La defensa contra los incendios forestales debe implicar un cambio de concienciación y educación de todos

Antonio Tortosa.
Vicepresidente TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios

Las circunstancias que se están dando en los graves incendios forestales que estamos presenciando ya en el primer trimestre del año: cambio climático, sequía y meteorología adversa; abandono rural, falta de limpieza de los bosques, quema de pastos controlados y, sobre todo, los pirómanos… requieren de un esfuerzo tanto normativo como económico, para implantar las nuevas tecnologías (drones, cámaras infrarrojas, cámaras de identificación de matrículas, etc.) por las autoridades, para que la vigilancia y control por los cuerpos de seguridad del Estado o seguridad privada sea efectiva y coactiva. Además, es más importante que nunca una concienciación que entrañe una implicación de toda la sociedad.

ANTONIO-TORTOSA-tecnifuego-osbo

Antonio Tortosa, vicepresidente de Tecnifuego

Ante la gravedad de los incendios y sus consecuencias: vidas humanas que se pierden, los miles de hectáreas calcinadas, las dificultades en la extinción y un aspecto fundamental, que casi no se comenta cuando suceden incendios de esta envergadura, la emisión de gases contaminantes que se lanzan a la atmósfera, lo que deja a nuestro planeta ya bastante dañado, la sociedad debe concienciarse en qué puede aportar para frenar esta lacra.

Debe ir calando en nuestras conciencias que la protección contra los incendios forestales debe realizarse desde el compromiso individual, desde la responsabilidad de cada uno. Esta visión del panorama debe alcanzar la autoprotección en viviendas, municipios y urbanizaciones cercanas a bosques; la inversión de las Administraciones Públicas en campañas a los ciudadanos; así como de nuevos métodos de prevención, para detectar incendios incipientes y a pirómanos.

En primer lugar, la autoprotección debe abordarse desde cada municipio, urbanización e incluso cada vivienda, haciendo un buen uso y respetando el medio ambiente. En el diseño de urbanizaciones y en los municipios se debe cumplir la normativa que existe para la interfaz urbano-forestal. Esta autoprotección se tiene que plantear con una mentalidad holística que tenga en cuenta la protección pasiva en la edificación e integre reacción y resistencia al fuego en la jardinería preventiva, en la limpieza perimetral y tipos de cortafuegos, tanto en cada parcela como en la urbanización; en la instalación de hidrantes exteriores; dentro de las viviendas se deben instalar equipos y sistemas de prevención y extinción, como detectores, extintores, mantas ignífugas, BIES, rociadores…

Para lograr esta autoprotección generalizada, es necesario insistir en la concienciación a través de campañas educativas que promuevan las medidas de protección señaladas, financiar la implementación de estos planes de autoprotección y que los ciudadanos conozcan todas estas medidas de protección especial que necesitan las viviendas situadas en zonas forestales.

Para lograr esta autoprotección generalizada, es necesario insistir en la concienciación a través de campañas educativas que promuevan las medidas de protección señaladas, financiar la implementación de estos planes de autoprotección y que los ciudadanos conozcan todas estas medidas de protección especial que necesitan las viviendas situadas en zonas forestales.

Oliva-Urbanización-Xiricull-interfaz-osbo

Urbanización rodeada de vegetación

Por otro lado, una herramienta que hay que fomentar es el uso de drones para prevenir y combatir los incendios forestales. De hecho, en prácticamente todas las comunidades autónomas se han implementado como una herramienta más del servicio, debido a la evolución tecnológica y su utilidad. Por ejemplo, desde el año 2019, el cuerpo de bomberos de la Comunidad de Madrid creó un Grupo Especial de Drones, dedicado a llevar a cabo misiones con estas aeronaves no tripuladas. Si durante todo 2021, este grupo recibió 238 activaciones y realizó 40 intervenciones, en 2022 estas cifras se han multiplicado por seis.

Esta herramienta se ha demostrado muy útil en la detección de los incendios de manera rápida y segura para poder intervenir así antes de que el incendio se haya desarrollado y poder combatirlo con mayor facilidad. Igualmente, los drones se pueden utilizar para detectar pirómanos y poder hacer las denuncias y detenciones inmediatas, así como método de disuasión.

La combinación de concienciación, autoprotección, inversiones en material y equipos y un marco legal adaptado puede ayudar a este cambio en la mentalidad y por tanto en la eficacia en la lucha contra incendios forestales.

Insistimos en algunos de los aspectos que surgen en las jornadas de lucha contra incendios forestales, organizadas por TECNIFUEGO, y que son recomendaciones de los expertos, como aumentar la inversión en incentivos para crear empresas en el medio rural, basadas en los recursos forestales tradicionales, como son el pastoreo y el aprovechamiento de la madera, entre otros. Realizar campañas de prevención durante el invierno basadas en limpieza de montes, revisión y actualización de los cortafuegos. El cumplimiento de la normativa de Protección Civil obligatoria, como son los Planes de Autoprotección y Emergencias Municipales. La concienciación de la población, promoviendo la implementación de los planes de autoprotección de las viviendas en zona forestal. Aplicar y actualizar la normativa en la interfaz urbano-forestal que recoja protección en la edificación, jardinería preventiva, cortafuegos, material de extinción, etcétera.

En resumen, y bajo mi punto de vista, debemos hacer todo el esfuerzo posible en educar, no solo a las nuevas generaciones que creo que lo están, sino a la sociedad en general para que entre todos pongamos remedio a la destrucción de algo que es imprescindible para la vida, como son nuestros bosques. Y, por supuesto, una mención y agradecimiento especial a todas las personas que se juegan la vida, e incluso la pierden en la intervención, tanto terrestre como por medios aéreos, contra los incendios.