Agrupaciones de Defensa Forestal de Cataluña, voluntarios organizados frente a los incendios

En Cataluña hay 320 Agrupaciones de Defensa Forestal ADF que reúnen a casi 10.000 voluntarios. Son las encargadas de la vigilancia y de hacer el primer ataque cuando el incendio es solo un conato. Las forman propietarios forestales, payeses, vecinos de los municipios y los propios ayuntamientos con la finalidad de prevenir y luchar contra los incendios forestales.

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ADF de Torrelavit

“Por proximidad, somos los primeros en llegar a los incendios. Nuestra misión es intentar que sea solo un conato, apagarlo lo antes posible porque, tal y como está el monte, si en media hora no lo has apagado tienes muchas posibilidades de que no lo apaguen luego en dos días”, comenta Jordi Cuevas presidente de la ADF de Querol y concejal de Seguridad Ciudadana en el ayuntamiento.

“Cuando llegan los bomberos nos ponemos a su disposición. Ellos deciden qué hacer y a nosotros nos encargan tirar manguera, estar pendientes de la bomba de agua, cualquier otra tarea logística, o subir a determinada zona de la montaña para dar indicaciones de evolución del incendio, o vigilancia de posibles segundos focos. Tiene que ser un gran incendio pavoroso para que nos pongan directamente a apagar las llamas, o que nos destinen a proteger un pueblo en peligro”, asegura Jordi.

Este verano volvió a suceder un accidente en la extinción de un incendio forestal. Ángel Martín, vecino de Tábara, sufrió quemaduras en el 80 % de su cuerpo cuando intentaba cortar el paso a las llamas con su excavadora en el incendio de Losacio, Zamora.

Falleció tres meses después en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Río Hortega de Valladolid. Las imágenes del suceso dieron la vuelta al mundo. Ángel salió huyendo de su excavadora cuando las llamas le alcanzaron, su carrera desesperada en busca de ayuda fue difundida en todos los medios de comunicación. Ángel no trabajaba en el dispositivo de extinción de Castilla y León, intentaba, de forma espontánea, impedir que las llamas se acercasen al pueblo.

¿Es inevitable que acudan a extinguir los incendios voluntarios o vecinos de los pueblos directamente afectados? ¿Qué papel deben jugar los voluntarios en la extinción de incendio forestales?, ¿Voluntarios o espontáneos? Nos hemos acercado a varias Agrupaciones de Defensa Forestal para saber cómo se trabaja esta cuestión en Cataluña.

Voluntarios organizados

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ADF de Torrelavit

Nadie está libre de ser sorprendido por el fuego, o por un accidente en cualquiera de las actuaciones que se desarrollan para extinguir un gran incendio. En las ADF han muerto dos personas desde que se formaron. “Tuvimos un accidente de tráfico con un Pegaso hace tres años, camino de un incendio forestal. Volcó y murió el conductor. Años antes hubo otra muerte, un ataque asmático. Lo que sucedió en Zamora fue muy triste, pero es que aquí también, cuando un propietario ve cómo se le quema lo suyo salen con el tractor y lo puesto para intentar arar la tierra y hacer una barrera. Todavía se ve a gente con pantalón corto y camiseta intentando apagar el fuego. Cuesta cambiar la mentalidad”, asegura Ramón Torrents, secretario general de las Federaciones de ADF.

Las agrupaciones de defensa forestal se regularon a partir del año 1986 como consecuencia del programa «Foc Verd» (“Fuego verde”) elaborado por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural de la Generalitat de Cataluña, aunque su origen, señala la Generalitat, “debe buscarse en los antiguos grupos de extinción de incendios y auxilio inmediato que se empezaron a formar a principios de los años sesenta en Cataluña”.

Las ADF tienen dos tipos de voluntarios: los que tienen carnet verde y los que lo tienen amarillo, aunque todos ellos hacen un curso básico de formación. El carnet verde es el más sencillo, sus portadores no pueden ir a apagar el conato. Realizan tareas de conductor, logística, educación ambiental, vigilancia y cualquier otra misión de apoyo. El carnet amarillo permite hacer el primer ataque directo al fuego. “Han pasado una formación como los bomberos forestales que contrata la Generalitat como refuerzo en el verano”, comenta Jordi Cuevas.

