Veintiseis regiones europeas cuestionan la Estrategia Forestal Europea
Veintiseis regiones europeas han planteado sus críticas a la Comisión Europea por su estrategia forestal. Consideran que carece de participación social y consenso sobre sus propuestas y provoca “la ruptura del necesario equilibrio entre la sostenibilidad ambiental, la social y económica”. La califican de propuesta “casi exclusivamente ambiental” que no tiene en cuenta la opinión, necesidades e intereses de las poblaciones rurales más directamente relacionadas con los bosques y su gestión. Varias comunidades autónomas y la plataforma Juntos por los Bosques ha enviado un documento más extenso al Gobierno de España con su posición ante la EFE.

Aprovechamiento de madera en los Montes Universales. Foto I. Muñoz
Son varias las asociaciones a nivel europeo, además de algunos gobiernos como los de Alemania, Francia, Austria, Suecia, Finlandia y Eslovaquia, y diferentes diputados europeos, los que han expresado su opinión contraria a algunos aspectos importantes de la Estrategia Forestal Europea. Incluso la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo prepara una nueva posición del Parlamento con respecto a la Estrategia.
La posición de estas 26 regiones europeas se ha hecho pública en un seminario organizado por la Red Europea de Regiones Forestales, coordinada por la Junta de Castilla y León y el gobierno de la región de Karelia del Norte (Finlandia), y que está dentro de la plataforma ERIAFF, la Red de Regiones Europeas por la Innovación en la Agricultura y la Selvicultura.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, fue el encargado de hacer públicas esas críticas relacionadas, principalmente, con la falta de participación pública en el proceso de elaboración de la estrategia; el abandono de los requisitos básicos de la sostenibilidad, que no deben ser solo los principios ambientales, sino también los sociales y económicos; y la adopción de principios y premisas sin contraste científico que conllevan propuestas concretas como la plantación de 3.000 millones de árboles para 2030 mientras se desdeña el valor y la necesidad de la gestión forestal de las masas exisitentes.

Gestión forestal, conservación de biodiversidad y energías renovables comparten espacio. Foto I. Muñoz
“Nuestra principal demanda es encontrar un equilibrio adecuado en los tres pilares de la sostenibilidad, un amplio consenso y una fuerte participación en las decisiones que se van a tomar. Particularmente, con el Gobierno de España, pensamos que el paquete Fitfor55 requiere un esfuerzo extraordinario para incrementar los sumideros de carbono forestal en España, que están lejos de la realidad”.
El paquete Fitfor55 fue aprobado por la Comisión en 2021 con la intención de impulsar los esfuerzos para alcanzar la neutralidad climática para 2055. Establece el objetivo de reducción de emisiones para 2035 de al menos el 55 % y marca para los sumideros naturales de la UE el objetivo de absorber el equivalente a 310 millones de toneladas de CO2 para 2030. La propuesta estrella de la EFE para lograrlo es la plantación de 3.000 millones de árboles para 2030. Para estas regiones, “lo prioritario es cuidar los bosques existentes y aprovecharlos de forma sostenible”.
Según la plataforma ERIAFF la propuesta Fitfor 55 “ha causado preocupación entre los operadores forestales y entre los Estados miembros de la UE que practican la silvicultura, ya que las iniciativas se concentran únicamente en las perspectivas de conservación y biodiversidad y no han considerado adecuadamente el impacto social y económico de la silvicultura”.
Para Suárez-Quiñones, los esfuerzos deben centrarse ahora “en la protección de los recursos, en la prevención de incendios forestales, en consolidar los espacios naturales protegidos existentes y en los programas de conservación en curso, así como en generar actividad económica y empleo en las áreas rurales para luchar contra la despoblación”.
Suárez-Quiñones, «los esfuerzos deben centrarse ahora en la protección de los recursos, en la prevención de incendios forestales, en consolidar los espacios naturales protegidos existentes y en los programas de conservación en curso, así como en generar actividad económica y empleo en las áreas rurales para luchar contra la despoblación”

