España aguanta la respiración hasta que pase la ola de calor y el peligro de incendios

En medio de una ola de calor, con los ejemplos cercanos de Turquía, Grecia e Italia, buena parte de España mantiene la tensión, aguanta la respiración y vigila con los cinco sentidos que no se produzca el más mínimo incidente que provoque un gran incendio forestal. Prohibiciones de actividades habituales en el medio natural, máxima vigilancia terrestre y aérea y mensajes de concienciación social son las herramientas con las que se intenta evitar una catástrofe.

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Foto dispositivo Castilla y León

Las previsiones meteorológicas y la experiencia de los directores de extinción ya avisaron al comienzo de la temporada de alto riesgo: “habrá episodios de olas de calor a lo largo del verano, serán los puntos de máxima tensión que provocarán una temporada corta pero intensa”.

Un verano aparentemente “normal” en cuanto al número de incendios y superficie quemada, incluso por debajo de la media de los últimos diez años, si exceptuamos el número de grandes incendios forestales. En 2021, desde el 1 de enero al 8 de agosto, se han producido 14 grandes incendios forestales frente a los 10 de media del último decenio. Tan solo se ve superada esa cifra por los 16 grandes incendios en 2017, hasta el 8 de agosto, y los 25 GIF en 2012.

Esta es una de las tendencias que señalan numerosos análisis, el aumento del número de los grandes incendios forestales por “acumulación de combustible, falta de gestión forestal, abandono de las prácticas tradicionales por abandono rural y los efectos del cambio climático con olas de calor más numerosas, intensas y menor precipitación”.

Está por ver cómo termina el año, aún es pronto para sacar ninguna conclusión, tan solo son datos a 8 de agosto. Hasta esta fecha, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico MITECO, se han quemado en España 44.574 hectáreas en 5.693 incendios. La media del último decenio es de 7.234 incendios y 54.140 hectáreas quemadas. Puede decirse entonces que 2021, de momento, está por debajo de la media.

En cuanto a la superficie arbolada quemada, los datos a 8 de agosto no son mejores que la media del decenio. Frente a las 15.883 hectáreas de bosque quemadas en el decenio, en 2021 se han quemado 16.316. La superficie quemada de matorral y monte abierto es inferior en 2021 que en el decenio anterior, 24.069 ha frente a 31.284.

Estadísticas por regiones. Fuente MITECO

Mensajes de alerta y riesgo extremo

En estos días no hay administración pública que no lance mensajes de alarma y máximo riesgo sobre el peligro de incendio forestal, recuerdan las prohibiciones vigentes desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre o incluyen nuevas prohibiciones durante estos días con el fin de evitar situaciones de riesgo de incendio.

Andalucía ha decidido reforzar las tareas de vigilancia desde el aire, realizará vuelos preventivos sobre zonas forestales de Andalucía durante los próximos días. “Las aeronaves utilizadas serán nueve aviones de carga en tierra con una reserva se agua por si durante el tiempo de observación localizasen algún incendio”.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, recuerda la prohibición del uso del fuego y de circular con vehículo a motor en las zonas forestales y próximas en una franja de 400 metros, y recomienda no hacer uso de herramientas mecánicas que puedan provocar chispas como soldaduras, radiales o motosierras durante los días y horas de máximo calor.

La Comunidad de Madrid no ha prohibido el tránsito por las zonas forestales pero sí hace un llamamiento a los ciudadanos para que no las ocupen ni transiten por ellas durante estos días, además de solicitar la colaboración a los ayuntamientos para que, en la medida de sus posibilidades, realicen una labor persuasiva con sus habitantes para evitar situaciones de riesgo. Está prohibido el uso del fuego y también los fuegos artificiales en las fiestas patronales que se vayan a desarrollar durante estos días.

Castilla-La Mancha actualiza constantemente su Índice de Propagación Potencial de Incendios Forestales y lo publica en redes sociales, con un mensaje constante sobre las prohibiciones del uso de maquinaria en zonas forestales y de máxima precaución en general a la ciudadanía.

 

Castilla y León, al igual que las demás, prohíbe el uso del fuego y de fuegos artificiales, además de las y el uso de los ahumadores en la actividad apícola. Prohíbe también el uso de maquinaria “que en su funcionamiento habitual despide chispas como sopletes, soldadores, radiales en el monte y franja de 400 metros de terreno rustico que lo circunda”.

Las cosechadoras o empacadoras deberán suspender su actividad cuando la temperatura sea superior a 30 grados y la velocidad del viento supere los 30 kilómetros por hora. Recomienda posponer las labores no urgentes y mantener la máxima precaución. Y recuerda que “es necesario tener a mano los medios de extinción y el personal suficientes para controlar los posibles incendios que se puedan originar como consecuencia de la labor”.

La Comunidad Valenciana también ha programado vuelos de vigilancia preventiva, tal y como marca su Plan Especial frente al Riesgo de Incendios Forestales PEIF. A las circunstancias humanas se suman, especialmente en las zonas de interior de Castellón, las tormentas secas con aparato eléctrico que son una de las causas principales de incendios en algunas comarcas.

La preocupación es máxima por los fuegos latentes que pueden dejar algunos de estos rayos en el interior de los árboles y que pueden no manifestarse hasta después de unos días, incluso cuando pase la ola de calor.

En Aragón el plan de educación y sensibilización sobre los incendios forestales que realiza INFOAR, y que difunde a través de su cuenta @IIFFAragon, no ha dejado de realizar actividades con los más pequeños en sus respectivos municipios.

La Dirección General del Medio Natural y Gestión Forestal ha pedido también “extremar las medidas de precaución” y ha extendido la máxima alerta a prácticamente toda la región. Les preocupa especialmente la zona del prepirineo oscense y las Cinco Villas, “donde se ha registrado un déficit de precipitaciones para la época del año actual que, sumado a la gran masa forestal que tienen, les hace estar una situación de mayor alerta”.

A parte de la natural prohibición de hacer fuego en el campo, el uso de material pirotécnico o de ignición y de utilizar vehículos a motor por campo a través, en Aragón se incide más en las recomendaciones de no realizar labores agrícolas entre las 13 y las 20:00 hrs., revisar la maquinaria y llevar herramientas de extinción más un ayudante para detectar cualquier ignición, reducir la velocidad en terrenos pedregosos y “especial cuidado se exige a la población que habita en zonas de interfaz urbano forestal”.

El servicio 112 de Aragón difunde en redes sociales consejos para los ciudadanos para saber cómo comportarse en caso de estar cerca de un incendio forestal.

Todo cuidado es poco en una situación extrema que, según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático IPCC de Naciones Unidas, serán situaciones habituales a partir de ahora.