El bosque tiene rostro humano
Para la sociedad eminentemente urbanita, responsablemente concienciada por la conservación de la naturaleza, es fácil identificar a un bosque con una especie animal emblemática que lo habite: un ciervo, un urogallo, un oso pardo, o un lince, por ejemplo. Lo que no es habitual es que sea capaz de identificarlo con un rostro humano, el de su propietario, la persona que lo gestiona y que lo mantiene. El grupo operativo Prominifun le ha puesto rostro al bosque para que la sociedad conozca a los que lo cuidan.
La campaña se lanza mañana jueves 26 de noviembre en la jornada online sobre propiedad forestal organizada por la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León FAFCYLE, antesala del I Congreso sobre Propiedad Forestal que se celebrará en 2021 en Valladolid.
La campaña cuenta la historia de seis personas y seis bosques, seis historias de amor, de compromiso con la tierra de los antepasados y con el futuro de sus descendientes. Ellos muestran con su ejemplo el compromiso de muchos propietarios con la gestión sostenible de sus bosques, con los bienes y servicios ambientales que prestan a sociedad.
“Las personas de nuestro entorno rural realizan una labor invisible y carente de todo reconocimiento, trasmiten un sentimiento de arraigo y pertenencia a la tierra, que generación tras generación permite mantener los montes, con objeto de proveer de bienes y servicios ambientales fundamentales, para el bienestar de las personas y la sociedad en su conjunto”, se comenta desde el GO Prominifun.
La campaña, con videos de cada uno de los propietarios paseando por el monte, quiere mostrar también cómo el medio natural ofrece numerosas oportunidades si se apuesta por él, que es lo mismo que apostar por la permanencia de las personas en su entorno social y cultural.
Estos seis primeros bosques, desde pinares a un castañar, están en las provincias de Álava, León, Murcia, Navarra y Valladolid y se puede conocer su historia a través de su página web. La campaña se ampliará en los próximos meses con nuevos rostros, nuevos ejemplos de compromisos personales y familiares con la gestión forestal.
“Si queremos que el monte sea de todos, también hay que conservarlo entre todos”
Lo dice María José Solaun, de Amurrio (Álava), que lanza un primer mensaje entre los pinos que plantó su padre: “Si alguien quiere ver rentabilidad inmediata en uno o dos años, que no piense en plantar un bosque por que él no lo va a cobrar. Pero los que lo hemos recibido de los padres nos gusta dejarlo ahora a los hijos”.
Rafael Santín, dueño de un castañar en Mozón (El Bierzo, León), confiesa que cuida su soto “con devoción”. Han creado una asociación de castañicultores para dar valor de nuevo a la castaña. “Nadie cuidaba de los sotos orque no le sacaban rendimiento. Los sotos se hicieron bosque y un incendio, que destruyó castaños milenarios estuvo a punto de acabar con ellos”.
Santiago Chivas, de Sinarcas (Valencia) comenta que “aunque no sea un sector visible, el del monte es un sector que aporta, llevo trabajando en el monte 35 años. El monte necesita de una intervención racional y sostenible porque el abandono del monte y las tierras de cultivo hace que el monte crezca, pero la calidad no”.
María Seisdedos, de Torrescárcela (Valladolid), cree que “a la gente no le importaría vivir en los pueblos pero se tienen que dar las condiciones. Para que los montes tengan futuro hay que sacarles un aprovechamiento”.
Jesús María Velaz, de Bordal de Agerre-Oron (Navarra) cree que el sector forestal es perfecto para el desarrollo del mundo rural, “hay gente que piensa todavía que cortar un árbol es malo, no saben que un árbol es un recurso renovable”. Y añade la paradoja de que se cuestione la gestión de los montes cuando “con el paso del tiempo los propietarios forestales nos hemos convertido en los aldeanos generosos. En mi monte la gente viene y se lleva setas, endrinas, frutos silvestres, la caza, todo eso es libre. Somos pequeños propietarios con la mayoría de los usos expropiados. La única forma de rentabilizarlo es vendiendo la madera”.
Francisco Carreño Sandoval, de Hoya de Don Gil (Ceheguín, Murcia) comienza con una afirmación contundente “estamos en los montes más productivos del mundo, es el monte mediterráneo por el papel que juega en la lucha contra la erosión o el ciclo del agua. Y cuando los gestionan más te dan”. Reivindica el concepto de economía circular como un concepto rural al entenderlo como “una serie de economías que hay que sumar para obtener una renta que te permita mantenerte en el territorio”.
El GO ProMinifun se ha formado con el objetivo de crear nuevos modelos de gestión que faciliten la organización de los propietarios forestales de minifundios para que pongan en valor sus fincas forestales. “Se trata de recuperar la potencialidad productiva de estos territorios y establecer propuestas para mejorar la accesibilidad a la gestión de la propiedad”. Se estima que hay entre 2,5 y 4,5 millones de propietarios forestales en España y que buena parte de ellos desconoce que lo es.