En el Día Mundial del Medioambiente, restauración y gestión

La gestión forestal con actividades como el aprovechamiento de resina y de biomasa son fundamentales para fijar población al territorio y prevenir los grandes incendios. Foto Greenpeace
Hoy, 5 de junio, es el Día Mundial del Medioambiente. Declarado así por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972. Es una oportunidad anual, desde su primera celebración en 1974, para recordar la necesidad de cuidar y proteger el medioambiente, que es tanto como decir todo lo que nos rodea, el medio en el que vivimos: el aire, el agua, el entorno natural o urbano en el que habitamos los seres vivos, parte sustancial del medioambiente.
Cada año se elige un objetivo concreto sobre el que actuar y un lema para centrar la acción. En 2021 el objetivo es la restauración de ecosistemas degradados y el lema: «reimagina, recrea, restaura».
Precisamente hoy comienza el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030). Su objetivo es la recuperación de miles de millones de hectáreas terrestres y marinas, de bosques y tierras de cultivo, con el objetivo final de conseguir ecosistemas saludables que permitan “mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad”.
De recuperación de terrenos degradados sabe el sector forestal que desde los años 50 del siglo XX hasta nuestros días ha recuperado en España más de cuatro millones de hectáreas de bosques mediante repoblaciones, sin contar las restauraciones de terrenos quemados que las comunidades autónomas realizan cada año.
Y si algo ha constatado el mundo forestal, tras esta enorme labor de recuperación es que si no va acompañada de gestión posterior puede convertirse en un arma de doble filo. Numerosos estudios demuestran que bosques muy densos, con árboles finos y sin discontinuidad, en un determinado momento son menos eficientes en su capacidad de gestión hidrológica y de fijación de carbono que los bosques gestionados, con árboles de mayor tamaño en paisajes más diversos y discontinuos.
Cambio climático, incendios, despoblación y falta de gestión crean un círculo vicioso que se rompe con gestión sostenible que aumente la resiliencia frente al cambio climático, permita crear empleo verde, generar bioeconomía circular, mantener el uso del territorio, tener más posibilidades de éxito en la extinción de incendios, conservar biodiversidad y mantener ecosistemas dinámicos como garantía de su conservación.
Es la gestión de un territorio antropizado (desde hace miles de años) la que permite el desarrollo de ecosistemas saludables; la obtención de productos naturales, renovables y ecológicos que mejoren la calidad de vida de las personas; la creación de bosques resilientes a las condiciones cambiantes en las que deben sobrevivir; su adaptación al cambio climático; más resistentes a una de las fuerzas más destructoras a las que se enfrentan como son los incendios forestales; con capacidad de mantener todos los servicios ambientales que prestan; además de proporcionar de forma sostenible los recursos naturales que permiten mantener a la población en el territorio generación tras generación.
Cambio climático, incendios, despoblación y falta de gestión crean un círculo vicioso que se rompe con gestión sostenible que aumente la resiliencia frente al cambio climático, permita crear empleo verde, generar bioeconomía circular, mantener el uso del territorio, tener más posibilidades de éxito en la extinción de incendios, conservar biodiversidad y mantener ecosistemas dinámicos como garantía de su conservación.
Un medioambiente sano requiere de personas activas en el territorio, comprometidas con su gestión sostenible como garantía de un medio en buenas condiciones para sus futuras generaciones.
Así que, en el Día Mundial del Medioambiente, restauración sí, por supuesto, pero acompañada de gestión inteligente.