Feria rural en Orea. Foto I. Muñoz
Precisamente, el pasado fin de semana, en la celebración del Día Internacional de los Bosques en Orea y Orihuela del Tremedal, una de las demandas más escuchadas entre más de 25 asociaciones que participaron, relacionadas con los bosques y el mundo rural, fue la necesidad de dar voz a los pueblos y los habitantes de las zonas rurales. “No somos la España vacía, somos la España silenciada, la España donante de servicios ambientales que cuidamos, gestionamos y conservamos los bosques sin recibir nada a cambio y a quienes no se nos pregunta sobre nuestro futuro”, aseguró Marta Corella, alcaldesa de Orea.
“La voz de las personas que viven en el campo, y que viven en y desde los bosques, debe ser escuchada de manera particular. La mayoría de nuestros propietarios forestales son familias que tienen propiedades muy pequeñas y debemos cuidarlos y dedicar esfuerzos especiales a su integración y cooperación. Nosotros, las regiones rurales, y particularmente aquellas con escasa población, queremos que esas voces sean escuchadas por las instituciones y organizaciones europeas”, manifestó el consejero castellano leonés.
“No somos la España vacía, somos la España silenciada, la España donante de servicios ambientales que cuidamos, gestionamos y conservamos los bosques sin recibir nada a cambio y a quienes no se nos pregunta sobre nuestro futuro”, Marta Corella, alcaldesa de Orea.
Suárez-Quiñones puso el ejemplo de Castilla y León que “lleva 38 años plantando de forma sostenida una media de 8,81 árboles por habitante y año, 13 veces más que el resto de Europa, que tiene una media de 0,67 árboles por europeo. Es el momento de proteger también a nuestros pueblos, a su economía, a la lucha por mantener la población en nuestro medio rural, luchando contra sus amenazas y ello se puede hacer bajo el parámetro de la sostenibilidad ambiental, pero también la económica y la social”.
Un documento de análisis de Juntos por los Bosques

Real Cabaña de Carreteros con sus vacas serranas transportando madera. Foto I. Muñoz
Castilla y León, Cantabria, Cataluña, Navarra y Murcia, junto con la plataforma Juntos por los Bosques, que reúne al sector forestal, han remitido al Gobierno de España un documento con un posicionamiento crítico que ha servido de reflexión al resto de regiones europeas para elaborar su posición.
Entre lo que consideran “aspectos preocupantes” de la propuesta de Estrategia Forestal Europea se encuentra “la falta de diálogo con los Estados miembros, las regiones y el sector. Por el contrario, se ha presentado un documento final con el argumento de que gran parte de su contenido ya figuraba en la Estrategia sobre la Biodiversidad de 2020”.
Para Inés González Doncel, nueva coordinadora de la plataforma Juntos por los Bosques, “la estrategia forestal está viciada desde el momento que se supedita a la Estrategia de Biodiversidad que es la que marca las premisas y los objetivos”.
“La estrategia forestal está viciada desde el momento que se supedita a la Estrategia de Biodiversidad que es la que marca las premisas y los objetivos. Tenemos un grave problema de despoblación, unido a la falta de gestión y los efectos del cambio climático pueden poner a los bosques en una grave situación de riesgo», Inés González Doncel
Esta aparente subordinación de la estrategia forestal a la de Biodiversidad “no se justifica de forma clara ni jurídica ni políticamente. Debemos recordar que los bosques y la biodiversidad se engloban dentro del mismo objetivo de desarrollo sostenible”.
Considera Juntos por los Bosques que es necesario integrar las diferentes unidades de la Comisión Europea bajo la coordinación de la Dirección General de Agricultura “como se hizo en anteriores estrategias”. Además de la de Agricultura, Medio Ambiente y Clima, deberían integrarse con el mismo peso las de Empresas, Crecimiento, Energía y Regiones.

