Simulador de Emergencia y Evacuación Seecrash para brigadas helitransportadas
Me abrocho fuerte el cinturón y compruebo que los ajustes y el dispositivo de suelta rápida funcionan perfectamente. Estamos en un Sokol y en unos segundos vamos a sufrir un accidente. Caeremos a tierra, la cabina acabará completamente ladeada y yo estaré mirando al suelo, colgado de un cinturón que debe sujetar todo mi peso y con otra persona enfrente, que me verá casi sobre ella hasta que empiece a desabrocharse el cinturón y llegue su turno de salir. Somos una helitransportada y esta vez no llegaremos al incendio, pero debemos alcanzar el exterior del helicóptero de forma inmediata, está en juego nuestra vida.

Seecrash Simulador de Emergencia y Evacuación. Foto I. Muñoz
No es una narración de una experiencia real, camino de un incendio, pero sí lo es de una experiencia formativa que puede salvar las vidas de cualquier helitransportada en caso de accidente. Se trata del proyecto formativo Simulador de Emergencia y Evacuación Seecrash que ha diseñado y creado la empresa Demontes. El objetivo: preparar a las brigadas helitransportadas para abandonar de forma rápida y segura una aeronave que acaba de caer al suelo.
La idea es novedosa, pero su puesta en práctica más. Una vieja cabina de helicóptero, un Sokol, es el aula donde se imparte la formación y donde la brigada experimentará la sensación de sufrir un accidente, verse de lado en el suelo, colgados de sus cinturones y deberán ejecutar un plan de emergencia y salida.

Interior de la cabina donde se desarrolla la formación y la experiencia. Foto I. Muñoz
Antes de esa experiencia, un instructor, apoyado en un monitor en la pared de la cabina, dan la información que servirá a los miembros de la helitransportada para saber cómo comportarse en una situación tan estresante como un accidente aéreo.
“La hélice del helicóptero, al caer desequilibrado, suele tocar el suelo, lo que hace que la cabina se vuelque sobre uno de sus costados. Son momentos de gran tensión, en los que puede haber, incluso, algún componente de la brigada herido. Es imprescindible mantener la calma y disponer de un protocolo de actuación para actuar de forma rápida y eficaz. Todos los componentes deben saber qué deben hacer, cómo debe realizarse la salida, por dónde y en qué orden”, explica Miguel Ángel Porrero, presidente de Demontes.
La formación consta de aproximadamente seis horas, principalmente prácticas, aunque reciben indicaciones básicas de rescate, primeros auxilios e incluso auxilio sicológico. “El objetivo es crear en el alumno la conciencia situacional de haber estado en un accidente y aprender a salir. Nosotros les damos un plan de salida de emergencia y después ellos deben diseñar su propio plan, ajustado a las características del modelo de helicóptero en el que vuelan y deben ser capaces de ejecutarlo antes de que termine el curso”, comenta Miguel Ángel.
El objetivo es crear en el alumno la conciencia situacional de haber estado en un accidente y aprender a salir. Es imprescindible mantener la calma y disponer de un protocolo de actuación para actuar de forma rápida y eficaz. Todos los componentes deben saber qué deben hacer, cómo debe realizarse la salida, por dónde y en qué orden
El simulador ya ha sido probado con éxito en Galicia, en concreto en las bases de Maroxo en Monforte de Lemos, Vilamaior en Verín y O Campiño en Pontevedra, donde varias brigadas han podido comprobar su utilidad. Su opinión ha sido muy favorable por novedoso y “necesario”, incluso consideran que debería ser una formación obligatoria para todas las brigadas helitransportadas.
Este curso simulacro debería ser obligado a todos los helitranstornados, perdón helitransportados, si tiene algo malo es que debería durar más
— vellobomber (@vellobomber) July 5, 2021
La intención de Demontes es ofrecer el servicio de formación y prácticas a todas las comunidades autónomas. “Nos parece una cuestión de seguridad. Nadie quiere verse en un accidente de este tipo, pero el vuelo en helicóptero camino de la extinción de un incendio es un trabajo de riesgo. Si alguna vez sucede, lo mejor es estar preparados, saber cómo tienes que comportarte y estar entrenado para poder salir del suceso lo antes posible y con el menor daño”, asegura Miguel Ángel Porrero.
¿Cabina segura?, Cerramos puerta. Perímetro seguro. Iniciamos maniobra