Puntualiza Ramón Torrents que “el sistema de las ADF dispone de un protocolo básico de actuación y seguridad para todos. Antes éramos voluntarios de sal corriendo y apaga. Ahora hacemos formación presencial y online. El carnet amarillo, que permite ir a los incendios lo da el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña. Tenemos la misma formación teórica y práctica que los auxiliares de oficio forestal AOF”.

“el sistema de las ADF dispone de un protocolo básico de actuación y seguridad para todos. Antes éramos voluntarios de sal corriendo y apaga. Ahora hacemos formación presencial y online. El carnet amarillo, que permite ir a los incendios lo da el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña. Tenemos la misma formación teórica y práctica que los auxiliares de oficio forestal AOF”

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En el ADSF de Castellfollit los más veteranos dedican un tiempo a enseñar a las nuevas incorporaciones la mejor manera de usar el material

En la ADF de Querol son entre 11 y 13 voluntarios. El pueblo es pequeño, pero hay numerosas urbanizaciones muy próximas a las zonas forestales. La interfaz urbano-forestal es un problema. “Tenemos mucho terreno forestal y gran parte está sin gestionar por falta de recursos. Las urbanizaciones tienen su plan de autoprotección y poco a poco van haciendo lo que pueden. Normalmente, los vecinos que están más cerca del conato salen enseguida a intentar apagarlo con su manguera o con cubos. Si deben coger el coche para acercarse al incendio no va nadie porque ya están concienciados de que no deben hacerlo. Cuando los vecinos se meten a apagar un incendio se produce mucho nerviosismo y así no se puede actuar porque no sabes dónde ni cómo meterte y puedes verte atrapado”, asegura Jordi Cuevas.

Nos ponemos nerviosos nosotros porque no lo hacemos todos los días, a veces no sabes ni tirar la manguera. Debes ir, además, acompañado para que te avisen de cómo evoluciona el fuego y, si cambia el viento, salir inmediatamente”

Cada ADF es distinta

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Jornada de plantación organizada por ADF La Carrerada

Cada zona tiene sus particularidades y las ADF modifican sus prioridades de actuación en función de distintas variables como el tipo de terreno, los usos sociales del medio natural o la capacidad de los miembros del ADF. En Castellfollit de Riubregós, por ejemplo, hay numerosos cultivos de cereales, las cosechadoras suelen provocar chispas y algún que otro susto todos los años. “Cuando llega esa época estamos pendientes, atentos a si surgen algún problema y solucionarlo inmediatamente. Si la cosa se complica se llama inmediatamente a los bomberos”, comenta Jordi Testagorda, presidente de la ADF.

La ADF de Castellfollit se creó en los años 90, desde entonces “la gente ya ha interiorizado que los incendios los apagan los profesionales. Por aquí somos muchos payeses y, si el incendio está cerca de tu casa, sales a intentar apagarlo, pero con cuidado. Ya se nos quemó en el año 98 el bosque y tenemos algo de cultura del riesgo, pero cuando ves que se quema lo tuyo intentas proteger la masía, que es lo más importante. En el bosque no puedes hacer nada, te come el fuego si se pone fiero. En las masías hemos incorporado cubas de agua, mangueras y sistemas de riego cerca de la casa”.

El padre de Jordi Testagorda ya fue miembro de la ADF, “ahora ya está jubilado y no va a los incendios pero aún ayuda y su experiencia, junto con la de sus compañeros en la ADF durante años, es muy importante. Ahora nos toca a los jóvenes del pueblo tomar el testigo”.

Valentín Vázquez, presidente de la ADF Masquefa, marca la diferencia entre los voluntarios con más o menos experiencia. “En el Alto Noya (Anoia) hay muchos años de experiencia y los payeses saben cómo utilizar los tractores, siempre acompañados, en cuanto hay un incendio salen para arar campos. Siempre puede pasar lo de Zamora, pero es gente que sabe cómo hacerlo, defienden su zona, es su casa”.

