Rewilding Spain quiere conjugar renaturalización con desarrollo rural y oportunidades económicas
Rewilding Spain es la filial española de la fundación Rewilding Europe, una organización que promueve la renaturalización de los paisajes europeos. Llevan en España desde 2020, trabajando en un proyecto en el Alto Tajo, entre las provincias de Cuenca, Guadalajara y Teruel. Ayer presentaron oficialmente en Madrid a la organización, su nuevo equipo de patronos y las líneas conceptuales que mueven sus actuaciones que, en contra de lo que podría entenderse por renaturalización, incluye gestión del territorio y desarrollo rural.

Presentación de Rewilding Spain en la Fundación La Caixa. Pablo Schapira, Mara Zamora, José María Rey Benayas y Deli Saavedra.
El diagnóstico de Rewilding Spain (RWS) es que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la despoblación constituyen serias amenazas que ponen en riesgo el bienestar de las personas y del conjunto de los seres vivos. Así que los seis caminos en los que pretenden desarrollar sus actuaciones son: recuperar procesos ecológicos en los espacios naturales; recuperar vegetación y fauna que consideran pueden jugar un papel más importante en “la buena salud de los ecosistemas”, lo que supone la introducción de nuevas especies o especies que han desaparecido del territorio como buitre negro o Taurus, una nueva vaca procedente del cruce de siete razas; aportar soluciones al cambio climático basadas en la naturaleza; fomentar economía a partir de la regeneración de la naturaleza; generar nuevas oportunidades de negocio a partir del “uso competitivo de la tierra para los propietarios y las comunidades locales, que complemente a los usos ya existentes”; y dar a conocer el concepto de rewilding entre los sectores sociales interesados.
En este escenario, José María Rey Benayas, catedrático de Ecología en la Universidad de Alcalá de Henares, y nuevo presidente Rewilding Spain para los próximos tres años, considera que “la renaturalización y la restauración de procesos ecológicos clave son una aportación novedosa que cada vez cuenta con un mayor apoyo institucional y de filántropos europeos que quieren invertir en España para renaturalizarla”.
Los procesos de restauración centran la atención institucional a nivel internacional, como demuestran la declaración de las Naciones Unidas de la década 2021-2030 como la de la Restauración de los Ecosistemas; la Estrategia Europea de la Biodiversidad y la propuesta de Restauración de la Unión Europea, que se discute en estas fechas en Bruselas y espera estar aprobada antes de que finalice este año. Para Benayas, “la restauración ecológica, supone un aire fresco que inspira a las personas y las ayuda a reconectarse con la naturaleza”.
Deli Saavedra, Jefe de Paisajes de Rewilding Europe, considera que la atención a la renaturalización está justificada porque Europa tiene “grandes espacios degradados y el problema de la despoblación no es solo español, es un problema europeo”.
Insistió en la premisa de que “la naturaleza se gestiona así misma”, aunque frente al cambio climático las actuaciones deben estar marcadas por dos objetivos: “no consumir hidrocarburos y almacenar en el suelo la mayor cantidad posible de CO2. Debemos conservar procesos naturales y almacenar carbono. Vivir con la naturaleza es posible y eso es lo que pretende Rewilding Europe y Spain”.

Ejemplares de Taurus introducidos en la Sierra de Albarracín
Es decir, que el concepto de renaturalización para RWS incluye al ser humano y sus actividades en el territorio. Mara Zamora, directora general de RWS, señala que el principio que les guía es que “la naturaleza siga su curso, pero asegurando que tiene todos los ingredientes para hacerlo”. De momento, trabajan en consolidar la iniciativa Sistema Ibérico Sur, en el Alto Tajo, entre Cuenca, Guadalajara y Teruel, 850.000 hectáreas que quieren convertir en una experiencia de referencia, pero ya han comenzado a explorar nuevas oportunidades de renaturalización en Andalucía, Extremadura, Galicia y Madrid.
Las actuaciones que desarrollan en el Alto Tajo, cuentan con el apoyo financiero del Endangered Landscapes Programme, que está promovido desde Cambridge Conservation Initiative, y de la Fundación Cartier for Nature.
Pablo Schapira, director del proyecto, explicó que se trata de una iniciativa a largo plazo, de 20 años. Se ha elegido esta zona por la gran diversidad de ecosistemas que alberga y porque “puede representar perfectamente la visión integral que tenemos de desarrollo ecológico y económico asociado”.
Porque esta es una de las cuestiones que “provocan cierta confusión” de esta propuesta, alegaban algunos de los presentes al acto: incluir continuamente en una misma frase los conceptos de renaturalización y de gestión del territorio y desarrollo económico. “Entendemos la renaturalización como un motor económico, generador de empleo y fijador de población. Buscamos ecosistemas funcionales que nos permitan alcanzar una naturaleza con más biodiversidad y con presencia humana. Sin el apoyo de las personas estas iniciativas no pueden tener éxito a largo plazo”, aseguró Pablo Schapira.

Odile Rodríguez de la Fuente y Jordi Palau
Jordi Palau, ingeniero de montes y uno de los patronos de RWS, considera que en nuestra sociedad conviven dos escenarios contradictorios. Por una parte, una apuesta por la agricultura intensiva, “con todas las consecuencias negativas que tiene para la naturaleza y sus procesos ecológicos” y, por otra, el abandono rural, “que podría entenderse como un proceso de renaturalización pero que no lo es, es solo un escenario de reforestación leñosa. Este abandono no es una recuperación de los procesos clave en la sostenibilidad del ecosistema, porque hemos perdido el uso de la ganadería, de la gestión forestal e incluso del fuego como herramienta que ha moldeado el paisaje”. Y señaló el riesgo que este abandono supone de crear paisajes homogéneos.
Para Palau la renaturalización no solo es posible en grandes escenarios “también es posible una renaturalización urbana, puede hacerse en zonas agrícolas, en montes públicos y en fincas privadas. Cada lugar requiere de acciones concretas, no puede aplicarse la misma receta en todas partes”.
E insiste en aclarar que el concepto de renaturalización “no significa marcharse y abandonar, hay que gestionar y tutelar”.
Odile Rodríguez de la Fuente, nueva patrona de RWS, considera que “España presenta uno de los mejores marcos para poner en práctica muchas de las premisas que vertebran los objetivos de la iniciativa. Una naturaleza más fuerte y biodiversa entraña más oportunidades de emprendimiento y riqueza para el territorio”.
Pero matiza Odile que “la vida es el centro, no lo es la economía, que debería estar al servicio de la vida”. E insiste en una idea ya lanzada por anteriores participantes, “el ser humano tiene nostalgia por volver a la naturaleza, por volver a su casa. Para lograrlo debemos tener una actitud colaborativa, consumir productos locales, implicar a las empresas en la conservación de la biodiversidad aunque, de momento, no haya créditos para la biodiversidad, como los hay para el carbono, pero ya hay muchas empresas que están pidiendo cambiar esto”. A alguna gran empresa presente el sonido escuchado les pareció armonioso.
“Las empresas son el motor económico de la sociedad, no podemos confiar solamente en la filantropía. La legislación europea va en la línea de obligar a las empresas a ser actores importantes en la recuperación de los paisajes. Rewilding Spain recupera paisaje y ofrece una solución participativa a la sociedad”, aseguró el abogado Marco Bolognini, patrono de RWS.
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