Galicia, Asturias y Cantabria buscan el mejor ganado y tipo de pastoreo para prevenir incendios y producir carne de calidad
El proyecto de investigación “Estrategias para frenar la matorralización y fomentar la producción animal en pastoreo en la montaña cantábrica y gallega”, financiado por el INIA, une a Galicia, Asturias y Cantabria para prevenir los incendios, ganar zonas de pasto al matorral y producir carne de calidad. La clave está en la clase de ganado en extensivo que se moverá por la montaña y en el tipo de pastoreo que deberá hacerse con cada uno de ellos.

Ganado en la finca La Jerrezuela (Cantabria). Foto del Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA)
En el proyecto participan el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo de Galicia (CIAM), el Servicio Regional de Invetsigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (SERIDA) y el Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA) de Cantabaria, el Centro Tecnológico de la Carne de Galicia (CETECA) y cuenta con la financiación del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria INIA.
Su objetivo es fomentar el pastoreo de montaña como medio preventivo de incendios forestales y mejorar la productividad animal, a la vez que se trabaja en la mejora del suelo, en el incremento de la biodiversidad y se mide la capacidad de fijación de carbono de estas zonas de matorral.
De forma más detallada estos son sus cinco objetivos fundamentales:
1. Transformar zonas matorralizadas en superficies con pasto utilizables por el ganado.
“En Galicia hay un gran abandono de superficie agraria y forestal, aproximadamente hay 900.000 ha de matorral, gran parte de ella abandonada y que podría ponerse en pasto”, comenta Santiago Crecente, ingeniero agrónomo responsable de la coordinación del proyecto en Mabegondo. En Asturias hay alrededor de 300.000 hectáreas de matorral, mientras que en Cantabria la cifra está entorno a 150.000 ha.
2. Comprobar diferentes sistemas de pastoreo con distintas especies y razas para la eliminación de matorral. El consumo de unas plantas u otras varía en función de la especie, “el caprino suele preferir matorral y ramoneo”. Una vez que el animal se desteta come la misma variedad que los adultos “pero menos cantidad como es lógico”, comenta Santiago Crecente.

Foto Capri23auto
3. Analizar la calidad de la carne en función de la edad del animal, se comprobará su dureza y las grasas omega 3 que tiene. De momento el estudio no se centra en comprobar cómo varía la calidad de la carne según la dieta del animal.
4. Evitar que se queme el matorral con los graves problemas que originan la continuidad de combustible fino que puede arder con facilidad. Para Santiago Crecente, “los incendios son uno de los problemas medioambientales más graves que tenemos en Galicia y tienen que ver con el exceso de combustible. Si lo comparamos con Europa tenemos exceso de sol y agua así que tenemos una de las mayores productividades de matorral”.
El matorral es entendido en muchas zonas como el enemigo público número uno del ganado y está documentada su relación directa con numerosos incendios que buscan eliminarlo para ganar pasto. El uso del ganado que ayude a eliminar y a no dejar crecer ese matorral puede conseguir reducir el número de incendios.
5. Medir los servicios ecosistémicos como biodiversidad y secuestro de carbono de la gestión de estas zonas de matorral.
El proyecto tiene una duración de tres años, comenzó en 2018 y debería terminar en 2020 pero la intención de los participantes es solicitar una prórroga de un año para las conclusiones. “Como tantas otras actividades, el confinamiento y la situación provocada por la pandemia ha retrasado su ejecución. Por otra parte, los bueyes deben ser sacrificados a los cuatro años y los ensayos de vegetación necesitan al menos tres años porque a menos plazo no se puede observar bien su evolución”, comenta Santiago Crecente.
Cuatro subproyectos simultáneos

Visita de los participantes en el proyecto a la Estación Experimental Agroganadera de Montaña del Marco de A Curra (Galicia) donde se desarrolla uno de los subproyectos. Foto Consejería Desarrollo Rural
Cada uno de los cuatro participantes se encarga del desarrollo de un subproyecto de investigación en sus fincas de experimentación y con un tipo de ganado y pastoreo diferente. A parte de los datos concretos que medirán en cada subproyecto, en todos ellos se comprobará el pasto y matorral consumido, las condiciones del suelo, la variación del peso, condición corporal y reproductiva de los animales, la calidad de la carne y el momento más idóneo para su sacrificio, productividad y calidad nutritiva del pasto herbáceo, coeficiente de admisibilidad de pastos, biodiversidad y secuestro de carbono, entre otros datos.
En Galicia el trabajo de campo se realiza en la Estación Experimental Agroganadera de Montaña del Marco de A Curra, con bueyes, rubia gallega, yeguas y cabras.
En el subproyecto del SERIDA se estudian dos tipos de rebaños mixtos, bovino (cebones-bueyes)-caprino y ovino-caballar, pastando en vegetación mixta de pradera con matorrales de brezal-tojal en la finca experimental de Carbayal-Illano.
En Cantabria la experimentación se realiza en la fina la Jerrezuela con vacas Tudanca, ovejas carranzanas y cabras del tronco pirenaico.
Herramientas para gestionar el monte y ganaderos
La idea final es implicar a los propietarios de las tierras y a los gestores y ganaderos, a los que se les ofrecerán herramientas para que escojan la opción de pastoreo más ajustada a sus necesidades en función de las condiciones del terreno, los factores ambientales y los objetivos de producción.
“Uno de los objetivos finales del proyecto es aconsejar cargas ganaderas, por ejemplo decir si 9, 10 o 12 cabras por hectárea es una cifra adecuada. Se tratará de una orientación porque no todo el monte es igual, pero sí es importante orientar para facilitar que cada cual tome después la decisión más oportuna”, comenta Santiago Crecente.
En paralelo, colaboran con una empresa de base tecnológica en la Universidad de Alcalá que busca mejorar el manejo del ganado en extensivo y la gestión del pastoreo mediante una herramienta de seguimiento. Esto permitirá comprobar el movimiento del ganado y el estado de los pastos tras comprobar cuánto tiempo están en una zona.
Los datos que obtendrán en el proyecto esperan que sirvan para facilitar las decisiones a los ganaderos y gestores sobre la organización de los montes y en el manejo del ganado. “La intención es lograr una gestión idónea de los pastos disminuyendo los costes de producción y dejando patente el beneficio medioambiental que puede proporcionar la ganadería en extensivo”.