La seguridad en la extinción de incendios forestales (II)
Jorge Rodríguez López
Ingeniero Técnico Forestal
Licenciado en Ciencias Ambientales
Continuamos aquí con un repaso muy abreviado a diferentes aspectos de la seguridad en la extinción de incendios publicado en La seguridad en la extinción de incendios forestales (I).
Máquinas y equipos

El manejo adecuado de los equipos de extinción evita situaciones de riesgo de accidentes. Foto I. Muñoz
En las múltiples actividades que coinciden en las tareas de extinción se utilizan diversos equipos y maquinaria, cada uno de los cuales presenta sus riesgos específicos, añadiendo complejidad a la gestión de la seguridad en el incendio. En estos dos artículos sobre seguridad en los incendios forestales, necesariamente breves por su formato, no entraremos a analizar estos elementos debido a que no son riesgos específicos de la extinción, sino que aparecen siempre que se empleen estos equipos y maquinaria, sea cual sea la actividad a la que se destinen. Los más destacables son las distintas herramientas forestales de corte y raspado, motosierras, autobombas, bulldozer o medios aéreos. Todos ellos requieren sus evaluaciones y medias preventivas concretas.
Protocolos de trabajo y normas de seguridad
Parece lógico que las necesidades de la extinción sean las que condicionen e informen sobre la organización de las operaciones, pero al incrementarse los incendios en tamaño, complejidad y agresividad en su comportamiento, es la seguridad la que ha de condicionar la organización de las operaciones y de ahí la aplicación de protocolos de seguridad a los que se subordinen las tareas de extinción. Estos protocolos no son más que normas a aplicar de manera general durante la extinción que llevan a chequear distintos aspectos relacionados con la seguridad para posteriormente, actuar en consecuencia, llegando incluso a la retirada de los medios si no se encuentran seguros.
La protocolización de las operaciones es un pilar básico para su eficacia y la seguridad en su ejecución. Tipificar situaciones y los pasos a dar en ellas, permite eliminar incertidumbres, la improvisación y los subsiguientes errores o falta de previsiones que den lugar a accidentes. Esto supone que todos los intervinientes deben saber qué hacer y cómo actuar en cada momento y quién debe encargarse de cada tarea. Esto, aparte de generar sensación de control en situaciones de crisis, es una verdadera medida de seguridad al evitar la toma de decisiones sobre la marcha.
Cuando un protocolo de seguridad se convierte en un procedimiento de uso común, aceptado por distintas organizaciones que coinciden en la extinción, unifica la forma de proceder de personal perteneciente a organizaciones diferentes, evitando distintas percepciones y disfunciones. Este aspecto, que quizá puede sorprender a lectores ajenos al mundo de los incendios, no ha sido tan extraño en nuestro pasado más reciente, e incluso está en la raíz de alguno de los accidentes más sonados de entre los sucedidos en España.

El briefing es un momento fundamental cuando participan distintas organizaciones en la gestión de una emergencia o incendio forestal. Foto I. Muñoz
Uno de los protocolos más comunes empleados en nuestro país es el Protocolo OACEL. Como otros que mencionaremos, este protocolo tiene su origen en los Estados Unidos. El nombre del protocolo responde al acrónimo de las iniciales de los elementos a tener en cuenta, que en su forma original en inglés responde a LACES (cordones). Este acrónimo se buscó con una doble intención, al actuar como regla nemotécnica que recordase a los combatientes la necesidad de tener presentes las normas básicas de seguridad, utilizando la frase “no olvides apretar tus cordones antes de ir al incendio”.
La base del protocolo es su empleo proactivo, de manera que deben ser los propios combatientes los que de manera continuada evalúen los factores que según el protocolo son básicos para mantener su seguridad. Estos son la Observación, Atención, Comunicación, ruta de Escape y Lugar seguro (OACEL). Sobre el significado de la A, hay distintas versiones, existiendo una en la que significa punto de Anclaje. En España, el Comité de Lucha contra Incendios Forestales, recomienda la acepción de Atención, basándose en los resultados de la investigación de un accidente mortal. Este protocolo, es de aplicación sencilla, fácil de recordar y enseñar, lo que justifica su amplia difusión.

