Entrevista a Jordi Vendrell, director general de la Fundación Pau Costa

“Sabemos de dónde venimos y para quién trabajamos: la comunidad de incendios forestales”

La Fundación Pau Costa cumplió diez años en 2021. Desde entonces hasta hace unos meses ha trabajado en la elaboración de un nuevo plan estratégico que definiese su posición, retos y objetivos de cara a los próximos años. En estos doce años se ha convertido en una referencia informativa y conceptual sobre la manera de enfocar el problema de los incendios y el papel de los dispositivos de extinción. Hablamos con Jordi Vendrell, su director, para conocer el plan estratégico y el futuro de la fundación que, en dos días, presentará una Declaración sobre la gestión de incendios forestales en España, consensuada por más de 50 expertos representantes de diferentes sectores sociales, profesionales e institucionales.

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Jordi Vendrell, director general de la Fundación Pau Costa

Han pasado los años muy rápidamente, ¿Cuáles son los logros más importantes de la Fundación Pau Costa desde que refundó en 2011?

La Fundación Pau Costa nace por iniciativa de varias personas del mundo de los incendios forestales con el objetivo claro de defender los intereses de la comunidad de incendios forestales y, muy concretamente, los de los cuerpos operativos.

Durante tres o cuatro años nuestra actividad fue prácticamente de mínimos, con la intención de mantener viva la fundación, hasta que firmamos un acuerdo con la Universidad Menéndez Pelayo de Barcelona. A partir de 2014 el equipo se profesionaliza y desde entonces desarrollamos distintos proyectos que nos permiten crecer y madurar. Ahora sabemos dónde podemos trabajar, en qué somos buenos y cómo podemos aportar valor y tener impacto social.

En 2017 organizamos junto con la International Association Wildfire el primer congreso internacional de quemas prescritas, lo cual nos permite tener una gran relevancia internacional.

¿Cómo ha evolucionado la fundación, qué diferencias hay con respecto a sus primeros planteamientos?

Podemos decir que se han desarrollado dos partes complementarias. Por un lado está la parte técnica y, por otro, el factor humano.

En el aspecto técnico o científico nuestra visión es integradora. La fundación se crea para promover el intercambio de experiencias y lecciones aprendidas, para ser facilitadores de la comunidad. Este papel lo mantenemos y nos ha llevado a buscar proyectos con los bomberos que están a pie de fuego y con investigadores, para facilitar transferencia de conocimiento.

Ya había experiencias en este sentido, pero ninguna entidad que se focalizase en buscar proyectos con esta visión de transversalidad porque hemos estado en todos estos campos y conocemos bien cómo piensan, cómo se relacionan y qué necesitan.

Pero también hay un factor humano, la necesidad de conocerse y de compartir conocimientos y experiencias, de crear una red.

¿Dirías que habéis logrado crear esa red?

Con el tiempo, te das cuenta que una cosa es ser red y otra es transcender, llegar a ser comunidad. Esto sucede cuando se establece confianza, es algo que va más allá de trabajar en un proyecto. Creo que en parte lo hemos conseguido.

Y fruto de la experiencia de estos años habéis decidido elaborar un plan estratégico para la fundación ¿por qué era necesario?

Es fruto de los errores y aciertos de estos años. Hemos trabajado en proyectos que no han dado el beneficio que esperábamos para la comunidad. Queríamos identificar dónde podemos generar realmente impacto, dónde debemos focalizar los esfuerzos para generar beneficios para la comunidad de incendios.

La fundación debía decidir lo que quiere hacer y lo que no, señalar claramente lo que defiende. Y esto está definido en el Compromiso del Plan estratégico, que es el ADN de la Fundación Pau Costa, lo más importante.

Esta planificación nos ha llevado a identificar cuatro retos fundamentales y los objetivos como organización. Las acciones vendrán después, las identificará el patronato para cada uno de los retos.

Pau-Costa-forumEl plan estratégico ha identificado tres grandes campos de actuación: capacitación y operaciones, conocimiento y ciencia aplicada y el tercero el de paisajes y sociedades resilientes. ¿Cómo habéis llegado hasta ellos?

A través de un proceso interno. Son campos generales que permitirán concretar ahora las operaciones.

El de capacitación y operaciones ha identificado como área de actuación sobre todo Latinoamérica. La capacitación y asistencia en operaciones son las necesidades identificadas en la red de la región.

La de ciencia aplicada y conocimiento se ha viso la necesidad de ser correa de transmisión entre el mundo operativo y la academia, algo que ya lo estamos haciendo pero de forma más dispersa. La intención es elegir el tipo de proyecto concreto que nos permita realmente generar impacto, no solo hacer proyectos por hacerlos.

Hasta ahora los proyectos de transferencia habían estado más dirigidos a generar tecnologías y ahora lo que buscamos es transferencia con impacto en el territorio, como por ejemplo servicios ecosistémicos y el uso del fuego, o cuantificar el impacto de la silvopastura prescrita en cuanto a biodiversidad en zonas concretas.

Actuaremos como correa de transmisión entre la investigación y los gestores del territorio, como pueden ser los pastores, por ejemplo.

El tercero es el de paisajes y sociedades resilientes ¿qué orientación tendrá este campo?

La intención es trabajar la concienciación social a través de acciones con la sociedad en general y en los colegios en particular, un campo que tenemos identificado pero que no tenemos desarrollado. En este campo vamos a centrar muchos esfuerzos en los próximos dos años.

la Fundación ha crecido en estos años hasta alcanzar el número de 20 profesionales a dedicación completa. Este crecimiento y la necesidad de mantener su estructura ¿condiciona la planificación y las actuaciones de la Fundación?