Rodrigo de la Calle delante de Seecrash. Foto I. Muñoz
Rodrigo de la Calle ha sido el desarrollador de la idea. Dos años de trabajo ha empleado en configurar y transformar una vieja cabina de un Sokol, helicópteros aún añorados en algunas bases helitransportadas, en un simulador de emergencia y evacuación.
“Hemos tenido momentos de duda de si la idea se podría convertir en realidad, pero una vez que conseguimos dar el giro a la cabina supe que saldría adelante”, reconoce Rodrigo.
No existe en el mercado un simulador de emergencia y rescate de helicóptero como este en todo el mundo. “Hay simuladores de vuelo de helicópteros y de emergencia en aviones de pasajeros, sin movimiento, ni vuelco, en el que la tripulación ensaya los protocolos de evacuación y despliega una rampa de salida. Pero con vuelco, humo y situaciones de dificultad no hay nada”.
La experiencia se desarrolla siempre de la misma manera. Rodrigo inspecciona los elementos mecánicos del simulador “como un mecánico de un helicóptero antes de volar”.
Después los bomberos forestales entran en la cabina y proceden a su sujeción con los cinturones. Rodrigo comprueba que todos están bien instalados y sujetos y hace la pregunta a la que todos deben responder de la misma forma: “¿Cabina segura? Cabina segura”, responden los integrantes de la helitransportada.
“Cerramos puerta”. Inspecciona el exterior del simulador para que nada ni nadie esté en el entorno del vuelco y anuncia: “perímetro seguro. Iniciamos maniobra”.
En ese momento, la cabina del Sokol comienza a girar 90 grados hasta quedar totalmente tumbada de lado. Una vez terminado el movimiento, comienza el protocolo de evacuación.
En una primera experiencia solo entra en la cabina la mitad de la brigada. “Queremos que se familiaricen con el entorno y la experiencia y, a medida que van adquiriendo destreza, incrementamos la dificultad dentro de la cabina y el nivel de estrés”, afirma Rodrigo.
Y las formas de aumentar la dificultad y el estrés son varias: desde el bloqueo de la puerta de salida; a simular fuego en la cabina mediante humo en el interior, “podemos incluso llegar a reducir al mínimo la visibilidad dentro de la cabina”; o la necesidad de evacuar a un herido. En el ambiente, luces estroboscópicas y un sonido fuerte aumentan el estrés de los ocupantes.
Después participa toda la brigada, siempre acompañados del instructor. La intención es poner a la brigada en situaciones reales de emergencia y entrenar su capacidad de respuesta. “Se trata de repetir mucho las cosas, de adquirir dinámicas que se ejecuten de manera automática en caso de necesidad”, asegura Rodrigo.
El video del simulacro de desalojo en @basevilamaior en un Sokol en alta calidad https://t.co/avm9ZPbPSq
— vellobomber (@vellobomber) July 8, 2021
Formación teórica y práctica
La formación se realiza en una jornada en una base aérea. Es principalmente práctica pero contiene también una hora y media de teoría. Isabel Poza ha diseñado parte de esa formación, “se trata de que tomen conciencia de la situación y experimenten la sensación para que sean capaces de enfrentarse después a situaciones similares, con independencia del modelo de helicóptero en el que vuelen”.
En ese tiempo se proyecta en un monitor de televisión, dentro de la cabina, una serie de videos de diferentes tipos de emergencias y por qué suceden, además de distintos escenarios a los que se pueden enfrentar: “que no puede despegar, que choca contra un elemento, que pierda potencia o una avería, por ejemplo. Se les muestra cómo se comporta el helicóptero en esas circunstancias y cómo suele quedar colocado al caer a tierra por los efectos del rotor principal”.
En este si, puerta principal bloqueada pic.twitter.com/fYtewVq560
— vellobomber (@vellobomber) July 5, 2021
La simulación coloca a los participantes en diferentes escenarios externos e internos, como que haya un incendio en el exterior, caer junto a un depósito de combustible o junto a un precipicio; atrapamientos por el cinturón, bloqueo de puertas o fuego interno, por ejemplo. “Se trata de que sean conscientes de que deben mantener siempre la calma, de darles las herramientas para que sean capaces de salir de cualquier situación dentro de un helicóptero”, asegura Isabel. De ahí que se comenten cuestiones básicas de auxilio sicológico porque no todos los integrantes de un grupo se enfrentan a situaciones de máximo estrés de la misma manera.
La formación se completa con el repaso a normas que todas las helitransportadas conocen: subida y bajada de helicóptero, colocación de herramientas, primeros auxilios y el protocolo básico de actuación en caso de accidente: proteger, alertar, socorrer. “Nuestro instinto nos lleva a socorrer a las personas atrapadas pero, antes de eso, la primera persona que salga debe comprobar los peligros externos, avisar a los que siguen dentro e intentar solucionarlos. Después debe alertar al 112 y por último socorrer”, comenta Rodrigo.
No puede faltar el análisis de los participantes. Su opinión sobre los protocolos, la experiencia y la práctica en una especie de lección aprendida que permite mejorar los procedimientos. Para finalizar la formación, los participantes deben diseñar su propio plan de evacuación, ajustado a las características de sus equipos, pero con la base y la experiencia ya adquirida con Seecrash.