Incendios en banquinas provocados por vehículos automotor
Marcelo G. Oviedo
Investigación de Incendios
Los incendios forestales representan un flagelo que afecta miles de hectáreas anualmente en Argentina, con daños al ambiente, a las comunidades, a la economía y a la salud de las personas, que muchas veces son difíciles de cuantificar.
Entre las causas que dan lugar a la ocurrencia de este fenómeno, se pueden citar un sinnúmero de condiciones, factores y agentes, pero hay una causa que muchas veces no se considera y es la que ocurre cuando parte del sistema de escape de un vehículo toma contacto con la vegetación seca o en condiciones de arder en las banquinas de las carreteras.
Forest fires represent a scourge that affects thousands of hectares annually in Argentina, causing damage to the environment, communities, the economy and people’s health, which are often difficult to quantify.
Among the causes that give rise to the occurrence of this phenomenon, a number of conditions, factors and agents can be mentioned, but there is a cause that is often not considered and that is what occurs when part of the exhaust system of a vehicle takes Contact with dry or burning vegetation on road shoulders.
Palabras clave
Incendios forestales. Investigación de incendios. Catalizador. Sistema de escape. Vehículo. Carretera. Ruta. Banquina. Negligencia. Incendio provocado. Vegetación. Pasturas. Calor. Temperatura. Combustible.
Keywords
Forest fires. fire investigation. Catalyst. Exhaust system. Vehicle. Road. Route. Shoulder. Negligence. Arson. Vegetation. Pastures. Heat. Temperature. Fuel.

Incendio en banquina o cuneta. Imagen Marcelo G. Oviedo
Según la ley de Tránsito N° 24.449 (Argentina), la banquina es la zona de la vía contigua a una calzada pavimentada, definida como una zona de detención por fuerza mayor o como una vía de escape en caso de emergencia. En algunos países este sector se conoce como berma, arcén o cuneta.
Como mecanismo de prevención de la erosión y como resultante de la exposición propia, las banquinas suelen tener una cobertura de vegetación que se extiende hasta tomar contacto con los campos y propiedades lindantes a la carretera. Es en ese sector donde una fuente de calor idónea y el combustible en forma de vegetación, suelen tomar contacto, interactuar y dar lugar a incendios.
Una fuente de calor idónea puede ser suministrada por rodamientos o partes metálicas a altas temperaturas que se desprenden de los vehículos; un accidente de tránsito en el que el o los vehículos involucrados pueden incendiarse y ese fuego se propaga a la vegetación lindante; un vehículo que por alguna falla mecánica se incendia y el fuego presente se propaga a la vegetación o, una eventual detención de un vehículo, indistintamente de la razón por la que detenga su marcha y se orille, donde las elementos del sistema de escape de gases de la combustión tomen contacto directo o indirecto (por radiación) con la vegetación de la banquina y puedan dar origen a un incendio.
El catalizador

Advertencia que suelen incluir los manuales de usuario y mantenimiento con el que están dotados los vehículos automotor.
El catalizador es un dispositivo que forma parte del sistema de escape del vehículo y su principal función es la de reducir la contaminación producida al expulsar los gases de escape al exterior. De esta manera se disminuye la repercusión ambiental de las emisiones contaminantes producidas por los vehículos a motor.
El catalizador cumple la función de transformar los gases mediante una reacción química, logrando que los productos de la combustión se conviertan en agua y dióxido de carbono (CO2). Esta transformación es posible gracias a la conjunción de materiales y procesos que suceden en el interior del catalizador. Por tanto, una vez que los gases de escape contaminantes que son generados por el motor fluctúan por la superficie activa del catalizador, se transforman de manera parcial en gases no perjudiciales para el planeta. La transformación, se considera parcial ya que, aunque en menor medida, el CO2 también es uno de los gases agravantes del efecto invernadero.
La depuración de los gases de escape por el catalizador se inicia a partir de los 200 a 250ºC. El intervalo normal de funcionamiento se localiza entre los 400º y 800ºC.
La NFPA 921 Guía de Investigación de Incendios y Explosiones, en el capítulo referido a investigación de incendios de vehículos a motor, aborda el tema “superficies calientes” mencionando que los sistemas de escape pueden generar temperaturas lo suficientemente altas como para hacer arder un material combustible, también hace mención al hecho de que el tiempo que necesita el catalizador para disminuir en un 80% la diferencia de temperatura entre la alcanzada y la temperatura ambiente tiene un rango de tiempo de entre 45 a 90 minutos.