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ADF Torrelavit tras un conato apagado rápidamente

La preocupación por los incendios ha sido una constante en el medio rural. El padre de Jordi Testagorda ya fue miembro de la ADF, “ahora ya está jubilado y no va a los incendios pero aún ayuda y su experiencia, junto con la de sus compañeros en la ADF durante años, es muy importante. Ahora nos toca a los jóvenes del pueblo tomar el testigo”. Los miembros de las ADF van desde los veinteañeros hasta las personas de sesenta y cinco que, por edad, ya no acuden al incendio.

Para Jordi es importante estar bien equipados cuando se acude a un conato. “Lo primero es ponerse el traje, y el casco, si se dispone de él. Después dar aviso a la centralita de que sales para el incendio y el número de tu carnet. En cuanto se comunica esto ya sabes que estás asegurado y eso es una cuestión muy importante”.

Coincide Josep Jané, de la ADF de La Carrerada, “es importante que la gente tenga formación, sepa dónde se mete y cuente con un seguro. Si la sociedad no está organizada, ir ahora a los incendios puede ser un drama. Todo esto con nuestras debilidades, porque no somos bomberos, pero subiremos al monte con un mínimo de seguridad. Antes subíamos sin control”.

“Lo primero es ponerse el traje, y el casco, si se dispone de él. Después dar aviso a la centralita de que sales para el incendio y el número de tu carnet. En cuanto se comunica esto ya sabes que estás asegurado y eso es una cuestión muy importante”

Pol Llopart es el presidente de la ADF de Torrelavit, “tenemos a los bomberos a 25 minutos y nosotros llegamos en diez con un vehículo ligero y una cuba de 600 litros, pasamos por caminos que solo nosotros conocemos bien y, en ocasiones, las ADF vecinas, con las que estamos coordinadas, acuden inmediatamente para ayudar en cuanto tienen el aviso”.

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ADF de Torrelavit

La suya es una ADF pequeña, “por disponibilidad voluntaria los días de riesgo alto hacemos reparto de vigilancia o estamos en casa, pero disponibles. No podemos dejar el trabajo para ir a hacer guardias por el monte, eso pueden hacerlo las ADF más grandes, que disponen de más personal con posibilidad y horarios libres”.

Pero hay otro detalle que diferencia las ADF más pequeñas de los pueblos con las de mayor tamaño, en opinión de Pol, el grado de implicación personal. “Cuando hemos tenido un incendio, sea por la mañana o la tarde, la gente se las arregla para dejar el trabajo y estar allí. En las ADF más grandes, de las poblaciones mayores, les cuesta más estar activos en ese momento. Cuando se quema tu pueblo sabes que tienes que estar allí como sea, en la ciudad parece que eso se diluye. Hay más implicación personal en los pueblos pequeños”.

Cuando se quema tu pueblo sabes que tienes que estar allí como sea, en la ciudad parece que eso se diluye. Hay más implicación personal en los pueblos pequeños

Para Pol Llopart está muy interiorizado que a población se mantenga al margen. “Si quieren colaborar que se metan al ADF. Nosotros no somos muy exigentes con los requisitos para entrar: un mínimo de forma física, pero no obligamos a un mínimo de horas, intentamos que todos puedan colaborar a su manera. Hacemos lo que podemos con lo que tenemos cuando podemos”.

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Imagen ADF La Carrerada

Quien conoce a todas las ADF es Ramón Torrents, se organizan en federaciones por comarcas y todas juntas en el Secretariado. “Hay mucha diferencia entre las provincias entre las ADF. En aquellas donde hay más voluntariado joven hay más ganas de hacer más cosas. En Girona, por ejemplo, hay mucho trabajo de motosierra. En Solsona y Vic hacen mucho trabajo de prevención y menos vigilancia, está relacionado con la edad del voluntariado. Allí, incluso la Federación de ADF ha creado una empresa que realiza trabajos preventivos”.