El uso de herramienta manual y en ataque directo exige de una mayor atención al entorno y al comportamiento del fuego. Foto Tragsa
Paralelamente a OACEL existen otros protocolos también de origen estadounidense, como las 10 Normas de combate en incendios forestalesy las 18 Situaciones de atención. Aunque son también de indudable valor, estos protocolos son de más difícil universalización entre los combatientes, ya que requieren la memorización de un prolijo listado de elementos, algo que desde luego no siempre es sencillo para todo el personal. Estos protocolos proceden del estudio y tipificación de situaciones de accidente, los cuales se han recogido para servir como enseñanza de ciertos factores clave a evitar si se quiere mantener la seguridad en niveles aceptables. En España, se ha desarrollado un protocolo similar, a partir de la tipificación de elementos presentes en accidentes con fallecidos, resultando las situaciones comunes en accidentes mortales por atrapamiento. La observación de estas situaciones durante la extinción y la aplicación máxima de la atención cuando se presenten es, sin duda, una forma sencilla y eficaz de mantener un nivel de seguridad aceptable.
Investigación de accidentes
La investigación de los accidentes es imprescindible para conocer qué llevó a su ocurrencia. Esto permite tomar medidas preventivas y evitar que se repitan accidentes similares. Este concepto fundamental de la seguridad en el trabajo ha sido comentado anteriormente, al exponer los protocolos de seguridad. Como se ha dicho, muchos de estos protocolos surgen a partir de conclusiones obtenidas en la investigación de accidentes en incendios forestales. Se pone así de manifiesto el que podríamos considerar objetivo principal de estas investigaciones: extraer aprendizajes a partir de aquellos sucesos que acaban en accidente. De manera muy simplificada y coloquial, este objetivo se podría expresar como “Si algo salió mal, aprendamos cómo fue para no volver a repetirlo”.
La investigación de accidentes de trabajo es una obligación legal de los propios empleadores (empresas y administraciones), de modo que todos los accidentes de trabajo deberían ser investigados. Al igual que sucede con la prevención de riesgos, el enfoque de estas investigaciones generalistas no pone suficiente énfasis, o deja de lado ciertas particularidades de los incendios forestales, algunas de ellas fundamentales desde el punto de vista de la seguridad, como la meteorología o el comportamiento del fuego. De ahí la importancia de las investigaciones técnicas específicas de accidentes en incendios forestales.

Foto BRIF Laza
Este tipo de investigaciones tiene especial desarrollo y tradición en los Estados Unidos, progresando desde los años cuarenta, cuando eran poco más que simples encuestas a los afectados, hasta informes técnicos complejos en los que participan especialistas de diversas ramas como las operaciones de extinción, la meteorología o los medios aéreos. Algunos de estos accidentes, como Mann Gulch (1949), South Canyon (1994) o más recientemente Yarnell Hill (2013), trágicos y de gran notoriedad por el número de víctimas ocurridas, han dado lugar a libros, documentales e incluso alguna película, que se basan, al menos en parte, en la información hecha pública por los informes de investigación correspondientes.
Es indudable que la investigación de accidentes con víctimas y la publicación de sus resultados, es hoy en día un elemento característico e indisociable del mundo de los incendios forestales estadounidenses. Aparte de su finalidad de incrementar los niveles de seguridad y concienciación de los trabajadores, algunos de estos informes sobre investigaciones de accidentes notorios, cuando han sido difundidos han servido para incrementar el aprecio social de la figura del bombero forestal, e igualmente han contribuido a crear una imagen con cierto componente mítico alrededor de la profesión.
Fuera de aquel país, incluso en otros estados con un sistema de defensa contra incendios forestales bien desarrollado, las investigaciones sistemáticas y públicas de los accidentes graves no siempre tienen la misma implantación y cuando existen, no tienen la misma repercusión. La falta de tradición o capacidad técnica, los impedimentos legales, prejuicios, desconfianza a que la investigación se utilice para señalar responsables o cualquier otra de múltiples razones, son obstáculos que han lastrado el desarrollo de una cultura de la investigación de accidentes en incendios forestales en muchos países que, paradójicamente, cuentan con dispositivos de extinción fuertes, incluida España.
En este punto, conviene destacar que existe otro ámbito en el que la investigación técnica de accidentes es comúnmente aceptada a escala internacional. Se trata de los accidentes aeronáuticos, los cuales son investigados sistemáticamente siguiendo un modelo establecido y aceptado a nivel mundial. En este caso, también se trata de una investigación técnica, cuyo objetivo es establecer las causas del accidente de modo que este conocimiento se pueda emplear en la prevención de accidentes futuros y en ningún caso se dirige hacia la búsqueda de responsabilidades. Cuando estas existan, los procedimientos judiciales o los derivados de la aplicación de la normativa laboral, podrán apoyarse en los hallazgos de la investigación técnica.
Esto demuestra que la investigación técnica de accidentes en incendios forestales podría desarrollarse de forma análoga a como se ha desarrollado en el sector aeronáutico. Nada parece justificar que un sector mucho más pequeño, con muchos menos actores económicos y normativas regulatorias, en principio mucho más sencillo y fuertemente controlado por las administraciones públicas, no pueda dotarse de un mecanismo común de investigación básica; o quizá sea a causa de estas características por las que no se desarrolla la investigación. No obstante, en España existen notables ejemplos de investigaciones, así como loables iniciativas de la administración, cuyo único punto en contra es no formar parte de un sistema estable y mantenido en el tiempo de investigaciones a cuyos resultados se dé suficiente divulgación.
La investigación técnica de accidentes en incendios forestales podría desarrollarse de forma análoga a como se ha desarrollado en el sector aeronáutico. Nada parece justificar que un sector mucho más pequeño, con muchos menos actores económicos y normativas regulatorias, en principio mucho más sencillo y fuertemente controlado por las administraciones públicas, no pueda dotarse de un mecanismo común de investigación básica;
Divulgación y concienciación