Advertencia que suelen incluir los manuales de usuario y mantenimiento con el que están dotados los vehículos automotor.
Las automotrices incluyen en sus manuales de uso y mantenimiento indicaciones donde advierten que el catalizador alcanza altas temperaturas que pueden dar lugar al encendido de ciertas sustancias combustibles, pudiendo esto convertirse en un incendio.
Los parachispas
En 1934, la Universidad de California en Berkeley publicó el informe desarrollado por JP Fairbanks y Roy Bainer titulado “Parachispas para equipos motorizados”, en el que las investigaciones demostraban que las partículas de escape con un diámetro de 0,023 pulgadas (0,058 Cm.) o más eran responsables del origen de la mayoría de los incendios forestales en zonas donde la vegetación se encontraba próxima a las líneas ferroviarias.
Un parachispas es un dispositivo mecánico que atrapa o destruye partículas de escape calientes expulsadas por un motor de combustión interna. Dado que los parachispas previnieron muchos incendios, posteriormente se aprobaron leyes para exigir los parachispas en ciertos tipos de motores. En abril de 1968, la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) junto con el Servicio Forestal del USDA y los fabricantes de motores pequeños publicaron el estándar SAE J335, que estableció estándares para motores pequeños (motosierras, recortadoras de hilo, etc.) que no solo prohíbe el escape de partículas de carbono mayores de 0,023 pulgadas, sino que también regula las temperaturas permitidas de los gases de escape y la temperatura de la superficie del sistema de escape. La Especificación 5100-1 del Servicio Forestal del USDA define las especificaciones de rendimiento para los sistemas de escape con parachispas utilizados en motores de uso general (generadores, motocicletas, equipos agrícolas, etc.).
Las investigaciones y legislaciones llevaron al desarrollo de programas de mantenimiento continuo de las condiciones de la vegetación en torno a las proximidades de las vías férreas, considerando no solo la posibilidad de incendios provocados por chispas de la combustión, sino también por partículas sobrecalentadas liberadas por los sistemas de freno, cadenas o restos metálicos que arrastren durante el transito del ferrocarril.
Si bien, los planes de mitigación activa y pasiva no garantizan que los incendios no se vayan a producir, está probado que con ello se puede disminuir de manera considerable su ocurrencia y afectación, por lo que este principio llevado al tránsito vehicular en carretera, sería igualmente útil como herramienta de mitigación.
Red Vial Argentina

Los incendios en las cunetas o banquisas suelen tener una rápida propagación a los terrenos colindantes por la continuidad de la vegetación fina y en disposición de arder. Imagen Diego G. Oviedo
El trabajo de Josua Joaquín Ayrton Valdivieso Ardiles (2018) relevó que la red vial Argentina se compone aproximadamente de 622.527 km de carreteras de diferente tipo. Los mismos se dividen en tres “niveles”. En primer lugar, se encuentra la denominada red troncal, compuesta por un total de 118 carreteras nacionales, las que totalizan una longitud de 38.000 km. aproximadamente. En segundo lugar, se encuentra la red vial secundaria, compuesta por todas las carreteras de jurisdicción provincial de la República Argentina, con un total de 183.643 km. de rutas. Por último, se encuentra la red vial terciaria, que comprende los caminos, calles y rutas cuya titularidad es municipal o comunal; posee una longitud de 400.140 km. aproximadamente.
A partir de lo relevado se infiere que las rutas y caminos que se encuentran fuera del tejido urbano sumarían alrededor de 500.000 km. y por lo tanto, la misma cantidad de kilómetros de banquina habría a lo largo del territorio nacional, pudiendo variar en anchos, condiciones y material constitutivo.
El mantenimiento y conservación de las banquinas es responsabilidad del órgano vial con competencia en la jurisdicción o la concesionaria que ha adquirido la responsabilidad del sector; puesto que según se trate de una ruta nacional, provincial o municipal, los responsables son diferentes, de igual modo, en el caso de las firmas que adquieren la concesión de una ruta o porción de trayecto. En cualquiera de los casos, el mantenimiento de las banquinas suele presentar diferencias visibles de compromiso. Más allá de las condiciones de consolidación del suelo, la basura y la vegetación suelen carecer del debido control y seguimiento.
Una carretera que presenta banquinas con vegetación no recortada posibilita la disponibilidad de combustible para que una fuente de calor idónea pueda encenderla cuando las condiciones medioambientales sean las ideales para la ocurrencia de incendios forestales. La situación se agrava cuando la presencia de basuras de diferente tipo pueden constituirse como aportantes de combustible variado para que el fuego pueda consolidarse y propagarse de manera más eficiente.
Las pasturas tienen un punto de ignición relativamente bajo en comparación a otros combustibles sólidos, esto tiene relación directa con la compacticidad, el tamaño y la facilidad para perder humedad, por lo que en ocasiones, no es necesario el contacto directo con la fuente de calor, la radiación calórica que esa fuente emite puede ser suficiente. El calor se puede transferir mediante conducción, convección o radiación, por lo que considerando los combustibles, la cantidad de calor que la fuente emite y las condiciones generales de factibilidad, las probabilidades de incendio se reducen a la menor expresión de los parámetros requeridos.
Un vehículo que se detiene en una banquina con pastos altos (15 a 30 cm.), por una falla mecánica, para cambiar de conductor, para descanso o por la razón que fuere, pone en contacto directo o indirecto la parte baja del catalizador del sistema de escape con estos pastos. El catalizador, como se planteara, trabaja a temperaturas que varían entre los 400° y los 800° C, por lo que esta pieza recalentada puede constituirse como fuente idónea de calor, siendo capaz de suministrar la energía necesaria para que una pastura en condiciones de arder inicie su proceso de ignición resultando en un incendio que no solo puede propagarse al resto de la banquina y campos lindantes, sino también incendiar el mismo vehículo que lo provocó.