En la zona del Alto Noya (l’Anoia) los propietarios son ADF, “tienen experiencia ante los incendios, mientras que en la zona baja de La Noya el componente de la ADF es voluntariado, no son propietarios. Pero, en cualquier caso, el voluntariado debe tener siempre formación, no podemos ser el de Sancho Panza”, comenta Valentín Vázquez responsable de la ADF de Masquefa y coordinador de la comarca de la Noya Baja, la segunda corona metropolitana de Barcelona. “Para mí, lo más importante es la prevención y la divulgación. Si no hay incendios es que hemos hecho bien nuestro trabajo. Yo soy ADF, no soy bombero, veo el incendio de forma preventiva”.

Coincide con él Josep Jané, “nuestra ADF es muy ambientalista, nos dedicamos más a reforestaciones, divulgación y sensibilización que a la extinción de incendios. Tenemos muchos voluntarios dedicados a la educación ambiental y eso nos lleva a decantarnos por ese tipo de tareas”.

Tanta importancia tiene su faceta ambiental que disponen de un vivero forestal con 2.000 plantas “colaboramos con distintas entidades sin ánimo de lucro para las plantaciones. Nuestro siguiente proyecto es un aula de educación ambiental dedicada a los incendios forestales, estará junto al vivero. Hacemos actividades en horario escolar, lo cual nos obliga a pedirnos horas libres durante el trabajo”.

Formación, equipos y protocolos de seguridad

Coinciden todos los representantes de las ADF en lo importante que es el protocolo de seguridad, el uso de los epis y del resto del equipo, aunque no siempre todas las ADF trabajen con la misma exigencia. Según Pol Llopart, “en otras zonas no se sigue el protocolo de seguridad tan estrictamente porque llevan 40 años apagando incendios y consideran que ya saben lo que deben hacer y cómo. Nosotros llevamos incluso mascarillas FP3 para evitar respirar el humo. En otros sitios siempre se ha hecho así y con eso les vale, pero no saben lo que están respirando con el humo, o el peligro que corren por no llevar un casco, hasta que te cae una rama en la cabeza”.

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ADF La Llacuna

Y apunta un detalle importante “solo atendemos incendios de vegetación, nada de contenedores quemados o vehículos, no estamos preparados para los riesgos del fuego en ese tipo de materiales”.

Comenta Ramón Torrents que “en algunas ADF tenemos camiones y en otras pickup pero todas trabajan con la misma filosofía y cada una forma a su gente en función de sus necesidades, algunas forman en primeros auxilios, o al menos en lo que nunca se debe hacer para evitar males mayores en caso de accidente”.

José María Celda de la ADF La Llacuna es algo crítico con algunos aspectos del funcionamiento de las ADF. “Llevamos cuatro años esperando para hacer un curso de carnet amarillo porque se prioriza a los voluntarios del área metropolitana de Barcelona. Debería priorizarse a la gente que vive en el territorio, en lugares, además, alejados de los parques de bomberos. La gente se desanima cuando ve que, un año tras otro, nuestra petición de formación se desestima. Los que vivimos en el territorio somos los primeros en atacar el incendio”.

Para José María la seguridad es lo fundamental en las ADF, “no llevamos el epi que a mí me gustaría tener, pero vamos equipados, aunque hay componentes del equipo que si quieres tenerlos al final debes pagártelo de tu bolsillo”.

Se queja José María del camión autobomba de que disponen en la ADF “tiene 40 años y necesitan una renovación, lo ideal sería contar con una cisterna de 3.500 litros y no los 2.000 que tenemos. Podríamos hacer mucha más faena hasta que lleguen los bomberos, que tardan mínimo 30 minutos”.

En 2022 las ADF han apagado 116 incendios antes de que llegasen los bomberos de la Generalitat. “Lo bueno de las ADF es que somos gente que estamos en el territorio, lista para actuar. En el coche siempre llevo el epi, por si fuese necesario”, comenta Ramón.

Son enfoques diferentes sobre la actividad principal de la ADF porque Josep Jané considera que en La Carrerada tienen “material suficiente para lo que desarrollamos. Dos camiones, dos pickup y un vehículo de logística. Aunque son un poco antiguos, tenemos material suficiente. También actuamos cuando hay una riada o se llena un pueblo de barro”.

Para José María “no puede olvidarse que somos voluntarios, no somos héroes, muchas veces tenemos que dejar el trabajo para apoyar al incendio y, a veces, te ponen mala cara, tengo la impresión de que hay bomberos a los que no gustamos demasiado”.