Es cierto que tenemos un debate interno sobre si debemos tener más músculo o menos músculo social. Hay una derivada directa, si tienes más gente debes pagar más sueldos, lo cual implica mantener o generar actividad económica. Pero hay algo que nos diferencia de otros actores en el sector internacional que se dedican organizar conferencias, publicar pequeñas revistas o encuentros: somos una asociación que desarrolla y ejecuta proyectos y para eso necesitas personas.

Si queremos generar impactos para marcar el discurso educativo o comunicativo ante la sociedad necesitas personas que los desarrollen.

fundacion-pau-costa-osbo¿Puede veros el sector empresarial como una competencia directa?

Puede pasar, pero tenemos muy claro que no lo somos y, si en algún momento ha sucedido, queremos corregirlo. No queremos hacer el trabajo que puedan hacer otras organizaciones mejor que nosotros. Pero también es cierto que, si hay un ámbito muy claro en donde, por nuestros objetivos, debemos trabajar, nos pondremos a hacerlo.

No queremos ser competencia de nadie, pero tampoco dejaremos de hacer las actuaciones que consideremos oportunas en el ámbito de nuestros objetivos. Intentaremos trabajar ahí buscando las alianzas que sean posibles.

¿Cómo ves el futuro de la Fundación Pau Costa?

Con mucha ilusión. Estamos en un momento crucial, por el crecimiento de la estructura de la fundación, que es un reto de gestión y de búsqueda de recursos.

En cuanto a oportunidades, los próximos tres años queremos impulsar la red iberoamericana. Se nos ha sugerido el crecimiento en el sureste asiático pero, de momento, no es nuestro objetivo por capacidad.

Estamos en un punto clave en el que los proyectos que lideramos han salido adelante gracias a las ayudas europeas, pero esto tiene una fecha final que es 2025, cuando debe estar todo ejecutado. En paralelo, debemos identificar otras oportunidades a la gran actividad que ha generado la postpandemia.

Debemos hacerlo todo buscando alianzas y apoyándonos en la red. La fundación no puede ser mantener su actividad sin contar con la comunidad de incendios forestales. Algunos de los puntos del plan estratégico señalan la necesidad de aumentar la transparencia. La idea es involucrar a la comunidad a través de una persona que trabajará específicamente en ello, queremos crear una red de formadores que actúen en nombre de la fundación en distintas partes del planeta.

Nuestro futuro inmediato es reforzar la actividad apoyándose en la red de la comunidad de incendios forestales.

El próximo jueves, 15 de junio, hacéis pública la Declaración sobre grandes incendios forestales ¿Por qué es necesario una declaración que comparta el mayor número de actores sociales?

Ya sabemos todos lo que hemos vivido en los últimos veranos y la problemática de grandes incendios con las pérdidas ecológicas y económicas que suponen. Sin embargo, hay distintas interpretaciones desde ámbitos sectoriales, profesionales, institucionales o de organizaciones.

Tenemos claro a quién se debe la Fundación, que son los cuerpos operativos, pero observamos una serie de desinformaciones que nos invitan a encontrar un mínimo común denominador para hacer una fuerza común hacia la administración pública, regional, nacional o europea. Se trata de encontrar un punto de encuentro entre las distintas visiones e intereses.

A nivel de comunidad de incendios mantenemos casi todos un discurso semejante, pero hay muchos más actores sociales y conviene que todos tengamos claro el análisis y trabajemos en la misma dirección.

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Eugeni Ca , uno de los pastores participantes al proyecto Ramats del foc , con su rebaño por el monte

¿Y esos mínimos se han conseguido?

Creo que sí, ha sido un proceso laborioso e intenso. Pero, si nos mantenemos cada uno por nuestro lado: bomberos, gestores, asociaciones, mundo científico, administraciones, etcétera, no vamos a buen puerto. Es misión de la fundación buscar también estos puntos de encuentro, al menos de intentarlo.

¿No crees que ya hay un consenso básico, compartido por la gran mayoría de la sociedad, de que la solución a los grandes incendios depende, en gran medida, de la necesidad de gestión forestal?

Creo que sí, que ya se ha conseguido demostrar y convencer, no a todos, pero sí a una gran parte de la sociedad de este mensaje. Pero cada vez que sucede un gran incendio vuelven a oírse acusaciones entre distintos sectores y volvemos a confundir a la sociedad, así que este consenso mínimo nos parecía indispensable ante el gran reto que tenemos.

¿Esto no debería haberlo liderado la administración pública a nivel nacional?

Por definición, el tercer sector existe porque la administración pública no llega a todos los lugares, así que ahí estamos nosotros, es algo que sucede en todos los ámbitos, en el social especialmente pero también en el artístico. Por ejemplo, con el proyecto Ramats del foc estamos haciendo un trabajo que le corresponde a la administración catalana, estamos haciendo un trabajo de microayudas a los pastores porque creemos en ello y nos parece necesario.

¿La búsqueda de consenso puede variar la posición de la fundación?

Sabemos de dónde venimos y para quién trabajamos: la comunidad de incendios forestales. Por mucho que hagamos esfuerzos y busquemos complicidades, la fundación no va a tener una posición distinta a la de la necesidad de gestión del territorio y del paisaje, pero sí que estaremos a tender puentes para acercar otras visiones a lo que nosotros consideramos necesario para reducir el impacto de los grandes incendios forestales. Nuestro ADN está en el Compromiso del Plan estratégico.