Bomberos valencianos formarán en distintas emergencias a bomberos voluntarios de Perú

Las emergencias no conocen de países, fronteras o sociedades, simplemente suceden. Pero la posibilidad de responder adecuadamente sí que está relacionada con el país y los medios de que dispone. En la ong Bomberos por el Mundo son conscientes y desarrollan una labor solidaria con profesionales y voluntarios de otros países para dotarles de material, en la medida de sus posibilidades, o de formación para que puedan dar una respuesta segura y eficaz. Ahora se marchan a Perú a formar en rescate de accidentes, excarcelaciones, incendios estructurales, mercancías peligrosas e incendios forestales.

Esta experiencia no es nueva, desde que hicieron la labor humanitaria en Ucrania, contada día a día en Osbodigital, al comienzo de la guerra, no han parado de realizar distintas acciones internacionales. “En febrero estuvimos en Senegal realizando formación, en marzo fuimos al terremoto de Turquía, ahora tenemos otra misión en Nicaragua en formación de rescate acuático y este martes volamos hacia Perú”, comenta Xevi Bolumar, uno de los integrantes del convoy.

Todo empezó en febrero con el envío de un vehículo autobomba del Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia. “Nos cedió un vehículo que lo retiraron del servicio, buscamos un contenedor y lo enviamos para allá. Los bomberos voluntarios de Perú nos requerían también formación, tienen carencias de equipos pero también de conocimiento. Así fue como organizamos un equipo de profesionales que van a hacer formación en incendios forestales, accidentes de tráfico, etcétera”.

El viaje dura ocho días, aunque estarán seis días realizando formación en distintos lugares de Perú, en Lima, Ica y en Cuzco, en el Valle Sagrado, donde harán la formación de incendios forestales. “Al final aprendemos todos, llegamos con nuestra visión y nos encontramos ecosistemas diferentes y una relación social con él también diferente”, asegura Xevi.

El tipo de respuesta que se da a los incendios es también particular. “Ellos se centran en ataques con herramienta manual y en ataques indirectos, no tienen la contundencia de mangueras y agua que tenemos nosotros aquí y apenas trabajan con medios aéreos”.

Así que cuando lleguen a Perú, Xevi y sus compañeros son conscientes de que tendrán que hacer una adaptación a las circunstancias del medio y sociales, “pero hasta que no estás allí no conoces la realidad completa. Por eso es un aprendizaje mutuo, te das cuenta del reto de adaptar nuestro conocimiento a sus necesidades y posibilidades”.

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Voluntarios en su tiempo libre

En Perú, como en buena parte de los países latinoamericanos, los bomberos son voluntarios, “lo hacen en su tiempo libre, por compromiso, a nosotros nos pagan por esperar a que nos llamen y salir inmediatamente, a ellos no”. Este es solo el primer condicionante de la respuesta que pueden dar y cómo lo hacen.

“Nos han comentado que están pensando en preparar la formación de forma estructurada en Perú, así que es probable que muchos de los que asistan sean los futuros instructores”, comenta Xevi. De momento, saben que tienen asegurada la participación de 190 alumnos, “pero el número crece cada día, no sé cuántos nos encontraremos al final. Lo importante es que la experiencia sea positiva y ayude a dar una respuesta más eficaz a los incendios forestales, o al resto de emergencias en las que les vamos a formar. Por otra parte, hemos preparado herramientas formativas para que puedan hacer de formadores de otros compañeros”.

Entre los bomberos voluntarios el tipo de alumnado es variado. Hay personas con mucha voluntad, pero con formación inicial muy básica, y hay personas que tienen estudios, probablemente ajenos a este mundo. “Y después está la sabiduría popular, que no tienen formación reglada sobre los incendios pero que llevan toda la vida relacionados con ellos, son parte del ecosistema. En muchas ocasiones es bonito hacerles ver todo lo que saben sin ser conscientes de ello. Puede que no entiendan la verborrea técnica que nosotros manejamos, pero sí saben cómo se mueve el fuego y lo ven venir y presienten cómo va a evolucionar. Han utilizado incluso el fuego técnico, aunque no lo llamen así, pero ha sido una herramienta de generación de paisaje”.

La experiencia se desarrolla con la Compañía de Bomberos del Perú, que son los que han recibido la autobomba y han organizado la logística de este viaje. “También han colaborado el Servicio de Bomberos Forestales de la Generalitat Valenciana y los Bomberos del Ayuntamiento de Valencia y Vallfirest que colabora con herramientas y equipos que nos servirán para hacer las prácticas y que después se quedará allí”.

Van a enviar también equipos de protección individual que por cambios organizativos han quedado fuera de uso, “por colores o logotipos, pero que están en perfecto estado y que les harán un gran servicio a ellos porque les cuesta enormemente conseguir este tipo de material”. No vale solo tener buena voluntad, hay que cumplir unos trámites para que los equipos lleguen correctamente a su destino y sean una donación. “El consulado peruano en Valencia se ha encargado de toda la burocracia”.

En total van siete bomberos, dos forestales y cinco del Ayuntamiento de Valencia. El curso durará seis días de auténtica formación continua porque el plan es comenzar las clases a las tres de la tarde y terminarlas a las diez de la noche. “Para nosotros va a ser muy intenso pero para ellos creo que más porque trabajan por la mañana en sus respectivos empleos y por la tarde estarán en clase sin parar. Lo suyo es auténtica vocación y compromiso social”.

La financiación ha sido variada. Parte de los billetes de avión lo sufragan las cuotas de los socios de la ong, la otra parte la han puesto los bomberos que se desplazan. El alojamiento es a través de la Compañía de Bomberos del Perú. “Tenemos buena voluntad, muchas ganas de echar una mano, pero poco presupuesto. Estaremos alojados en los parques de bomberos, donde disponen de camas para hacer sus guardias. A la hora de comer, seremos dos más, ese día en vez de comer 30 comerán 32”.

Le comento a Xevi que sale caro estar dentro de una ong. “Bueno, a veces me vengo con la duda de quién ha dado más a quién. Para mi es una satisfacción personal, una experiencia vital”.

Hoy vuelan de Valencia a Madrid, donde esta noche cogerán el avión a Lima. En cuanto lleguen, seis intensos días por delante para mostrar lo fundamental de sus respectivas especialidades y ayudarles a formar a próximos compañeros. “Ya descansaremos a la vuelta”, asegura Xevi, que parece contar las horas para llegar a Perú.