Según los datos de la Secretaría de las ADF, en 2022 las ADF han apagado 116 incendios antes de que llegasen los bomberos de la Generalitat. “Lo bueno de las ADF es que somos gente que estamos en el territorio, lista para actuar. En el coche siempre llevo el epi, por si fuese necesario”, comenta Ramón. No es el único, el equipo de protección en el coche es una constante.

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Jornada de hermandad entre ADF l’Anoia y Masquefa

Vigilancia y prevención

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Las ADF también han colaborado en limpieza de municipios cuando una riada ha llenado de barro sus calles

A las labores de pronto ataque cuando ven la primera columna de humo se unen los trabajos de prevención o preextinción que desarrollan durante el resto del año. “Consiste en el mantenimiento de los caminos, puntos de agua, ciertos trabajos selvícolas, actividades en el pueblo y educación en los colegios”, comenta Valentín.

En los caminos su trabajo consiste en desbrozar las cunetas y hacer franjas de protección. Cuentan con ayudas de la Diputación de Barcelona, un 10 %, y el resto lo cubren los ayuntamientos.

“Nuestro trabajo en los caminos en realidad es una visita de obra, controlamos que estén en buen estado y que cuando una empresa es contratada para ejecutar una reparación la ejecuta correctamente. Nuestro trabajo después complementa esta reparación con una corta de setenta pinos para hacer una zona segura”, asegura Ramón Torrents.

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La vigilancia es una de las actividades más importantes que desarrollan las ADF

La vigilancia durante la campaña de alto riesgo es otra actividad desarrollada por las ADF. La forma y periodicidad con la que la hacen depende los medios humanos de que disponga. “Hay municipios de 100 habitantes donde prácticamente todos son ADF y hay otros de 10.000 donde solo son 25. A través del Secretariado de las ADF y los Agents Rurals nos organizamos para que entre el 15 de junio y el 15 de septiembre cubramos toda la zona, junto con la Diputación de Barcelona que realiza vigilancia estática”, asegura Valentín Vázquez.

El Secretariado de Federaciones de ADF gestiona una red de cámaras de vigilancia en todo el territorio, denominado Vigilant.cat, además de servir de apoyo al seguimiento de los incendios activos. El vigiliant.cat ofrece una retransmisión en directo de las cámaras a todos los usuarios registrados.

Todos consideran que hay algo que ha mejorado desde que se formaron las ADF, la sociedad parece tener algo más de cultura del riesgo que hace treinta años, aunque “aún queda mucho por hacer”, asegura Valentín. Ramón prefiere fijarse en las personas que “cuando reciben el aviso de Alfa 2 o Alfa 3 –máximo riesgo de incendio en Cataluña- no encienden barbacoas y todas ellas ya cuentan con matachispas”, aunque considera que falta mucha cultura de la autoprotección en las urbanizaciones.

“Tenemos que cuidar los bosques, por eso es tan importante que haya voluntarios”, insiste Ramón. Para Josep, Cataluña es tierra de gente voluntaria para cuestiones sociales, ambientales, de ayuda a mayores, recogida de alimentos o protección civil. Las ADF son una rama más del voluntariado, es trabajar por la cohesión social, es dar para poder tomar”.

“Tenemos que cuidar los bosques, por eso es tan importante que haya voluntarios”, insiste Ramón. Para Josep, Cataluña es tierra de gente voluntaria para cuestiones sociales, ambientales, de ayuda a mayores, recogida de alimentos o protección civil. Las ADF son una rama más del voluntariado, es trabajar por la cohesión social, es dar para poder tomar”.

Por eso Ramón quiere reconocer públicamente el compromiso de todos los voluntarios de las ADF. “No son solo los conatos, es la vigilancia, es la preocupación por estar y evitar que la radial, el coche que para con el motor encencido en una zona de pasto seco, o la quema fuera de época acaben en una desgracia que se lleve por delante 10.000 hectáreas e incluso viviendas”.

Para Josep Jané “todos consumimos recursos del planeta y ser voluntario en una ADF es una forma de devolverle algo”.