Imagen Diego G. Oviedo
Realidad estadística
Si bien, se carecen de datos duros, debido a la falta de investigaciones de causa y origen de los incendios forestales que puedan servir para determinar cómo y dónde inició el incendio, a la vez de poder disponer de estadísticas efectivas y útiles, la experiencia indica que un gran porcentaje de incendios que iniciaron en las banquinas fueron la resultante de unas pocas causas básicas: un vehículo que se detuvo y suministró el calor requerido a través del sistema de escape, o bien por el desprendimiento de piezas a altas temperaturas que se depositaron sobre los pastos en condiciones de arder. En menor ocurrencia, se ubican las situaciones provocadas por tendido eléctrico, intencionalidad, incendios vehiculares, colillas de cigarrillos y otras.
Los registros oficiales los caratulan como incendios de pastos, incendios de vegetación o incendios forestales; en pocas ocasiones se registran como incendios en banquina, y en casi inexistentes oportunidades se investiga de manera seria la causa de esos incendios; mucho más inexistentes son las acciones legales en estas ocurrencias, porque detener la marcha sobre una banquina con pastos relativamente altos, en época de peligro de ocurrencia de incendios, salvo que se tratase de un imprevisto inmanejable, constituye una negligencia, y esto puede ser sancionable a través de las diferentes herramientas jurídicas, porque en definitiva, es responsabilidad del conductor el tener los conocimientos requeridos para operar ese vehículo, y por lo tanto, ser responsable con el hecho de que las temperaturas y procesos del sistema de escape pueden provocar incendios en ciertas condiciones, tal y como lo indican los manuales de uso y mantenimiento con los que los vehículos vienen dotados.
Entonces…
El sistema de escape y más específicamente el catalizador de un vehículo automotor pueden suministrar la energía calórica necesaria para que un combustible liviano y en condiciones de arder, como las pasturas que suelen estar presentes en las banquinas, puedan iniciar un proceso de combustión que más tarde se convierta en un incendio, pudiendo propagarse a combustibles próximos.
Los incendios originados en banquinas pueden ser reducidos en ocurrencia e intensidad a través de un trabajo multisectorial, porque además de insistir en la capacitación de los conductores para evitar las situaciones de riesgo, la aplicación de la ley en incidentes producidos por negligencia y la investigación seria de los incendios forestales que permitan demostrar y cuantificar de manera técnica y efectiva cómo y dónde inició el incendio, se requiere también de un control exhaustivo de los órganos responsables del mantenimiento de las banquinas, sean estos públicos o privados.
Mantener las banquinas en condiciones, no solo guarda relación con la imagen de la carretera y los espacios de eventual detención de los vehículos que circulan, tiene también subsidio con las propiedades lindantes, dado que una banquina sin el debido mantenimiento que se incendia, permitirá la propagación del fuego a las propiedades próximas, con la consiguiente pérdida que puede representar para los propietarios, pero también ocurre a la inversa, una banquina sin mantenimiento puede constituirse en una vía de propagación de incendios que inician en propiedades privadas y que encuentran en las banquinas el combustible necesario para la propagación, con los consiguientes peligros que esto representa para los vehículos que circulan.
El problema está identificado, es necesario abordarlo de manera seria y responsable.
Referencias
- NFPA (2014). NFPA 921 Guía para la investigación de incendios y explosiones. National Fire Protection Association.
- USDA (2003). Introducción a los parachispas. Parachispas y la prevención de incendios forestales. Recuperado el 08/04/2023 desde https://www.fs.usda.gov/t-d/pubs/html/03511304/03511304.htm#:~:text=A%20spark%20arrester%20is%20a,on%20certain%20types%20of%20engines.
- Valdivieso Ardiles J. (2018). La responsabilidad del Estado respecto a los accidentes producidos en sus rutas. Recuperado el 10/04/2023 desde https://repositorio.uesiglo21.edu.ar/bitstream/handle/ues21/15444/Valdivieso%2C%20Ayrton.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- Fiat (2014). Manual de uso y mantenimiento. Fiat Novo Uno. Recuperado el 03/04/2023 desde https://servicios.fiat.com.ar/content/dam/fiat/argentina/manuales/uno-2014/60355494-Nuevo-Uno_2014.pdf