Presentada la primera Guía de plantas pirófilas para la interfaz urbano-forestal de la Comunidad de Madrid

La Asociación Nacional de Empresas Forestales (ASEMFO), con la colaboración del grupo de Incendios forestales del INIA-CIFOR y la cofinanciación de la Comunidad de Madrid, ha presentado hoy la primera «Guía de Plantas Pirófilas de la Comunidad de Madrid”. El objetivo: dar una referencia a propietarios y profesionales sobre las especies que se deben utilizar en jardinería en función de su capacidad de propagación del fuego.

guia-piroplantaciones-asemfo-cam-osboQue la interfaz es el quebradero de cabeza de numerosos dispositivos de extinción es una evidencia que obliga a pensar en soluciones que permitan tener oportunidades de defensa de las viviendas y de sus habitantes, y que no obliguen a destinar todos los efectivos de extinción en su protección. Con la intención de ofrecer una herramienta que no va a evitar el fuego, pero sí que va a reducir su propagación, conscientes de la importancia de la jardinería en la interfaz urbano-forestal, ASEMFO ha editado una guía que clasifica las especies en función de su inflamabilidad y hace una serie de recomendaciones en su uso.

“Hemos hecho una guía para que sea un apoyo a la defensa de la interfaz. Va dirigida al propietario privado, pero también al ayuntamiento, al técnico municipal de arquitectura o urbanismo, a los profesionales de la jardinería, a paisajistas y a los ingenieros forestales que desarrollan los planes de autoprotección. Nuestro objetivo es conseguir que los criterios de elección de especies tengan en cuenta su relación con los incendios forestales”, ha comentado Miguel Ángel Duralde, presidente de ASEMFO, en la presentación.

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Seto de arizónica. Foto Universidad Extremadura

La guía recoge 27 fichas de 27 especies clasificadas en función de su inflamabilidad y combustibilidad. “Somos conscientes de que no hay unidad de criterio dentro de la literatura científica en esta materia, por eso recurrimos al Laboratorio del Fuego del INIA-CIFOR que es quien ha unificado los criterios con el término de sensibilidad ante el fuego, que consideramos muy intuitivo para la población en general. Su análisis de las especies ha dado un valor a cada una de ellas, los que nos permite recomendar que seis de ellas no se utilicen nunca y conocer las ocho que menor sensibilidad al fuego tienen”, ha comentado María Pilar Martín directora técnica de la guía. Las especie clasificadas con sensibilidad alta al fuego son: Viburnum tinas, Thuja alicata, Rosmarinus officinalis, Prunus laurocerasus, Nerium oleander, Laurus nobilis, Euonymus japonicus, Cupressus sempervirens, Cupressus arizonica.

No hay un valor absoluto que nos permita establecer una clasificación definitiva, sino que es una clasificación en comparación con otras especies. Esto explica las diferencias que existen entre distintas guías y propuestas científicas”, explica Mercedes Guijarro, del Laboratorio del Fuego del INIA-CIFOR.

Allí han medido dos factores en cada una de las especies elegidas y que más se utilizan en la jardinería en la Comunidad de Madrid. El primero de ellos es la facilidad de ignición, es decir el tiempo que tarda en inflamarse. El segundo es la capacidad para mantener el fuego una vez ha prendido y el peligro que esto supone de propagación a la vegetación cercana. “Con estos dos datos experimentales más los datos de diferentes trabajos científicos hemos establecido esta clasificación de mayor o menor sensibilidad al fuego. Y es importante señalar que ninguna especie es un escudo protector de la vivienda. Toda la vegetación arde, así que no puede darse la falsa sensación de seguridad por utilizar una especie u otra”, comentó Mercedes Guijarro.

guia-especies-pirófilas-asemfo-cam-osboTres principios básicos son la base de la Guía

El primero de ellos es la responsabilidad personal. “esto es una cuestión de responsabilidad ciudadana. Cada uno tiene que ser conscientes del riesgo que corre y tomar las medidas adecuadas para su protección. No podemos exigir siempre a la administración pública que sea quien corra con la responsabilidad y los gastos de nuestra protección”, señalaba Miguel Ángel Duralde.

El segundo criterio es el ya señalado de que todas las plantas arden. “No hay plantas ignífugas, no existe la seguridad total. Hay especies que nos ponen en mayor o menor riesgo pero ninguna nos protege”, señalaba Duralde.

Y el tercer principio es la importancia de la disposición de las plantas con respecto al resto de la vegetación y de la propia vivienda. “El mantenimiento es fundamental, saber si la especie en cuestión acumula material muerto y seco en su interior para tratarla adecuadamente, por ejemplo; la responsabilidad individual de cada persona que vive en la interfaz y conocer qué especies hay que desterrar de la jardinería son las claves para reducir riesgos”, afirmó María del Pilar Martín.

Para Juan Añibarro, gerente de Viveros Fuenteamarga, “la clave está en la mezcla, en la diversificación de las especies elegidas, en no hacer setos tan largos y continuos de una sola especie y en su mantenimiento”. Para Juan las exigencias que se marcan a la vegetación de la jardinería en interfaz “van en ocasiones en direcciones contrarias”.

En su opinión exigimos a la vegetación “que proteja al medioambiente, nos proteja del fuego, que secuestre carbono en las ciudades y elimine directamente otras partículas como el azufre, que sean materiales adaptados al cambio climático, autóctonos porque son las mejor adaptadas, que crezcan rápidamente y que sean baratas, además de que no provoquen alergias. Tenerlo todo es imposible, habrá que decidir o armonizar todos los intereses y ser conscientes de que esta nueva exigencia aumentará el consumo de agua en los periodos estivales”.

Una guía descargable

ficha-piroplantaciones-asemfo-osboEl proyecto de comunicación se completa con una pagina web, en la que se facilita más información y se puede descargar la guía en formato pdf, y la publicación de 25.000 folletos que se han repartido en las poblaciones de la sierra madrileña con mayor población: Boadilla del Monte, Collado Villalba, Galapagar, las Rozas y Villaviciosa de Odón.

Además de las 27 fichas de las plantas más utilizadas en jardinería en la Comunidad de Madrid, recoge la información de más de 500 plantas y sus características junto con los conceptos claves sobre protección pasiva frente a los incendios de interfaz. Da recomendaciones sobre las características y disposición de las plantas en los jardines y su mantenimiento para prevenir la propagación de los incendios.

Las fichas de cada planta recogen información sobre nombre común y científico, follaje, frutos, dimensiones, origen, suelos, clima, exposición, aplicaciones, componente alergénico y exposición al fuego. La clasificación de las plantas en función de su comportamiento ante el fuego se establece en tres niveles identificados con tres colores: verde para las plantas de menor sensibilidad al fuego, naranja para las de sensibilidad media y rojo para las de alta sensibilidad y que son las que se recomienda no utilizar.

La guía se completa con los antecedentes de la interfaz en la Comunidad de Madrid, de la legislación aplicable o relacionada con la interfaz y el riesgo de incendios forestales.
Y en los anexos se ofrece las clasificaciones que distintos organismos y trabajos científicos han hecho de las especies y su inflamabilidad.