Propuesta de protocolo de actuación y salida de tripulantes en caso de accidente de helicóptero. Foto I. Muñoz
La divulgación es una actividad muy próxima a la formación, pero con ciertos matices que le dan un sentido diferente. Generalmente, los diversos métodos de divulgación tienen como finalidad la concienciación, que es el escalón de la seguridad más próximo al trabajador. Un trabajador con suficiente formación, equipamiento de seguridad adecuado y sujeto a protocolos de seguridad en el trabajo, si no toma conciencia del valor de todo lo anterior y su correcto uso, estará expuesto a situaciones inseguras. Para ilustrar esto, se recurre muchas veces a la confrontación entre confianza y conciencia. Trabajadores con formación y experiencia, pueden caer en la confianza ante los riesgos, por familiaridad con ellos, y hacer un uso insuficiente de todos sus elementos (materiales y no materiales) de seguridad. Por el contrario, trabajadores con conciencia de los riesgos, no se dejarán llevar por su experiencia o valoraciones subjetivas, tratando de ponerse siempre del lado de la seguridad.
Tradicionalmente, la divulgación de la seguridad en el trabajo se ha realizado mediante hojas y folletos informativos y de manera muy notoria a través de material gráfico, como carteles, pósteres y similares. La utilización de este tipo de materiales está enfocada a que sirvan de recordatorio en todo momento de la importancia de la prevención de riesgos y la seguridad. En este sentido, las campañas de divulgación no buscan transmitir conocimientos, sino que los trabajadores tengan presente la importancia de aplicar los conocimientos. Se trata de promover una actitud concienciada ante los riesgos y la importancia de la seguridad.
Existen también formas activas de concienciación en las que, mediante el repaso de actuaciones en incendios, especialmente cuando existieron situaciones comprometidas desde el punto de vista de la seguridad, se hace a los trabajadores reflexionar sobre los riesgos a los que han estado expuestos y la manera de afrontarlos. Bajo distintos nombres (Juicio crítico, revisión tras actuación y otros), estas actividades provenientes del ámbito militar resultan muy útiles para el desarrollo de la conciencia de seguridad. Han de ser colectivas y participativas, es decir, han de implicar a todos los componentes de una unidad de extinción (brigada, cuadrilla, retén, etc.) que trabajaron juntos en un incendio y permitirles exponer su experiencia. Mediante el repaso de lo sucedido y el planteamiento de hipótesis alternativas de desarrollo de los sucesos, se trabaja en la sensibilización de los trabajadores ante los riesgos habituales en el incendio.

El análisis de las actuaciones realizadas, sin señalar personalmente a nadie, permite la identificación de errores para su posterior subsanación. Práctica desarrollada en el Trex de Andalucía en 2019, con participación de profesionales de más de 20 dispositivos distintos. Foto I. Muñoz
Actualmente, a través de internet la divulgación sobre seguridad en incendios forestales tiene otro tipo de soportes y alcance. En Estados Unidos existen páginas web informativas dedicadas exclusivamente a la seguridad, como la famosa Six Minutes for Safety con contenidos fundamentalmente orientados hacia la concienciación más que a la formación. En España contamos en la web del MITECO con un apartado dedicado a la seguridad en la extinción , donde están disponibles distintos materiales generados en su mayoría desde el Comité de Lucha contra Incendios Forestales. Igualmente, en redes sociales existe desde hace unos años el hashtag o etiqueta #YoQuieroVerteMañana, que indexa mensajes relacionados con los combatientes durante la extinción de incendios forestales y la seguridad, algo que sin necesidad de entrar en la divulgación sí que tiene efectos tanto de concienciación como de llamada de atención a la sociedad sobre el riesgo que afrontan los profesionales de la extinción.
En definitiva, las vías por las que incrementar la concienciación y llegar a generar una cultura de la seguridad entre los trabajadores de extinción son muy variadas, así como los actores que pueden tomar parte. En mano de todos los involucrados en los dispositivos de extinción está hacer efectiva esa cultura de la seguridad, ya que nunca son demasiados los esfuerzos destinados a evitar accidentes como algunos que tristemente están en el recuerdo de todos.
Artículo publicado en revista Foresta nº 86