A Francisco Rodríguez y Silva

A Francisco Rodríguez y Silva Coincidí con Curro en la Escuela de Montes de Madrid, donde él, mejor estudiante, había terminado un poco antes que yo. Sin embargo, no fue hasta un poco después cuando tuve la gran fortuna de conocerle en profundidad y de poder gozar de su amistad. Fue en 1986, en Sevilla, en el Servicio Forestal de la Agencia de Medio Ambiente, que dirigía brillantemente Gumersindo Borrero. Como funcionario de carrera del Cuerpo de Ingenieros de Montes del Estado, estaba cedido en servicios especiales, y yo caí por allí con un contrato laboral de un año. [...]