Camino de Ucrania elaboramos un plan A, un plan B y un plan C
Por Xevi Bolumar
Mientras los conductores del convoy atraviesan Francia, Alemania y Chequia el trabajo logístico de los copilotos en los vehículos es frenético.

El convoy viaja el primer día desde Valencia hasta Praga, donde hace noche antes de llegar al campo de refugiados el jueves 31 de marzo.
Las llamadas telefónicas de diferentes agencias de noticias se suceden mientras, a la vez, nos van llegando los datos y las necesidades de las personas que debemos recoger en la frontera de Ucrania. Muchos de ellos son niños de diferentes edades que requieren sillas infantiles de diferentes tamaños. Llevamos las sillas necesarias gracias a la donación de muchas personas que han colaborado desinteresadamente.
Nunca podremos agradecer lo suficiente la ayuda que hemos recibido. Sin la solidaridad de tanta gente, esto no sería posible.
Nuestro contacto en el campo de refugiados nos informa que está siendo muy complicado gestionar el aluvión de personas que llegan a él y el paso de la frontera no siempre funciona como debería por lo que trabajamos a destajo para establecer un plan A un plan B y un plan C para poder resolver cualquiera de los escenarios que podamos encontrarnos.
Al mismo tiempo hay que organizar el retorno del convoy en el que necesitaremos dar de comer y alojar un convoy de más de treinta personas, muchos de ellos niños, con las necesidades que puedan requerir.

En el briefing antes de retirarse a descansar se recuerda el plan del día siguiente.
El material sanitario que portamos ya tiene un objetivo y un destino definido. Estamos urdiendo el modo de poder hacerlo llegar al lugar, algo que no pinta nada fácil.
Después de diez horas y más de dos mil kilómetros llegamos a Praga donde paramos a dormir.
Mañana el objetivo es llegar al campo de refugiados, contactar con las personas que debemos recoger, entregar el material sanitario y comenzar el regreso.
Sabemos que será un día muy duro tanto por lo que queda de viaje como por la situación que nos vamos a encontrar. Por muy mentalizados que estemos nunca se está preparado del todo para determinadas cosas. Y somos muy conscientes de ello. Intentamos aliviar la tensión en la cena con una actitud distendida, pero en el fondo todos sabemos que mañana será uno de esos días que no olvidas jamás.
El jueves será un día muy duro por la situación que nos vamos a encontrar. Por muy mentalizados que estemos nunca se está preparado del todo para determinadas cosas
La cena termina con un briefing repasando el plan de mañana, siendo conscientes de que habrá muchas cosas que no saldrán según lo previsto y tendremos que adaptarnos a la situación.
Nos acostamos con ganas de que ya sea mañana.