La madera, material natural, renovable y de aprovechamiento sostenible que ayuda a fijar carbono
Pero quizás las críticas más importantes han sido de concepto al entender que la Estrategia Forestal Europea se centra en aspectos ambientales y olvida los sociales y económicos como paso previo a una nueva definición de sostenibilidad que pretende impulsar para la selvicultura, la bioenergía o la gestión forestal. “Como si los trabajos de análisis y definición de gestión forestal sostenible realizados desde hace años por Forest Europe con todos los países de Europa, y que son un ejemplo para el resto del mundo, no fuesen suficientes para los países miembros de la UE”, señala Inés González Doncel.
Para Juntos por los Bosques se trata de “un enfoque desequilibrado que tendrá impacto social en grandes territorios forestales caracterizados por una baja densidad de población y un riesgo de despoblación”.
“Tenemos un grave problema de despoblación, unido a la falta de gestión y los efectos del cambio climático pueden poner a los bosques en una grave situación de riesgo. Esta falta de política forestal puede acentuar grandes catástrofes como los incendios, los huracanes, las fuertes nevadas y las plagas de insectos, que no se han tenido suficientemente en cuenta”, asegura González Doncel.
Juntos por los Bosques considera que la Estrategia Europea parte de unas premisas erróneas que ignoran resultados de investigaciones científicas que demuestran lo contrario. Reclama “mayor rigor y consenso científicos para los distintos tipos de bosques de Europa”.
Para Inés González Doncel “el mundo científico no habla con una sola voz, sin embargo, Bruselas recoge solo una parte y la estrategia nace sesgada”. Se refiere a algunas de las afirmaciones de la estrategia que en su opinión “chocan con la realidad de los bosques en las distintas regiones de la UE”.
Proponen revisar premisas como: «están disminuyendo los bosques»; «perdemos biodiversidad debido a la gestión forestal»; «los bosques gestionados son de escaso interés para la biodiversidad»; «La mejor manera de que los bosques capturen carbono es no intervenir ni retirar»; «La gestión forestal reduce las reservas de carbono»; «Ampliación de las zonas naturales protegidas (Natura 2000) para garantizar una gestión y conservación sostenibles»; «restringir el uso energético de la biomasa forestal»; «restringir el pago por servicios medioambientales únicamente para compensar las pérdidas patrimoniales»; o «dar prioridad a la reforestación y la forestación frente a la gestión forestal».

Mujeres forestales en la celebración del Día Internacional d los Bosques en Orea y Orihuela del Tremedal
La estrategia marca líneas ideológicas, “son mensajes que crean un estado de opinión totalmente desfavorable a la gestión forestal. Sin embargo, es esta la que puede ser el motor de desarrollo rural, la que fije población, genere oportunidades de bioeconomía y nos proporcione productos naturales, ecológicos y renovables que sustituyan a competidores contaminantes y aceleradores del cambio climático como son los derivados de los hidrocarburos”, asegura Inés.
Y pone otro ejemplo de este tipo de mensajes “subliminales” cuando la estrategia propone la creación de un sello de productos no maderables procedentes de espacios Red Natura 2000. “¿Y la madera?” -se pregunta- “¿no se puede cortar madera en la RN2000? ¿es que es negativo el aprovechamiento de madera en un espacio protegido? Cualquiera puede acabar pensando que también es negativo fuera de un enp. La estrategia europea parece promover una visión idílica y contemplativa de la naturaleza, obviando sus servicios de aprovisionamiento”.
El carácter no vinculante de la Estrategia Forestal Europea
La estrategia forestal no es vinculante para los países miembros de la UE porque la política forestal no es competencia de la UE. Sin embargo, la Estrategia de Biodiversidad Europea sí tiene carácter vinculante. “Toda la estrategia forestal pivota sobre conservación más estricta y el cambio climático en vez de hacerlo sobre la gestión forestal. Es cierto que decidirán los países sobre la política forestal que siguen, pero condicionados por la Estrategia de Biodiversidad”, asegura González Doncel.
La ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico ya ha anunciado que trabajan en una nueva estrategia forestal española. Aunque no ha trascendido la línea que seguirá hay dos elementos que podrían dar pistas: la propia Estrategia Forestal Europea y el hecho de que la política forestal pasase en la última remodelación de Gobierno del Ministerio de Agricultura al MITECO para encuadrarse en la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación.
para Inés González Doncel, “el MITECO debería liderar una apuesta nacional por la gestión forestal a través de la estrategia y el plan forestal, junto con las comunidades autónomas que tienen la competencia, para ayudarlas a incentivar la gestión forestal. No podemos optar por no gestionar los bosques, sería un desastre”.