1.200 millones de euros para gestión forestal que prepare a los bosques frente al cambio climático, reduzca el riesgo de grandes incendios forestales y fije población al territorio

La asociación Distrito Forestal propone el documento «Apoyo a la Gestión Forestal Sostenible de las CCAA” para realizar inversiones que permitan fomentar el desarrollo rural y frenar la despoblación, además de limitar la vulnerabilidad de los bosques españoles frente al riesgo de incendio forestal. Su propuesta es invertir 1.200 millones de euros al año en ordenación, trabajos selvícolas y desbroce de matorral. Produciría entre 30 y 36.000 puestos de trabajo.

galicia-frondosas-osboAclaran los firmantes del documento que su propuesta “no supone financiar operaciones que tengan potencial rentabilidad en el medio rural sino mejorar las condiciones de las masas forestales para su autoprotección contra incendios, la disminución de los posibles riesgos frente al cambio climático y la mejora de sus potenciales condiciones productivas”. Todo esto provocará “un importante desarrollo del medio rural”, por fijación de población y “a la dignificación de las condiciones laborales”. Para Distrito Forestal esta inversión ofrecerá beneficios económicos para el país por lo que “no es una simple subvención a fondo perdido, sino que supone un retorno económico”.

Presentan este documento como concreción al argumentario general en el que este verán han coincidido expertos forestales, propietarios, asociaciones ecologistas, colegios profesionales y medios de comunicación: sobre la necesidad de hacer gestión forestal que ayude a crear paisajes que puedan defenderse frente a los incendios y con capacidad de adaptarse al cambio climático.

En su análisis no se olvidan de mostrar el escenario: 50,6 millones de hectáreas tiene España, la superficie forestal supera los 27,96 millones (el 55,2 %), de las que 18,47 millones de ha son arboladas (66 % de la superficie forestal, 36,5 % de la total) y otros 9,5 millones de ha son forestales desarboladas, fundamentalmente de matorrales (34 % de la forestal). “Más de la mitad de España es forestal y más de un tercio de su superficie está arbolada y en expansión”.

Cada año se acumulan 46 millones de metros cúbicos de madera en la parte aérea del arbolado. Se aprovecha aproximadamente un 40 % del crecimiento y, “aunque no todas las masas forestales ni todas las localizaciones podrían intervenirse (masas forestales poco densas, grandes pendientes, ausencia de accesos, limitaciones por la propiedad o por normativas de espacios protegidos)”, estos datos implican que se acumulan todos los años en los terrenos forestales españoles 27 millones de m³ de madera.

El resumen que hacen es que “hay más superficie forestal, poco gestionada, más continua, con mayor carga de combustible, lo que unido a unas condiciones climáticas cada vez más duras (sequías recurrentes, precipitaciones irregulares, incremento de las temperaturas máximas, mayores intensidades bioclimáticas secas) provocan que lo que antes eran incendios que podían llegar a controlarse, tomen una magnitudes de tal intensidad de energía que superan la capacidad de extinción de los medios”.

Predicen que el cambio global se va a agravar con sequías recurrentes, olas de calor, con precipitaciones más irregulares y torrenciales y fenómenos meteorológicos extremos. Consideran que “el incendio forestal es consustancial al medio mediterráneo y que es el responsable de las propias características de la vegetación y el paisaje y, por tanto, los incendios no van a desaparecer, hay que actuar para conservar unos bosques que ha costado siglos recuperar de una secular deforestación provocada por la agricultura, la trashumancia y las sucesivas desamortizaciones, fundamentalmente las del siglo XIX”.

Lo que proponen es “incrementar la gestión forestal para evitar acumulaciones excesivas de la carga de combustible y de su continuidad, y, por otro, facilitar que existan infraestructuras forestales que ayuden a la extinción de los fuegos sin poner en riesgo la vida de los bomberos forestales”

1.200 millones de euros

Para calcular esta cifra establecen tres ejes de actuación: un programa de ordenación forestal, otro de tratamientos selvícolas no productivos en montes arbolados de crecimiento lento y las inversiones anuales en los montes desarbolados, en ayuda al desarrollo del arbolado en superficies de baja densidad arbolada, en disminución de la carga y continuidad de combustible en extensas zonas de matorral denso.

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A la cifra entorno a los 1.000 millones de euros, calculada con costes de 2020, le han añadido ahora el incremento del salario mínimo interprofesional y la inflación que está en torno al 10 %. De ahí que la cifra final de su propuesta sean 1.200 millones de euros.

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 Foto I. Muñoz

Calculan que por cada millón de euros invertido puede suponer la creación de entre 25 y 30 empleos anuales equivalentes. Esto podría suponer una potencial creación de empleo anual equivalente de entre 25.000 y 30.000 unidades de trabajo equivalentes.

Si a las anteriores cifras se les añaden las de creación y mantenimiento de infraestructuras de defensa contra incendios forestales, que pueden cifrarse entre 5.000 y 6.000 empleos equivalentes anuales actuando sobre unas 50.000 hectáreas anuales, se podría estar creando un total de 30.000 a 36.000 empleos equivalentes al año. Estos empleos equivalentes anuales suponen entre 6.840.000 y 8.208.000 jornales anuales.

Para Distrito Forestal, los beneficios inmediatos de estas inversiones se traducirán en una disminución del número de trabajadores parados y un incremento de la actividad económica de las zonas en las que se daría ese trabajo forestal, las zonas rurales, tradicionalmente ajenas a las grandes entradas de dinero.

“La creación de los puestos de trabajo equivalentes forestales así estimada supone una reducción permanente de un 4 % a un 11 % sobre el paro agrario, considerado éste de forma global en España, beneficio que se traduce también en la disminución de la presión deficitaria sobre las arcas públicas españolas por varias vías: dejar de pagar el subsidio, se incrementa número cotizantes a seguridad social, aumento recaudación por IRPF”

Los beneficios ambientales que aportaría esta inversión son: “disminuye el riesgo estructural de incendio forestal, se mejoran las condiciones vegetativas de las masas forestales y su capacidad para soportar episodios adversos climáticos y potenciales ataques de enfermedades y plagas, y se mejora la estructura forestal beneficiándose de ello la fauna, favoreciéndose el desarrollo de determinados hábitats y mejorando su estado de conservación, incrementándose la capacidad de absorción de CO2 atmosférico en plazos medios y largos, y generándose productos forestales que potenciarían la actividad económica”.

Apuntan a un posible uso celulósico o para tableros la madera procedente de estas cortas, o bien “la producción de energía, lo que también redundará en la disminución de la dependencia energética del exterior, abaratando el coste de una energía cada vez más cara y fomentando la economía verde circular”.