presión en el «ahuecado» e incluso adelantan el posterior «dislocado» de la «pana». Foto Cicytex
La nueva palanca corchera para el “dislocado”

La palanca es una evolución del «mijuro» y sustituye al hacha córchela en la labor de separar definitivamente las planchas de corcho de la capa madre. El martillo y gancho que tiene en la empuñadura facilita las acciones necesarias para extraer entera la pieza rayada. Foto Cicytex
La nueva palanca tecnológica corchera sustituye al “mijuro”, la herramienta que ideó en 2005 el Instituto del Corcho la Madera y el Carbón Vegetal (ICMC), antiguo Iprocor, “estaba hecha de acero inoxidable y que podría dañar a la capa madre por su dureza”, afirma Berdón. Es fruto de una evolución en el diseño de su ergonomía y materiales hasta llegar al último modelo, hecha principalmente en fibra de vidrio, “que le da una gran firmeza y ligereza, lo cual facilitará el trabajo al reducir el esfuerzo físico necesario para su manejo”.
Su función principal es la de apalancar la plancha y separarla de la capa madre mediante la cuña que lleva en su extremo. Pero también permite golpear la plancha sin dañarla y tirar de ella con el gancho que lleva incorporado en el mango, que ha mejorado notablemente su sistema de anclaje. Todas sus piezas o elementos son fácilmente sustituibles, lo cual aumenta la vida útil de la herramienta.

Evolución del hacha córchera, «mijuro», palanca tecnológica con cuerpo de fibra de carbono y finalmente la palanca con cuerpo de fibra de vidrio, elegida por su dureza y menor precio. Las piezas de la empuñadura y cuña se pueden sustituir en caso de necesidad. Foto Patricia Gómez
Una renovación necesaria

La palanca tecnológica dispone de distintas utilidades que facilitan el trabajo al reducir el esfuerzo físico. Foto Cicytex
Los sacadores tradicionales pueden ser los máximos beneficiados porque tienen el oficio, tan solo deben adaptarse a unas nuevas herramientas que, además, les facilitarán el trabajo “al ser más livianas y reducir el esfuerzo. Además, eliminan riesgos laborales que son inherentes al uso del hacha corchera. Por otro lado, permiten un rápido aprendizaje y manejo porque no requieren de la enorme experiencia que exige el manejo del hacha, pero sí requieren de conocimientos del árbol, del trabajo y de una utilización correcta de las herramientas”, asegura Berdón.
“Se les nota en la cara que están encantados cuando prueban la sierra eléctrica y el resto de herramientas. Otra cuestión es que algunos sean reacios al cambio, por el coste que pueda suponer adquirir nuevas herramientas, por lo que supone de aprendizaje y cambio de forma de trabajar. El cambio no va a ser rápido, tendrá un largo recorrido”, intuye Manuel Bejarano.

Extracción de la pana durante los test a la nueva herramienta . Foto Cicytex
Las novedades de los últimos años, “aunque no se han trasladado de manera definitiva a los propietarios, gestores y empresas del sector, -comenta Patricia Gómez– sí han incorporado nuevas soluciones que, en un futuro no muy lejano, serán herramientas claves del aprovechamiento, dada la situación estructural del sector”.
Ramón Santiago añade otro valor: “estas nuevas herramientas pueden facilitar el acceso de las mujeres al oficio de sacador y esto será beneficioso para toda la sociedad”.
“Estamos en un proceso de cambio completo que afecta a la propiedad, los sacadores y la industria transformadora. Todo está relacionado: la normativa sobre seguridad laboral y las nuevas plantaciones de alcornoques, que buscan producción de corcho con árboles más rectos y con una determinada altura hasta el comienzo de las ramas, obligan a disponer de herramientas que permitan una mayor eficacia, eficiencia y seguridad en el trabajo”, comenta Bejarano.
“La gestión forestal diaria tiene que incorporar las nuevas tecnologías como ya lo han hecho otros sectores productivos. Que sea un aprovechamiento tradicional no significa que deba hacerse como hace cien años”, asegura Patricia Gómez. Manuel Bejarano termina con una previsión, “la tradición dejará de marcar el futuro y la producción se acercará a las nuevas tecnologías”.
El proyecto “Modernización del descorche para la mejora de la productividad Go Suber”
pertenece a la convocatoria de subvenciones para la ejecución de proyectos de innovación de interés general
por grupos operativos de la Asociación Europea para la innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri) en el año 2018. El 80 % de su presupuesto ha sido cofinanciado por fondos FEADER dentro del Programa Nacional de Desarrollo Rural que dirige el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.