“Simón, el verderer”: un detective en la Edad Media extremeña

“Simón, el verderer” es una nueva novela de Antonio Gutiérrez Sánchez, conocido también como Oakgreen. La acción transcurre en 1256, en una Extremadura que hacía dos décadas había sido tomada por los cristianos a los musulmanes. Su protagonista es un hombre que vive en contacto directo con la naturaleza, dueño de una intuición y sentido común innatos que le servirán para resolver un misterio que podría haberle costado la cabeza solo por el hecho de encontrarse cerca.

simón-verderer-oakgreen-osboAntonio Gutiérrez reúne en este libro algunas de las pasiones que le mueven: su profesión de agente forestal o medioambiental; su tierra extremeña, real o imaginada, pero siempre profundamente admirada, con sus paisajes adehesados y sus frondosos bosques; y su necesidad de contar historias que giran alrededor de las dos primeras pasiones.

En “Simón, el verderer” se citan también retazos de su experiencia profesional, de historias ya contadas y sentidas, de lo leído e imaginado, de lo real y lo deseado para ambientar una historia de detectives en un momento histórico de la formación de Extremadura, tras su conquista por el reino de Castilla y León.

Simón reúne las características del héroe forestal que imagina Antonio: conocedor del medio natural en el que vive y ama profundamente, es un hombre sensato, de prudente y perspicaz inteligencia, fruto de la observación callada y humilde de quien vive al ritmo de la naturaleza en la que se integra, capaz de conocer sus leyes y de comprender, a la vez, la naturaleza humana, siempre más compleja.

Simón es también un hombre capaz de mirar de frente al poderoso con el que trata. Consciente de cuál es su papel en esa sociedad medieval, Simón mantiene con firme dignidad sus criterios y será capaz de argumentarlos ante cualquiera, a pesar de que eso pudiera costarle muy caro en una sociedad en la que las clases sociales marcan diferencias vitales. Él es un vasallo que trata con señores feudales y la insolencia se paga cara. El juez es el mismo que marca las normas y quien decide cuándo se han sobrepasado con una escala arbitraria y caprichosa en función de un personal sentimiento de agravio.

Simón es un guardamontes o guardabosque, en inglés “verderer”. El sobrenombre, que en realidad es como se denominaba al guardabosques o guarda de caza real en aquella época en Inglaterra, se lo pone el señor al que sirve, un noble inglés que habita en las tierras extremeñas gracias al regalo de dos reyes: Alfonso X “el Sabio” y Eduardo I de Inglaterra, conocido como “Longshanks”, algo así como zanquilargo, patilargo o zancudo. Los motes son así de crueles, a unos los convierten en sabios y de otros nos dejan una imagen cuando menos cómica.

El aprecio y la confianza que le tiene el caballero inglés, Ailbert de Berwick, protegen a Simón y, a su vez, lo colocan en el compromiso de resolver la desaparición del Medallón del Señor de Alburquerque. Su dueño, Juan Alfonso Téllez de Meneses, segundo señor de Alburquerque, tiene malas pulgas y ninguna paciencia para conceder la más mínima licencia de trato a un vasallo que vive solo en medio del bosque, en una metáfora de libertad.

“Simón, el verderer” es una novela de aventuras y misterio con una enorme ambientación histórica que acaba teniendo tanta importancia o más que la propia aventura del personaje. “En el comienzo tenía el objetivo de ser una novela de detectives ambientada en la Edad Media. Pero, a medida que recababa documentación y datos de la época, para ambientar de forma rigurosa las peripecias del protagonista, fue tomando más importancia la historia de Extremadura con mayúsculas”, nos aclara Antonio Gutiérrez.

“Simón, el verderer” es una novela de aventuras y misterio con una enorme ambientación histórica que acaba teniendo tanta importancia o más que la propia aventura del personaje. Relato histórico y ficción se mezclan para enganchar al lector en busca de la solución del enigma que tendrá que resolver Simón.

Por eso, en cada capítulo, Antonio aprovecha para dar información sobre los señores feudales, las formas de vida, los castillos y sus dependencias, las jerarquías militares, los mozárabes y los muladíes, el proceso por el que perdieron sus propiedades los árabes que habitaban esas tierras cuando las conquistan los cristianos y cómo se hizo la “repartición” entre los nuevos propietarios. Relato histórico y ficción se mezclan para enganchar al lector en busca de la solución del enigma que tendrá que resolver Simón.

Castillo-alburquerque

Foto Turismo Extremadura

Por la novela transitan personajes históricos, castillos y lugares reales y alguno ficticio que ayuda a hilvanar la trama y se ambienta en el paisaje real que la documentación consultada le ha permitido dibujar a Antonio como si lo hubiera pisado. Al final de la novela, su autor aclara quiénes son unos y otros en un afán más didáctico que novelista. Se nota que la Historia de Extremadura le ha atrapado y parece que ha adquirido consigo mismo la obligación de divulgarla correctamente.

A Simón le acompañará en sus pesquisas un monje guerrero, Frey Nuño Sánchez. Es fácil relacionar a esta pareja con otras de novelas clásicas de detectives en las que personalidades muy diferentes se complementan para resolver un misterio imposible y establecen una especial relación de respeto.

Vicente Contreras, arqueólogo de Protección del Patrimonio Cultural de Extremadura, lo explica así en el epílogo del libro: “Simón es cercano y amigable como Jessica Fletcher, pero no deja de tener esos puntos serios y de genio de Holmes, y la soberbia y el distanciamiento social de Poirot”.

Sea por la trama, sea por las referencias históricas del nacimiento de Extremadura que han sido un descubrimiento feliz para el autor, o por la personalidad de hombre justo, cabal, honesto y digno, una especie de superhéroe mortal y humano que ha descrito Antonio Gutiérrez, Simón el verderer tiene futuro como protagonista de nuevas novelas que seguro atraparán al lector entre la ficción y la realidad, lo mismo que atrapa la primera de sus andanzas.

El libro ha sido editado por Editorial de Extremadura, tiene un precio de 12 euros y puede adquirirse en la Librería Colón y La Torre Literaria.