El Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) y la sociedad que gestiona el Pinar de los Belgas firman un acuerdo de compra-venta

El Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y la Sociedad Anónima Belga de los Pinares de El Paular han cerrado un acuerdo para la adquisición del monte Cabeza de Hierro, conocido popularmente como Pinar de los Belgas, situado en el término municipal de Rascafría (Madrid). La transacción se ha materializado con la firma del contrato de compraventa realizado hoy, 3 de diciembre de 2021.

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Pinar de los Belgas. Foto R. Serrada y J. Alfredo Bravo

El Pinar de los Belgas tiene una superficie de 2.016,50 hectáreas y el precio que pagará el OAPN es de 9.372 euros por hectárea. En este precio está incluida la tasación técnica de los terrenos, las existencias de madera, las construcciones e infraestructuras y los valores ambientales y recreativos de la zona. El precio final es de 18.898.638 euros.

Está considerado como uno de los mejores pinares de pino silvestre de la península Ibérica. Señala OAPN que tiene «una extraordinaria biodiversidad que incluye más de setecientas especies de plantas y un centenar de especies de aves nidificantes, valores que propiciaron su inclusión en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Alto Lozoya y en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de la Cuenca del Río Lozoya y Sierra Norte».  No está dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama pero sí forma parte de la zona periférica de protección .

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se ha felicitado por la adquisición de estos terrenos “uno de los más representativos del ecosistema de la Sierra de Guadarrama, que desde ahora pasan a enriquecer el patrimonio público de todos los españoles”.

Actuaciones de restauración y mejora

El Organismo tiene por objetivo “la consolidación de un espacio natural de alto valor ecológico, poniéndolo a disposición de la Administración para el desarrollo de actuaciones de restauración y mejora de su estado de conservación y de su fauna y flora”. La gestión del monte Cabeza de Hierro se realizará desde el Centro de montes de Valsaín.

Señala el OAPN en una nota de prensa que “inicia un periodo de análisis y valoración de la situación del espacio para decidir cuál debe ser su vocación futura, así como las acciones que es preciso ejecutar para seguir conservando sus valores de forma compatible con otros usos del monte, en particular, su vinculación al Parque Nacional Sierra de Guadarrama de forma análoga a los Montes Matas y Pinar de Valsaín”.

Destaca el OAPN que los propietarios hasta ahora, la Sociedad Anónima Belga de los Pinares de El Paular, “ha realizado una gestión continuada durante más de 180 años y un esfuerzo de conservación que ha permitido disponer en la actualidad de un espacio natural de valores sobresalientes para beneficio del conjunto de la sociedad”.

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180 años de actividad económica continuada

En una nota de la Sociedad Anónima Belga de los Pinares de El Paular en la que informan de esta venta, recuerdan que han sido 180 años de actividad económica continuada.

Para las familias accionistas de la sociedad, que son las mismas que decidieron contribuir al desarrollo de España a mediados del siglo XIX, es una satisfacción que el cuidado, la gestión forestal sostenible y la generación de riqueza económica y ecológica que supone la propiedad transmitida, queden en buenas manos de Parques Nacionales y de los magníficos profesionales que integran este organismo, con los que os responsables de la sociedad han mantenido estrecha colaboración durante las últimas décadas”.

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Foto Sociedad Belga de los Pinares del Paular

Continúa la carta con en reconocimiento de la labor desempeñada por “seis generaciones de directivos y trabajadores belgas y españoles, quienes se han esforzado con tesón para aprovechar racionalmente la riqueza forestal de monte de Cabeza de Hierro, conservando sus valores ecológicos a la vez que siendo motor del desarrollo económico de los pueblos vecinos, particularmente, de Rascafría, localidad de la que han sido la práctica totalidad de los trabajadores”.

“Junto a la nostalgia que provoca que un bien como el monte Cabeza de Hierro salga de nuestras familias, tenemos un sentimiento de satisfacción porque sabemos que Parques nacionales dará continuidad a las mejores de nuestras tradiciones en la gestión y conservación del Pinar del Paular”.

La fuerte vinculación con Rascafría les hace anunciar que su intención de “emprender nuevos proyectos en la zona”. Confirman que la empresa tiene conversaciones con la Comunidad de Marid y ayuntamiento de Rascafría para que “las instalaciones de su aserradero y almacenes puedan modernizarse, adaptarse a los usos más sostenibles y seguir generando empleo y riqueza para este precioso entorno”.

A la espera de que esto ocurra, señala en su comunicado, mantendrán, de momento, la actividad comercial de madera en su almacén “para los clientes particulares y profesionales que deseen adquirir la madera más ecológica de toda la región”.

