Yiboula Emanuel Bazie Tapsoba bombero forestal de Burkina Faso

“En Burkina los incendios no los apaga nadie, se apagan cuando se tengan que apagar, en la sabana no hay medios para apagarlos”

Yiboula Emanuel Bazie Tapsoba es bombero forestal de la Brif de Lubia, burkinés de nacimiento y que se dedica a apagar los incendios en España. Recientemente ha sido galardonado con la Medalla al Mérito de la Protección Civil, categoría de bronce y distintivo rojo por su actuación en el incendio de Villasana de Mena (Burgos) donde resultó herido.

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Yiboula con Virginia Barcones, delegada del Gobierno de Castilla y León en la entrega de los premios de Protección Civil 2022.

“En Burkina hay también incendios causados principalmente por los cazadores de los grandes mamíferos y por gente que quiere conseguir leña para vender. Pero si les pillan pueden acabar en la cárcel, lo que pasa es que es muy difícil que los guardias pillen a nadie quemando”.

La época de los incendios en Burkina comienza en febrero y se extiende hasta mayo, “es la estación seca y sopla el viento, así que es más fácil que corra el fuego. De julio a octubre es la época de lluvias y ya no hay incendios”, asegura Yiboula.

¿Cómo ha llegado un oriundo de Burkina Faso hasta un pueblo de Soria para trabajar de bombero forestal?
Un médico oftalmólogo español que viajaba a Burkina en misión humanitaria me ofreció la posibilidad de venir a España. Yo era el coordinador de la ong Remar en mi país con la que colaboraban algunos médicos españoles”.

Yiboula no se lo pensó dos veces, hizo la maleta y se presentó en León donde trabajó como empleado del hogar. Después encontró trabajo en Tragsa y en 2016 consiguió entrar en la Brif de La Iglesuela (Toledo). Un año después consiguió trabajo en la de Lubia, provincia de Soria, donde ha echado raíces en el pueblo de Quintana Redonda.

“Me incliné por el trabajo en las Brif porque era un trabajo para todo el año, daba más estabilidad. Me gusta luchar contra los incendios, pero es incomprensible que se provoquen tantos incendios en España. Hay algo que no va bien”.

Yiboula cree que hay intereses en quemar el monte, aunque no aclara cuáles. Lo que sí tiene muy claro es que “es muy importante la sensibilización social. La gente debe entender que no debe usar el fuego para quemar el pasto sin más porque al final queman la naturaleza. Es fundamental que sepan los peligros y el daño que pueden causar”.

Burkina, un país pobre condicionado por el clima

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Yiboula con amigos el recoger la Medalla al Mérito Civil 2022

Dice Yiboula que Burkina Faso “es un país pobre, prácticamente plano, que vive de la agricultura y ganadería, aunque recientemente la explotación de las minas de oro da mucho dinero al país”. El monte más alto es el Ténakourou, con 749 metros de altura, pero la diferencia con el punto más bajo del país es de apenas 600 metros. En el norte se impone el paisaje semiárido del Sahel, mientras que en el resto es lo que se denomina sabana sudanesa occidental.

Según los datos oficiales, en 2018 la agricultura representaba más del 27 % de su producto bruto interno y daba trabajo al 92 % de la población trabajadora. Pero la aridez del terreno y la sequía que periódicamente azota a buena parte del país dificultan su desarrollo. En cuanto a la minería, la falta de desarrollo industrial dificulta un aprovechamiento más eficaz de sus recursos.

Se llama Burkina Faso desde el 4 de agosto de 1984, cuando el entonces presidente Thomas Sankara le cambió el antiguo nombre de República del Alto Volta, independizada de Francia en 1960. Por ser colonia francesa, el idioma francés es la lengua del Gobierno y de los negocios, aunque solo lo habla de forma habitual el 15 % de la población. Se hablan otros 59 idiomas nativos.

Desde su independencia hasta 1990, cuando se celebran elecciones multipartidistas, Burkina sufre una sucesión de golpes de estado, revoluciones y contrarrevoluciones.

Yiboula tiene varios hermanos, aunque solo uno, “el pequeño”, está en España. “Trabaja como técnico de calefacción en León y le va muy bien”. Mantiene una hermana y otro hermano en Burkina y un cuarto en Sudáfrica. Sus padres ya no viven así que, aunque viaja a su país de origen una vez al año, tiene claro que su futuro está aquí. Dos hijos, de dos años y cuatro meses, son el ancla a una tierra soriana en la que se ha integrado hasta el punto de ser concejal por el partido socialista en el pequeño pueblo de Tajahuerce, además coordinador federal de los africanos socialistas.

Por cierto, mañana visita la base de la Brif en Puerto del Pico porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va a hacerles una visita. “Es un orgullo que se reconozca nuestra labor”, asegura Yiboula.

De momento, no se plantea hacer otra cosa que ser bombero forestal especialista, “es que me gusta lo que hago, quizás más adelante, si hay más alternativas, me gustaría dedicarme al trabajo humanitario, pero ya se verá”. Yiboula Estudia un título de Grado sobre Cooperación en políticas internacional sociales y municipales.

Hace un par de años Yiboula montó la Asociación de Ayuda Humanitaria de Burkina Faso para promover proyectos de desarrollo y educación como alternativa a la guerra. Ha sido nombrado recientemente Embajador de la Paz de la ONU. “La intención es tender puentes entre Europa y África, cuento con la ayuda de un empresario andaluz y un compañero de la Brif de La Palma”. Cada año dan un reconocimiento a las personas que se han destacado por su labor de cooperación internacional entre Europa y África. Los premios se entregan a finales del mes de noviembre.

Quizás un día, quién sabe cuándo, sea África y sus valores tradicionales quienes rescaten al mundo económicamente desarrollado, tal y como plantea Anne Cécile Robert en su ensayo África en auxilio de occidente (Icaria Editorial). Mientras tanto, en opinión de Yiboula, “Burkina necesita voluntad política para el desarrollo del país y la protección del medio ambiente. Necesitamos formación, sensibilización y apoyo económico”.