El Gobierno de España declara 13 Zonas Afectadas por Emergencias de Protección Civil tras incendios de este verano
El último Consejo de Ministros acordó declarar zonas afectadas gravemente por emergencias de protección civil (ZAEPC) las comunidades autónomas de Castilla y León, Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Illes Balears, La Rioja, Madrid, Navarra y el Principado de Asturias, por “haber sufrido importantes incendios forestales”.
WWF le pide al Gobierno que condicione la financiación “a buenas prácticas y a una restauración integral, coherente y participativa”.

Ganado muerto en el incendio de Navalacruz (Ávila)
Entiende el Gobierno que se trata de “emergencias de protección civil de grandes proporciones que han provocado daños personales, en infraestructuras y en bienes públicos y privados, así como daños en cultivos y explotaciones agropecuarias, polígonos industriales y otras instalaciones productivas”.
Las valoraciones de los daños aún no han sido concluidas, como en el caso del incendio de Navalacruz en Ávila, de 22.000 hectáreas, sin embargo considera el Gobierno que “la magnitud de sus efectos, las medidas que ha sido necesario adoptar para paliar la grave perturbación de las condiciones de vida de la población y conseguir el pleno restablecimiento de los servicios públicos esenciales justifican la intervención de la Administración General del Estado por solidaridad interterritorial y para complementar las actuaciones que tienen encomendadas las administraciones públicas territoriales”.
Todas las ayudas disponibles en estas zonas declaradas como ZAEPC están previstas y reguladas en el Real Decreto 307/2005, de 18 de marzo. La declaración como ZAEPC permitirá que los afectados puedan beneficiarse ayudas para paliar daños personales como materiales en vivienda y negocios.
La declaración también incluye ayudas a personas físicas o jurídicas que hayan realizado prestaciones personales y de bienes, así como a las corporaciones locales en sus labores de recuperación de las áreas devastadas por el fuego.
El Gobierno asegura que, además de estas medidas y una vez se disponga de las valoraciones finales de daños, “se estudiará la posible adopción de medidas fiscales relativas al IBI, IAE, IVA e IRPF para compensar las pérdidas ocasionadas”.
Una oportunidad para crear un paisaje más resiliente
WWF considera que esta declaración de ZAEPC tras un incendio forestal contribuirá a evaluar y compensar daños. Pero considera que por “la amplia disponibilidad de fondos europeos de ‘Next Generation’ (o del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia), estamos ante una magnífica ocasión para impulsar un proceso que, además de facilitar la recuperación económica de la zona, cristalice en una restauración del entorno, que contribuya a crear un paisaje mucho más resiliente a este tipo de catástrofes”.
Según Luis Suárez, coordinador de conservación de WWF España: “Desde WWF solicitamos que estas declaraciones de ‘Zonas catastróficas’ vayan ligadas a un plan de restauración integral, que cumpla unos mínimos criterios para garantizar que se hace correctamente. Es indispensable un buen diagnóstico que analice el ecosistema afectado e identifique los riesgos ecológicos generados y priorice las áreas vulnerables sobre las que es necesario intervenir. Y que se desarrolle un buen diseño de la restauración a través de un proceso participativo que integre tanto a la población local como a la comunidad científica”.
WWF señala siete criterios para restaurar una zona incendiada.
En primer lugar, “la restauración supone una excelente oportunidad para prevenir incendios futuros. Debe realizarse con carácter urgente: la evaluación de riesgos y daños, la protección del suelo para evitar procesos erosivos y la compensación de daños a quienes han visto reducido a cenizas su medio de vida”.
En segundo lugar, “fomentar la regeneración natural y poner la gestión y reactivación económica del territorio en primer plano: gestión forestal, ganadería extensiva, tierras de cultivo de Alto Valor Natural. Los territorios vivos, diversos y rentables son menos inflamables y más resilientes”.
Esta restauración debe hacerse con la intención de lograr “un territorio mejor adaptado al fuego, que genere regímenes de incendios sostenibles tanto ecológica como socialmente, conciliando el aprovechamiento sostenible de los recursos, el secuestro de carbono, la conservación de la biodiversidad y fomentar el desarrollo rural de la comarca”.
Considera WWF que la población local y la sociedad “deben tener un papel protagonista en el diseño de los nuevos paisajes cortafuegos”.
En quinto lugar, consideran “imprescindible respetar los tiempos de la naturaleza, para adecuar las actuaciones y evitar impactos mayores tras el fuego”.
Algo evidente también ha querido WWF recordarlo, la necesidad de un presupuesto adecuado para lograr los objetivos previstos, incluidas las labores de mantenimiento, seguimiento y evaluación necesarias a medio plazo.
Y, por último, pone como ejemplo el proyecto Mosaico en Extremadura de una estrategia participativa de prevención de incendios, “basada en la recuperación de actividades agrícolas, ganaderas y forestales que gradualmente fijen población y recuperen un paisaje diverso y con menor riesgo”.