Un monte ordenado desde 1957

El Pinar de los Belgas es probable que sea uno de los grandes ejemplos de gestión forestal sostenible en España, una demostración de cómo la intervención humana ha aumentado la superficie y la calidad del monte arbolado, a la vez que proporcionaba bienes y servicios ambientales generadores de riqueza y empleo.

En un artículo publicado en la revista Foresta, por José Alfredo Bravo Fernández y Rafael Serrada Hierro, se da cuenta de su historia y características principales.

“El monte perteneció desde la Reconquista hasta 1675 a la Comunidad y Tierra de Segovia. En 1675 la Corona lo entrega al monasterio de El Paular, quien lo posee hasta 1837, año en el que la desarmortización de Mendizábal pone en venta el monte, siendo adjudicado a D. Andrés Andreu, quien en 1840 lo vende a la Sociedad Civil Belga del Monte del Paular”.

Forma parte de la Red Natura 2000 y, parte de él, está dentro del parque natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara. Señalan los autores que estas figuras de protección son muy posteriores al “inicio de las actividades selvícolas en el monte. Estas actividades son la clave del mantenimiento de la sostenibilidad ecológica, económica y social que caracteriza a este monte”

Tiene una altitud entre los 1.260 y los 2.000 metros. Se encuentra en el Valle del Paular, cabecera del valle de Lozoya, en el sistema Central. La especie principal es el Pinus sylvestris, “una masa pura de origen natural en la mayor parte del monte y la única objeto de aprovechamiento”. Junto al pino silvestre se encuentra el melojo (Quercus pirenaica), más abundante en las zonas bajas.

El resto de vegetación, señalan José Alfredo Bravo y Rafael Serrada “es la típica del cortejo del pino silvestre: abedul (Betula celtiberica), serbal (Sorbus aucuparia), tejo (Taxus baccata), álamo temblón (Populus tremula) y ma- torral de retamas (Genista florida, G. cinerea, Sarothamnus scoparius), piorno (Cytisus oromediterraneus), cambroño (Adenocarpus hispanicus), brezo (Erica arborea), acebo (Ilex aquifolium), helecho (Pteridium aquilinum), enebro (Juniperus communis)”.

En cuanto a fauna, destaca por encima de todas una de las colonias más importantes de buitre negro, “lo que condiciona los señalamientos realizados y las épocas de trabajo en tales zonas: veda de febrero a septiembre, ambos inclusive”. Sin embargo, la presencia de buitre negro no solo no se ha visto perjudicada por la actividad selvícola sino que ha aumentado. En 1984 se contabilizaban 18 nidos de buitre negro, en 1999 el parque natural de Peñalara tenía contabilizados 57. El jabalí y el corzo son las especies cinegéticas más reconocibles.

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El monte está ordenado desde 1957 por Joaquín Ximénez de Embún. Posteriormente se hizo una nueva ordenación por Alberto Madrigal en 1977, con posteriores revisiones en 1987 por Gregorio Montero y en 1999 por Alberto Rojo y Gregorio Montero. La tercera revisión se hizo en 2007 por José Alfredo Bravo Fernández y Rafael Serrada Hierro.

La segunda revisión contabilizó un volumen de madera de 312.720 m³ para todo el monte, con un crecimiento de 7.090 m³/año. Señalan Serrada y Bravo que este crecimiento y existencias daban unas posibilidades de “6.150 y 7.075 m³/año, respectivamente. Finalmente, se mantiene la posibilidad de la primera revisión: 5.750 m³/año, lo que equivale a 3,03 m³/ha poblada/año”.

La tercera revisión mantendrá esos aprovechamientos de madera y apuesta por el uso multifuncional del monte, algo que se hacía desde años atrás, con un mayor uso recreativo cada año. Los objetivos se fijan en mantener la producción de madera y los servicios ecosistémicos que presta, desde biodiversidad a regulación hídrica, evitar erosión y “asumir los usos que de hecho se vienen realizando sin beneficio directo para la entidad propietaria”, como micológicos o turismo.

Un monte privado, ejemplo de gestión forestal sostenible desde hace 140 años pasa a ser público. Aún está por decidir qué tipo de gestión se realizará en él, pero para José Alfredo Bravo y Rafael Serrada, cuando se trata de naturaleza intervenida por el ser humano, esta “no tiene por qué funcionar mejor sin intervención del hombre, la gestión permite en general que los montes cumplan mejor sus funciones ecológicas y ambientales”.